Proveeduria

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día 39

-arriba, levántate-me llamo el. Lo mire sin expresión e hice lo que me pidió. Caminamos a paso veloz hasta llegar a la entrada de la escuela. Los pasillos estaban, como normalmente, vigilados por los PDSC. No entendía por que lo hacían, igual, ningún guardia ni policía podía entrar a la escuela. 

Estábamos frente a la puerta de salida. ¿que demonios hacíamos aquí? Le susurro algo a un PDSC y luego se volteo a mi. Me miro de arriba a bajo indiscretamente. Joder, aun me ponía nerviosa esa mirada. ¿Como es eso posible? Llego a mis ojos y pensó unos segundos. Se acerco a mi.

Y en un movimiento rápido, coloco sus manos en mi remera y la rompió desde el vuelo de abajo, hasta el borde del inicio del brasier rojo. Agarre mi camisa rota e intente taparme rápidamente.

-¿que te sucede?-le reclame furiosa. Me tomo del brazo y me apego a su cuerpo mirando hacia adelante y el atrás mio.

-escucha nena, quedate quieta. No te asustes, no te haré daño, pero quedate quieta ¿vale?-me rodeo fuertemente con un brazo la cintura inmovilizando también mis brazos, y con su otra mano apunto un arma a mi cabeza. ¡¿apunto un arma a mi cabeza?! ¡¿que demonios estaba pasando?!

Camino hasta el borde de la puerta, y de una patada la abrió.

Y allí vi, la luz del día. Por primera y real vez en mucho tiempo.

Casi no podía abrir los ojos por los rayos del sol, los flshess de las cámaras, y todas las luces de los veiculos. Intente acostumbrarme a la claridad y visualice rápidamente el panorama. Millones de policías armados nos puntaban atrás de sus coches. tras estos automóviles se hallaban cientos de reporteros y camarògrafos traspasándonos con las miradas y la multitud gritando y señalándonos. ¿que estaba pasando?

-¡escuchen!-grito Jace atrás mio-¡cállense todos!-grito furioso y logro que el ruido bajara de nivel-¡no se muevan por que juro que la mato! ¡es Carolina Young, y juro que lo haré!-grito apuntándome el arma a la cabeza. Cerré mis ojos e intente alejar mi rostro lo mas que podía de el arma, pero era casi imposible por el fuerte y doloroso agarre de Jace-¡ahora óiganme todos idiotas, por que no lo repetiré!-todos callaron y los camarografos estaban mas que atentos-¡la jodida cantina de la escuela no tiene mas, siquiera un alfiler! Dentro en un día quiero todos los paquetes de pizzas y alimentos junto con bebidas que se les pueda ocurrir aquí fuera en la puerta!-los policías comenzaron a mirarse entre si-no os amenazare con dármelos o no. La cosa es simple; no dan los alimentos, y los 60 mocosos que aun están ahí dentro mueren de hambre. ¡¿me entienden?!-grito. Los policías murmuraban entre ellos. En el centro de los guardias, un hombre vestido con traje se encamino lentamente hacia nosotros. A tan solo unos 6 metros de nuestro lugar Jace me aferro mas al arma y grito.

-¡allí nomas! ¡ni un paso mas por que su vida termina!-el hombre paro en seco y miro a Jace.

-me llamo Nestor Macri-se presento-soy el sub vice presidente, quería hablar contigo Jace Brown-Jace lo miro incrédulo y rió amargamente.

-pues yo no quiero hablar contigo. Si hablare con alguien, sera con la puta presidenta. ¿es que no entienden? ¡me vale mierda!-grito y esta vez apunto su arma al tipo. De inmediato todos los policías se colocaron rígidos-¡quiero la puta comida en un día o juro que la mato delante de todos ustedes, y los de adentro se mueren de hambre-dirijo rápidamente su arma hacia mi haciendo que el hombre diera un paso y haga una seña con las manos de que se tranquilizara.

-tranquilo, tranquilo. Lo haremos, en un día, os daremos comida hasta de sobra. Pero deja de apuntarle el arma a Carolina por favor-dijo el en forma de suplica. Joder, ¿es que ahora todo el país me conocía? Carajos, y, ¿quien sabe si hasta el exterior me conocería?.

-un día-le señalo con el arma y camino hacia atrás hasta chocar con la puerta, hizo un par de golpes, esta abro y ambos pasamos.

Cuando llegamos a nuestro salón, rápidamente corrí hacia una esquina y aferre fuertemente mis piernas a mi cuerpo metiendo mi cabeza entre medio y tapando el resto con mi cabello.

Unos segundos después Jace se sentó en su escritorio desinteresada. Levante levemente mi mirada y lo mire de la peor manera posible.

-me has... me has puesto un arma en la cabeza-dije susurrando. El levanto la mirada, y me observo de costado con una mirada de pena.

-lo siento-dijo débilmente. Mis ojos se humedecieron rápidamente y escondí mi cabeza entre mis rodillas antes de queme viera llorar. Intente no emitir ningún sonido de mi boca para no tener que cargar con sus comentarios.

Me aferre mas a mi misma, en cuando sentí una mano tocan dome mi hombro levante rápidamente la mirada

-vamos Carolina, no llores-Jace estaba delante mio agachado a mi altura., con cara de ¿preocupación? Volví a esconder mi rostro entre mis piernas con aun lagrimas saliendo.

-no me toques-dije dije moviéndome a un lado para quitar el roce de su piel con la mía. El cerro su mano en un puño y bajo la mirada.

-vamos, no me tengas miedo niña. No te haré daño. ¿crees que soy un asesino? ¿crees que t asesinare?-dijo, hasta amablemente sonó. Levante mi mirada con cara incrédula aun con lagrimas separándose de mis ojos.

-¿que no te tenga miedo? ¡me has violado Jace! ¡has matado a un chico en frente mio! ¡me estas reteniendo en contra de mi voluntad! ¡y me has apuntado a la cabeza amenazando a medio país! ¡la verdad que creo que estoy en todo mi derecho de temerle a ti y a todo lo que tu desquiciada mente quiera hacer conmigo el día de mañana!-grite desgarradora mente. El volvió a bajar la vista y luego la levanto mirándome con esos penetrantes ojos avellana.

-estaba drogado, joder-se quejo con furia-¡nunca te hubiera puesto un jodido dedo encima de esa forma estando en mis capillas Carolina!-cerré automáticamente mi boca y baje la mirada.

-aun no es escusa-susurre cais inaudible. El miro hacia otro lado.

-no estoy ni de asomo pidiéndote perdón niña. No niego que lo he gozado, pero tampoco niego que eres con la primera tía que me trae remordimiento haberla lastimado-me miro rápidamente.

-¡me has apuntado con un arma y tu agarre me hacia daño, Jace!-grite casi a todo pulmón.

-¡si querría pegarte un verdadero tiro ya lo habría hecho hace bastante!-se levanto de un golpe-tienes un instinto suicida bastante irrelevante a lo que consta pensar que te matare. ¡yo no te matare! ¿tu quieres que lo haga?-se acerco amenazadoramente hacia mi, me pegue contra la pared asustada y negué con rapidez, pero débilmente, con la cabeza-¡entonces deja te tentarme a hacerlo! Por que no tienes ni una idea de lo tranquilo y productivo que seria estar aquí dentro sin ti-dijo y salio hecho una furia del salón.

Y mi mente me siguió torturando con sus palabras. "sin ti" estar aquí dentro sin mi.

Nunca me sentí realmente amada por mis amigas. Ni por mi familia. Ni por nada. Nunca me sentí realmente completa, estando aquí dentro al menos el sentimiento de soledad había sido reemplazado por uno de miedo, o de dolor físico. El dolor físico es lo único tan fuerte como para llenar un vacío de dolor sentimental.

Y ahora toda mi fantasía se había caído abajo. Con aun sus palabras retumbandome en mi cabeza, me volvía cada minutos mas loca. Mi mente ya estaba desquiciada, y nada la podría salvar.


Stockholm syndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora