Valgic.

Capítulo XXXII: ¿Preparada?

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Capítulo XXXII:

Miré hacia abajo. Vi, avanzando bajo la luz de la tarde, el ejército de Nueva América del Norte. Me sabía mal por la gente que estaba obligada a luchar por el rey y la reina, que eran demasiado cobardes como para afrontar las consecuencias de sus acciones ellos solos.

No íbamos a arrasar la ciudad, ni mucho menos. No era tan cruel como para repetir la masacre de mi reino en el suyo, no iba a rebajarme a su nivel. Pero la guerra era la guerra, y fueron ellos los que la empezaron.

Después de observar unos momentos las posiciones que estaban tomando los nuevamericanos, hice una señal a mi tía, que asintió y se llevó a la caballería para atacar por el flanco izquierdo.

Sentí en mi hombro la mano de Roza.

-¿Preparada?

Aunque debería estar ansiosa y responder con un gran "Sí", no sabía la respuesta a esa pregunta. ¿Realmente se estaba alguna vez preparada para ir a la guerra?

Me di la vuelta y vi al ejército detrás de mí, esperando una señal mía para seguirme hasta la batalla y, tal vez, hasta la muerte. Esto no era un juego en el que se pudiera dar marcha atrás y hacer como si no hubiera sucedido nada si algo iba mal. Esto era real.

Miré los ojos marrón avellana de mi amiga y fue en ese momento cuando me di cuenta de que no era solo mi guerra: era también la suya, y la de todos los que estaban aquí. Ellos confiaban en mí para ayudarles a vengar la muerte de sus familias, amigos y tal vez incluso ciudades o países. Y yo no iba a defraudarlos.

-Más que nunca.

Ella asintió y se colocó a mi derecha, no sin antes dedicarme una sonrisa reconfortante.

El ejército enemigo paró su avance y el rey salió montado a caballo de entre las filas.

-¡Sal de donde estés escondida, cobarde, y cumple con tu amenaza! ¡Ven y mátame con tus propias manos!

Por el rabillo del ojo vi cómo mi amiga alzaba las cejas, y no pude más que estar de acuerdo con ella. Realmente el monarca no era más que un inconsciente y un cobarde fingiendo valentía. Patético. Monté a mi caballo negro y levanté mi brazo izquierdo en un puño para dejarlo caer luego. Con esa simple señal, empezaba mi venganza. Nuestra venganza. Por fin los reyes iban a pagar... con su vida.

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¡Holaa!

¿Qué tal estáis todas?

¿Qué os ha parecido el "capítulo"?

Sé que es muy corto (ough, esto empieza a hacerse costumbre...), pero tengo una explicación para ello: es exclusivamente de relleno, ya que me parecía demasiado brusco empezar directamente con la batalla. Siento que sea tan corto, peero, si no quedaba raro.

Ahora os quería decir que, finalmente, el último capítulo será publicado con una sola parte, no en dos como dije el viernes pasado.

Y, bueno, eso es todo.

El siguiente capítulo ya es el final, estoy que no me lo creo *-* omg.

Muchas gracias de nuevo a todos los que habéis leído hasta aquí y os habéis tomado la molestia de votar y dejar vuestros comentarios (si no lo habéis hecho, os obligo. Venga, es solo un segundo de vuestras vidas).

Un beso sabor Nocilla,

Constança.

P.D.: Sí, me gusta más la Nocilla que la Nutella. La Nocilla manda 💪 *ya podéis matarme*.

P.D.: Y vosotras, ¿Nocilleras o Nutelleras?