CAPITULO 2: LO QUE SE DEBE HACER.

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Narra Kaori.

Salí y miré a todos reunidos afuera, elevé la mirada totalmente relajada y observé una esfera a punto de traspasar la barrera que protegía el Seireitei. De pronto se estrelló contra la barrera y forzó a la membrana a ceder. Entonces con un ruido molesto la esfera traspasó la membrana. Una sonrisa se dibujo en mi interior, pero había un problema, pude ver como todos se separaban en el aire, suspiré.

     Pero todos salieron disparados en direcciones diferentes, chasqueo la lengua. 

   Doy media vuelta, a punto de echarme a correr.

—¿No irás a buscar a los Ryoka? —me pregunta Momo. Niego con la cabeza, aligerando el paso para no verme tan sospechosa.

—Si me encuentro con uno, pelearé. Pero hasta entonces no quiero fatigarme.

   La luz del sol comienza a salir, prosigo caminando a través del Seireitei, puedo sentir el riatsu de Ikkaku cerca, lo avisto a lo lejos, peleando con un chico de extraña cabellera anaranjada, me recargo en la pared y los observo. 

   Ambos se han hecho un daño en la ceja, no dejan de gritarse sandeces. Son unos idiotas.

—Dime, ¿quién te entreno? —preguntó Ikkaku.

—Pues sólo me entreno por diez días así que no sé si deba llamarlo maestro —dijo el pelinaranja.

—¿Quién es?

—Urahara Kisuke.

   La sangre abandonó mi rostro, la fugaz imagen del rubio llegó a mi mente.

   Su rostro era algo que no podía olvidar. Esa noche, cuando me mantuve oculta entre los arboles, Sosuke había hecho algo realmente horrible. No entendía bien lo que era la Hollowficación pero no sonaba nada bien. Y después que el capitán del décimo primer escuadrón despareció junto al especialista en Kidou, me acerqué a Sosuke y le susurré:

¿Sosuke, qué intentas hacer?

   Pero a día de hoy no sé la respuesta.

   Ikkaku liberó su shikai, atacó al pelinaranja, de pronto Hozokimaru se dividió y amenazó con atacar al pelinaranja. Cruzo los brazos sobre mi pecho, ninguno se ha percatado de mi presencia. Ikkaku logró cortar al Ryoka. Que pelea tan humillante para el tercer al mando del onceavo escuadrón. 

     Resoplé. Que arrogantes son los dos. Noto cerca el reiatsu del Capitán Zaraki, y lo ignoro. El pelinaranja sigue en pie, Ikkaku parece sorprendido. El que se hace llamar Ichigo se eleva con un poderoso salto y cae en picada con su zanpakuto por delante, hiere de gravedad al calvo. Que increíble. Con otro golpe deja a Ikkaku tirado y ensangrentado en el suelo. El pelinaranja semicuró al calvo y espera a que despierte. Aún no puedo acercarme.

     El pelinaranja se va y me acercó a Ikkaku.

—Deberías sentirte avergonzado, Ikkaku, que un Ryoka te venciera con tal facilidad —le digo y él abre los ojos.

     Se limita a chasquear la lengua.

—Sabes que Kenpachi se enterara de esto, ¿No?

|Bleach: LA ESPECIE EXTINTA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora