CAPITULO 3: HERMANO MÍO.

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Kaori se mantuvo encerrada en su habitación con un montón de pensamientos rondando su mente. Se masajeó la sien. Le estresaba el hecho de no poder hacer nada al respecto. Se acercó al marco de su ventana y saltó para poder salir, recorrió los techos de las casas y se oculta cerca del dormitorio del Capitán Aizen. El corazón le palpitaba en la garganta y las sienes le punzan.

—Sosuke —susurra y se llevó las manos al pecho.

   Caminó lentamente hacia la habitación con la intención de verlo una vez más, pero se detiene al escuchar una voces. Reconociéndola al instante, Kaori jadeó y retrocedió sin ser vista. Una lágrima resbala por la mejilla.

—Nii-san... —susurró y avanzó un paso para escuchar la conversación la conversación.

—Capitán puedo perdirle una cosa —dijo Momo un tanto insegura.

—Dime —murmuró Aizen.

—Prometo no hacer más preguntas y no hablar más, ¿podría permitirme quedarme un poco más aquí y observarlo?

   Kaori ahogo un gemido mientras cubría su boca, una lágrima se derramo de su ojo. A ella ni siquiera le permitía acercarse, pero si a Momo, ¿qué diferencia había entre las dos? Kaori estuvo ahí cuando Sosuke más la necesito y ahora parecía desecharla como a un trapo viejo.

—Quédate todo el tiempo que quieras —le permitió Aizen.

    Kaori se dio media vuelta y salió corriendo del lugar.

—Nii-san... —mascullaba la pelinegra.


Kaori llegó hasta su habitación y se tumbó en su cama con u sinfín de sentimientos llenándole el pecho. Extrañaba infinitamente a su hermano.

—Nii-san... me hiciste mucho daño, pero aún.... quiero protegerte.... y estar contigo....

   Se levantó y caminó hasta su ventana, el sol ya estaba a punto de salir por el horizonte, la brisa madrugadora le rozaba las mejillas, había llorado mucho tiempo. Tomó un adorno en forma de rosa multicolor sobre su mesita de noche, el Comandante se la había regalado cuando paseaban juntos una tarde de primavera. 

   La luz del sol se intensifico poco a poco, Kaori sonreía al sentir como la brisa volvía a rozar sus mejillas, ya había amanecido por completo pero ella no se sentía con ánimos para nada. Su padre ya no le hablaba y la situación con Rukia se ponía cada vez más tensa.

   De pronto un desgarrador gritó le provoco un violento respingo a Kaori.

—Momo — se dijo a si misma y salió de su habitación. 

   Llego hasta donde ella se encontraba, de pronto un grito más le heló la sangre, pero esta vez con mucho más fuerte.

—¡CAPITÁN AIZEN!

   "Imposible" pensó Kaori.

***

Narra Kaori.

Llegué hasta donde al parecer estaban varios tenientes, Momo tenía los ojos bien abiertos y caminaba mecánicamente hacia delante, los demás tenientes miraban hacia arriba conmocionados. De repente Momo volvio a gritar y se tiro de rodillas al suelo. Decidí elevar la mirada y el pánico inundó mi interior. Mire a Sosuke clavado en la pared con su propia zanpakuto, las lágrimas volvieron a salir de mis ojos, pero paré de inmediato. Fruncí los labios, ¡ese no era Sosuke!

   Momo seguía llorando, se levanto y recargo su espalda contra la pared. No podía dejar de mirar a Sosuke, aquello era obra de su zanpakuto estoy segura.

—Pero que escándalo tan temprano —masculló una voz familiar, me volví de inmediato y observe a Gin detrás de nosotros —. Oh, sí. Ciertamente es una tragedia.

   Momo se quedo petrificada, algo no andaba bien. Inesperadamente después de una fracción de segundo su rostro se lleno de furia.

—¡Fue usted! —gritó ella, se llevó la mano a la empuñadura de su espada y la desenfundó sin vacilación.

   Se lanzó contra Gin amenazando con su espada pero Izuru logró bloquear el ataque, un nudo comenzó a formarse en mi garganta.

   Izuru debía proteger a su Capitán y estoy un cincuenta por ciento segura de que el tuvo algo que ver.

   Momo liberó su shikai, me alarmé, con una bola de fuego provoca una explosión, creo que es hora de intervenir. Vacilé por un momento, no debo sacar mi zanpakuto en una situación así. Izuru también libera su shikai y se lanza sobre Momo. Con mis manos desnudas detengo las espadas de ambos peleadores.

—Kaori-san —dice Izuru y Momo al unísono.

   Golpeó a Izuru con la planta de mi pie y sale disparado hacia la pared.

—¡Maldita sea, Teniente! —grito furiosa —¡Mantenga la compostura!

   Me gir hacia Momo y con el ceño fruncido le planto una bofetada no con mucha fuerza. Sus ojos quedan bien abiertos y todos me miran en shock.

—¡Cálmate, Momo! —le grito —¡Aprende a separar lo personal de lo profesional! ¡Nunca debes alzar tus armas contra los tuyo! —'miro a los tenientes —¡Pónganlos bajo arresto! ¡Le informare de esto al Capitán Comandante! ¡AHORA QUÍTENLOS DE MI VISTA!

   Decidí no acercarme al cuerpo, si tan sólo lo tocaba....

—¡¿Qué sucedió aquí?! —gritó Toshiro. Señalé el cuerpo del capitán.

—Momo perdió los estribos e intento atacar a Gin — le explico —, Izuru lo protegió y se armo una revuelta. Ambos están bajo arresto.

   Me masajeé la sien con la yema de los dedos.

—Toshiro...

—Cápitan Hitsugaya —me corrijió.

—¿Le podría pedir que se encargue del cadáver?

   Él asintió.

   Caminé hasta Gin, lo tomé del uniforme y desaparecí con un shunpo. Llegué hasta un callejón sin salida y lo acorralé contra la pared, sujetándolo con fuerza.

—¡¿Qué carajos está pasando, Gin?! — estaba haciendo un esfuerzo por no gritar muy fuerte.

—No sé a que te refieres, Kaori-san.

—No quieras hacerte el gracioso conmigo, sé que aquello es obra de la zanpakuto de Sosuke...

—Entonces si sabes... no preguntes, Kaori-san.

   Se liberó cuidadosamente de mis manos y se fue dejándome con la palabra en la boca. Maldito.

—No hagas nada estúpido, Gin —le digo, refiriéndome a Momo.



|Bleach: LA ESPECIE EXTINTA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora