CAPITULO 8: ALEGRÍAS Y DECEPCIONES.

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Kaori caminó hasta el lugar en donde ejecutarían a Rukia, tenía la cabeza baja y el corazón encogido dentro del pecho. El Comandante la mira sorprendido y se acerca a ella.

—Kaori...

—Ya te dije lo que sucederá, Comandante. Por favor ya váyase.

    Varios capitanes comienzan a llegar al igual que Rukia, al verla Kaori baja la mirada y una lágrima se derrama por su pómulo. "Primero Sosuke desaparece. Y después mi padre asesina a Rukia, esto es demasiado.... Sayuri..." piensa Kaori.

—El momento ha llegado, comencemos la ejecución —dijo el anciano.

   Kyoraku se acercó a Kaori y posó su mano en el hombro de ella.

—Debes estar tranquila, Kiki-chan.

—Este no es el mejor momento, Kyoraku.

   Ella quitó con suavidad la mano de su hombro y continuó mirando al piso, el Capitán suspiro. De pronto Byakuya apareció y se coloco junto a otro capitán.

—Kuchiki Rukia, ha llegado la hora de tu ejecución, ¿palabras finales? —dijo el Comandante .

—Sí, sólo una cosa —murmuró Rukia sonriendo, Kaori elevo la mirada vidriosa.

—Bien, concederé tu última voluntad, una vez que seas ejecutada haré volver a los Ryoka a casa.

   Kaori bajó la mirada, claro que aquello no era cierto, tan solo era para tranquilizar a Rukia, después de todo ellos habían atentado contra el Seireitei.

***

Narra Kaori.

   Entrelazo mis dedos con los de Kyoraku una vez que mi padre ha dado la orden para liberar el sello. Aprieto la mano del pelicastaño, él hace lo mismo. "Rukia, perdóname", pensé esperando que mis palabras le llegaran.

   Comienza a elevarse con los brazos extendidos.

—Me rompes el corazón, Kiki-chan, no me gusta verte llorar.

   Le aprieto aun más la mano.

   El sello se libera, es fuego puro, contengo las lágrimas y me aferro al brazo de Kyoraku. "Ichigo, ¡maldito!", pienso apretando, la mandíbula.

   No puedo soportarlo, me suelto del brazo de Kyoraku y desenfundo mi zanpakuto.

—¡Detente, Kaori! —me grita Soi Fong.

   Kyoraku me toma de los brazos, aprieto mi zanpakuto, veo el brazalete dorado atado con fuerza a mi muñeca derecha, no es un brazalete común, es un sello que el Comandante me hizo para poder hacer pasar que tengo un reiatsu, se está agrietando. Abro bien los ojos y Yamamoto-sama se percata de esto, mi reiatsu comienza a desvanecerse, me jalo hacia delante pero Byakuya también me detiene.

   De pronto me quedo estática y miro al frente boquiabierta, la lanza se había detenido y quien la estaba deteniendo era... Ichigo.

   ¡¡¡MALDITO IDIOTA!!! ¡¡¡ CASI ME PROVOCA UN INFARTO!!! Contraígo la mandíbula, dejo de forcejear. El ave retrocedió preparando su segundo ataque el Ryoka se puso en posición para contraatacar pero algo se enroscó en el ave.

—Juushiro... —mascullé.

   De pronto Kyoraku y Nanao se pusieron de su lado deteniendo un sello. Yamamoto los miró. Ambos destruyeron el sello, cubrí mi rostro y elevé nuevamente la mirada, el Ryoka giró su espada, la blandió y destruyó con un poderoso ataque el soporte. Sosteniendo a Rukia y su zanpakuto, posó orgulloso. Yo estaba en shock y con mi zanapkuto revelada.

|Bleach: LA ESPECIE EXTINTA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora