CAPITULO 15: GRIMMJOW ES UN IDIOTA.

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Narra Kaori.

Ese idiota de Grimmjow, como se atreve a decir que estoy sonrojada. Refunfuño hasta llegar a mi habitación con los brazos cruzados sobre el pecho, le había pedido a Sosuke que me dejara mi comida en mi habitación ya que hoy me apetecía estar sola. Sosuke cambio mucho pero yo sé como es en realidad. Me llevó el primer bocado de comida a la boca y lo mastico como cien veces, realmente no tengo hambre pero no me gusta ver a Grimmjow derrotado, siento que tiene mucho potencial, no tanto como Ulquiorra o Starkk pero con mi entrenamiento podría conseguir un puesto de Espada más alto.

   Termino mi comida, he pensado mucho en la Sociedad de Almas, en mi padre y también en Kyoraku. No puedo arrepentirme de lo que he hecho.

   Cuando viaje al mundo real me di cuenta lo fuerte que era Ichigo. Aunque me sigo preguntando como es que Hirako sigue vivo, ¿el Hogyoku tendrá algo que ver? La intriga me carcome el interior.

   Miro la gargantilla dorada que forje hace unos días, contiene un reiatsu falso de nivel de un Capitán pero a diferencia del que mi padre me hizo este si lo puedo quitar y poner, Sosuke me dice que no hay necesidad de usarlo pero tan solo quiero... volver al pasado...

   Me lo coloco al cuello y lo abrocho perfectamente, es un reiatsu estático, lo puedo elevar pero es tan solo una ilusión. Nunca más permitiré que Sosuke este solo, porque su soledad lo esta llevando a todo esto.

   Me recuesto en la cama con la mirada fija en el techo. La puerta de mi habitación emite un extraño sonido y se abre, dirijo la mirada hacia ella y veo a Grimmjow en la entrada con su zanpakuto en la mano.

—No molestes, Grimmjow.

—Dijiste que seguiríamos después de que comieras —replicó casi molesto.

   Solté una carcajada.

—No, no, no, mi querido Espada, yo dije que comería y que seguíamos mañana —dije mientras me senté en el borde de la cama.

   El peliazul lanzó un gruñido. No me levanté, su mal humor me ponía los nervios de punta, cerré los ojos y suspiré. Pero unas fuertes manos me levantaron con violencia de la cama, el acto me obligo a abrir los ojos de golpe. Grimmjow me tiene sujeta de amabas muñecas.

—¿Por qué la agresividad, hombre?

—Quiero hacerme más fuerte.

   Miro mi muñeca, entorno los ojos y me libero de él. Abro un portal y salimos fuera de Las Noches, Grimmjow me sigue de cerca pero en cuanto ambos estamos afuera lanzó un Cero no muy grande, lo evade.

—Debes mejorar tus reflejos, idiota.

—¡¿A quién le dices idiota, idiota?! —me grita.

   Bufo.

   Él es más alto que yo, no por mucho pero si debo alzar la mirada para verlo a los ojos. Me lanza un puñetazo y lo detengo con mi mano. Ahora una patada pero la bloqueo con mi rodilla.

   Vamos retrocediendo conforme vamos peleando, pero no alcanzo a avistar una piedra doy un traspié y caigo de espaldas y como le estaba sujetando el puño al peliazul, él cae conmigo. Sus labios están presionando los míos, una de sus manos está en mi pecho y lo estruja con delicadeza como intentando saber que es aquello.

   Mis mejillas se pintan de rojo, con las plantas de los pies lo empujo y le doy un fuerte puñetazo en el pómulo cae en la arena y me mira desconcertado. Me cubro los pechos con ambas manos, estoy temblando.

—¡Pervertido! —grito sonrojada.

—¡¿Qué?!

   Abro un portal y llego a Las Noches, sin él. ¿Por qué se sintió bien?

Fin de la narración de Kaori.

***

—Kaori-san —dice Gin entrando a la a habitación de la pelinegra —, el capitán Aizen la está buscando.

   Kaori asiente y se levanta, por su mente pasan los recuerdos del día anterior y la extraña sensación que recorrió su cuerpo al ser tocado por el peliazul. Sacudió la cabeza y llegó al salón principal. Pero se sorprendió al ver a un joven de pelo casi tan negro como el de ella y poderoso ojos verdes.

—Ulquiorra —dijo Kaori al parecer molesta, dirigió su mirada al que estaba sentado en el trono.

—Que molesta eres —dijo el pelinegro.

—De todos los Espadas eres el más exigentes y el más gruñón— rezongó Kaori —. ¡Yo puedo ser todo lo maleducada que quiera! ¡Nii-san me da ese privilegio!

—Eso prueba que eres una terca —murmuró Ulquiorra.

   La chica apretó los puños y le lanzó una mirada asesina.

—Kaori —dijo Aizen y ella lo miró —, quiero que acompañes a Ulquiorra y a Yammy al mundo real.

—¡Ya sé lo que tengo que hacer, Sosuke! —gritó ella y se dio media vuelta —. Es tan molesto que siempre me digas lo que tengo que hacer.

—Parece que el incidente de Grimmjow de ayer te afectó —murmuró el pelicastaño.

   Kaori se quedó helada pero el color le volvió casi de inmediato mientras se le contraía la garganta.

—¡No tienes porque estar espiando a tu hermana, Sosuke! —gritó ella —. ¡Déjame tener mi privacidad!

   Elevó las manos y las sacudió en ademán de burla se dio media vuelta y camino a la salida.

***

Narra Kaori.

Lo único que me queda es entretenerme un rato en el mundo real, tal vez si fuera con Harribel o Starkk no habría problema pero Ulquiorra es un aburrido y Yammy un maniático. Me senté en el pasillo y medité lo que había pasado, si me seguía alterando podría romper el sello.

   Coloco las manos en el piso y me levanto con éxito, ya no puedo sentir el reiatsu de los dos idiotas, tal vez ya se fueron. Abro una Garganta y los veo de pie sobre un gran cráter en medio de un bosque. Idiotas. ¿Por qué no son discretos? Salgo hacia con ellos, expulsan una gran cantidad de reiatsu, que presumidos.

   Me paro detrás de ellos y suspiro.

—No puedo creer que no hagas esto con un poco de discreción —les digo.

   Yammy entorna los ojos y Ulquiorra no dice nada. Golpeo a Yammy en el estómago, cae sofocado de rodillas.

—Nunca me vuelvas a entornar los ojos, Yammy—le gritó.

—Paren de pelear —ordena Ulquiorra, Yammy se pone de pie y chasquea la lengua.

—¡A mí no me des órdenes, Ulquiorra!

   Me pone una mano en la boca para que me calle que humillación, lo aparto y les doy la espalda refunfuñando, salgo del cráter pero me siento en un borde.

   De pronto un montón de gente se hacer, pero como es natural no nos pueden ver. Suspiro. Yammy sale del cráter, y comenzó a absorber sus almas hasta matarlos.

—¡Que mal saben! —vocifero el gigante, Ulquiorra sale del cráter.

—Naturalmente, es imposible que esas almas tengan buen sabor —le dice Ulquiorra, entorno los ojos.

   Los observo, no se que misión les encomendó Sosuke pero no me interesa. Miro a las personas tirada en el suelo y una aún se mueve.

|Bleach: LA ESPECIE EXTINTA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora