CAPITULO 27: DOLOROSAS DECISIONES.

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—Kaori— masculla el Comandante atrayendo la total atención de la joven.

   La pelinegra apretó con fuerza ambas zanpakutos, sus miradas se cruzaron en un momento de tensión. Pero todo se rompió cuando un pequeño pero poderoso grito resonó a lo lejos, Kaori desvío la mirada, una chica rubia con una sudadera rosa y un par de coletas en su cabeza blandió su espada contra la pelinegra. Kaori la miró de forma pasiva mientras que detenía la hoja de la zanpakuto sobre su cabeza con sus dedos índice y pulgar.

—¡Hiyori!— bramó Hirako.

   La rubia se quedó estática, una gruesa hebra de sangre salió de las comisuras de sus labios y comenzó a gotear, Kaori jaló su zanpakuto y ésta salió del cuerpo de Hiyori. La rubia se desplomó por el viento, la pelinegra volvió su mirada al frente.

—Terminaré con esto. Con el Gotei 13 y los patéticos intentos de Arrancar— murmuró Kaori mirando fijamente al anciano —. Bien, ¿quién es el primero?— pero tan sólo un tétrico silencio reinó —. Entonces creo que me tomaré la molestia de elegir a mi oponente. ¡Sukurimu, Tsuin shi!

   El shikai se reveló dejando expuestas unas hermosas zanpakutos unidas por una cadena de color lila en las empuñaduras, dio un brinco y cayó en picada sobre el Comandante pero un hombre de melena color lila y ojos marrón claro interceptó su zanpakuto con la propia. Kaori contrajo la mandíbula.

—¡Me estorbas, imbécil!— gritó furiosa —¡Jigoku Benomu (Veneno Infernal)!

   Un delgado hilo de humo color rosa entró rápidamente en las fosas nasales y en los oídos del hombre, de pronto su espada cayó y un hilo de sangre broto de su nariz, ojos, boca y oídos. Se desplomó por los aires, ella volvió a blandir su espada pero el Comandante lo interceptó con facilidad.

—Sasakibe nunca fue el Teniente perfecto, mi querido Comandante.

   El haori del Comandante cayó de su espalda al igual que la parte superior de su uniforme, se enderezó y empujó con fuerza su zanpakuto contra la de ella.

—La palabras no alcanzaran a expresar lo que siento en estos momentos— comentó el anciano. Su zanpakuto se encendió en llamas y Kaori retrocedió al instante. Miro a su alrededor y observo a Kaname peleando, después a Aizen.

—Nii-san a hecho su movimiento— murmuró Kaori —. Creí que podría jugar un poco al menos.

   Ella llevó sus zanpakuto al frente para que quedarán a la altura una de otra, tomo una gran bocanada de aire y la soltó lentamente. Abrí los ojos de golpe, estos se habían vuelto totalmente rosas, sin pupila o iris, las venas del cuerpo comenzaron a marcarse en su piel de un color verde y rojo intenso. Entreabrió los labios y dejó escapar una sola palabra que hizo que la atención de todo el Gotei 13 la mirara pasmados:

—¡BAN-KAI!

   Una explosión logró levantar una cortina de humo, se disipó poco a poco dejando expuesta una nueva apariencia de Kaori; su cabello era blanco como la nieve mientras sus ojos permanecían siendo rosas, su piel era mucho más pálida que antes, vestía un kimono rosa con flores blancas y enredaderas rojas. Sus zapakuto permanecían unidas por la cadena ahora roja y las katanas parecías normales a no ser por su color rosa pálido y por una inscripción en cada una de las hojas: Chissoku (Asfixia). Los ojos de Kaori miraron al Comandante quién permanecía estático.

—Shimai eien no nemuri (Hermanas del sueño eterno)— murmuró ella, su rostro se apaciguo.

   Desapareció con un Sonido, colocándose detrás del anciano sin ser detectada, cortó sin piedad la espalda del anciano y justo antes de que las llamas de Ryuujin Jakka pudieran alcanzarla atravesó el abdomen con ambas zanpakuto del hombre al que alguna vez llamó padre, como la primera vez. Cerró lentamente los ojos mientras la sangre salpicaba su rostro.

|Bleach: LA ESPECIE EXTINTA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora