CAPITULO 25: OBJETIVO.

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Narra Kaori.

Desaparecí con un Sonido para aparecer detrás de los Espada, me cruce de brazos y me senté en el aire para poder tener una mejor vista de lo que sucedería a continuación.

—Ahora, ¿que será lo siguiente?— murmuró Baraggan —. Son muchos enemigos, el jefe está en ese lugar.

—¡Yo sigo aquí, idiota!— le gritó ofendida —¡No me menosprecies ni tampoco a Sosuke!

—Kaori-sama tiene razón, Braggan— comentó Halibel. Le saque la lengua al viejo.

—Ustedes me están menospreciando a mí— se defendió Baraggan.

   Éste chasqueo los dedos y sus subordinados abrieron una pequeña Garganta para hacer aparecer un trono hecho enteramente de huesos. Bufe. Él se sentó como si fuera el Rey de todo.

—Ya que el Jefe no está disponible yo daré las órdenes— sentenció. Me acerqué a él tranquila, sin mostrarme enojada.

—No abuses de tu rango, Baraggan— le dije, él miró de ojo a Starkk.

—¿Hay algún problema?

   Starkk se rascó la cabeza y suspiró.

—Por mí está bien— cedió y el anciano me volvió a mirar.

—El que Coyote esté de acuerdo no importa, anciano, si excedes tu rango será un privilegio asesinarte— amenace y volví a donde me encontraba.

   Debía obedecer a Sosuke, no me costaba nada, además así podría estar con él y con. . . Grimmjow. Con mis esperanzas. Lilynette comenzó a pelear con el Espada de cabello castaño, me limite a mirarlos, debo analizar todas y cada una de las peleas. Baraggan mandó a sus Fracciones a los pilares para que los destruyeran, es un imbécil.

—Tus Fracciones son unos inútiles, Baraggan— musite cuando el reiatsu de sus subordinados desapareció. El golpeo con fuerza un cráneo y lo volvió cenizas.

—¡Cállate!— me gritó furioso.

—¡Sigo siendo tu superior, Baraggan, cuida tu lengua!— le grite de igual manera.

   Me puse de pie, ya estaba harta, me coloque las manos a ambos lados de mi cintura y ladee la cabeza. Esto está empezando a molestarme.

—¡Inútiles!— grite furiosa, los Espadas me miraron —¡Dejen de ver a esos Shinigami y pónganse a pelear o les perforaré la cabeza con mi zanpakuto!

—No se moleste, Kaori-sama.

—¡¿Cómo quieres que me calme, Halibel?! ¡Cada uno elija a sus oponente! ¡Ya!

   Así cada Espada se coloco con un Capitán, Soi Fong y su teniente con los subordinados de Baraggan, Haribel y sus Fracciones con el Capitán Hitsugaya y Rangiku, y Juushiro y Kyoraku con Starkk y Lilynette. Caminó hasta sonde Starkk y me siento en un edificio lo suficientemente alto para observarlo, la de él es la única pelea que me interesa, los demás no valen la pena, bueno y Ulquiorra pero él no está aquí.

—Kiki-chan— dijo Kyoraku, me sonroje —, te ves muy bien.

   Chasque la lengua.

—No te lo tomes a la ligera, Coyote— le digo al Espada, él asiente débilmente.

—Esa niña— murmuró Kyoraku —. ¿Podrías dejarla en algún otro lugar?

—¿Por qué debería?— cuestionó Starkk.

—No puedo luchar con mi máximo poder con ella aquí. ¿Tú no tienes el mismo problema?

   Él estúpido espada comenzó a decir que esas cosas no le interesaban, y que prefería llevar las cosas en paz, no pude evitar sentirme molesta. Aparecí junto a él con mi zanapakuto desenfundada, sus pupilas se contrajeron y Lilynette se exaltó.

—Si no peleas, me veré en la penosa necesidad de asesinarte— le dijo con la mirada sombría —. A Sosuke no le sirven Espadas que no puede cumplir con simples órdenes. Va a ser una pena desperdiciar tu potencial.

   Starkk suspiró.

—Bien, Kaori-sama— dijo por fin y desenfundo su katana —. Como usted ordene.

   Descendí hasta donde Juushiro se había sentado, con las piernas cruzadas un mis codos recargados en cada rodilla. El peliblanco me miró furtivamente, estaba concentrada en esa aburrida batalla, la aparición de un nuevo reiatsu me hizo curvar una sonrisa.

—Ya llegó— murmuré, Juushiro me miró extrañado —. Lo lamento, Juushiro, pero la persona que estaba esperando ya llegó.

   Abrí un portal en esa dirección y entré sin dudarlo. Llegué hasta donde Rangiku estaba peleando y la mirada de todas se posaron en mí.

—Te estaba esperando, Momo— dije apretando la empuñadura de mi espada.

Fin de la narración de Kaori.

***

Las manos de Hinamori se volvieron temblorosas, Kaori se apresuró a tomarla de las ropas y alejarla de ahí, las Fracciones le impidieron a Rangiku seguirlas, la risa de la pelinegra resonaba con fuerza. Ya a unos metros de las demás batallas soltó a la pelicastaña.

—Kaori-san— musitó Hinamori y se sorprendió al verla vestida de aquella manera.

—Te estaba esperando, Momo, fui muy paciente.

   La pelinegra blandió su espada sobre su cabeza, la bajó con velocidad pero Hinamori bloqueó el ataque con su zanpakuto.

—No te mataré rápido, sería aburrido, prefiero divertirme con la Teniente de mi nii-san.

   Volvió a blandir su espada y chocar acero con ella, una enorme sonrisa se curvaba en el rostro de la pelinegra, la zanpakuto de la Teniente estaba en su forma liberada, Kaori tenía muy en claro lo que quería hacer.

—Bien. Noto como los Espadas están siendo superados— confiesa Kaori —. Entonces yo me tendré que hacer cargo del Gotei 13 y nadie me va a detener.

   La pelinegra da un brinco hacia atrás y posa las manos en la hoja de su katana, sus ojos desprenden un brillo especial, se pasa la lengua por sus labios llenándolos de saliva, Hinamori aprieta la empuñadura de su katana con fuerza.

—¡Jujji, Kami Kira!— brama Kaori.

   Su shikai se libera, dejando ver una preciosa zanpakuto, Hinamori tiembla.

—Empecemos con algo sencillo— murmura la chica vestida con el uniforme de Arrancar. Colocó la punta de su katana apuntando a la pelicastaña, una esfera negra empieza a formarse en ella —¡Cero!

   El Cero color negro salió disparado a la pequeña shinigami quien no pudo evadirlo por completo, lastimándose el brazo derecho, intentó usar técnicas de Kido pero era muy predecible. Kaori chocó nuevamente zanpakuto con Hinamori.

—Terminaré contigo— murmuró Kaori.

   Se separaron sus zanpakutos y la pelinegra miro la de Hinamori.

—¡Mahi, Kami Kira (Paraliza, Asesino de Dios)!— gritó Kaori y la zanpakuto de Hinamori volvió a su estado sellado.

—¡¿Qué sucede?! ¡¿Qué has hecho?!

    Kaori elevó su zanpakuto sobre su cabeza y le cortó el torso a la pelicastaña, un gritó se escuchó a lo lejos y ella lo reconoció al instante, el Capitán Hitsugaya.

—Te necesito viva pero inconsciente— le susurró Kaori a Hinamori mientras la sostenía para evitarle una dolorosa caída —. Yume, Kami Kira (Duerme, Kami Kira).

    Los ojos de Hinamori se cerraron lentamente, Kaori descendió hasta dejarla sobre el techo de un edificio. Elevó la mirada, todos sus subordinados estaban luchando de manera inútil, ninguno lo hacía enserio, eso se lo podía esperar de Starkk pero no de Haribel o Baraggan. Enfundó su zanpakuto y volvió junto a Juushiro. Lilynnette lo estaba atacando pero Jusshiro simplemente la bloqueaba sin causarle ningún daño.

—Que ironía que Lilynette es la única con el espíritu de lucha— masculló Kaori bufando.


|Bleach: LA ESPECIE EXTINTA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora