1.5-Interrogatorio

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—O sea que, prácticamente se llevaba bien con todos ¿no?

Repitió Rob, intentando desesperadamente tener un no por respuesta, o al menos un "tal vez", para que diera en un punto clave, un punto frágil, algo que no cuadrara, o simplemente "algo", para acercarse más y atrapar al misterioso asesino que tanto lo ha atormentado de una vez por todas.

—Así es oficial, aunque no parezca cierto, mi niña nunca tuvo ningún problema con nadie, desde que nació hasta su muerte, así que no veo forma de que eso pueda ayudar en saber quién fue quien la...quien la...

Rompió a llorar de inmediato, sin haber terminado la oración, aunque no hacía falta, ya se sabía su última palabra. El oficial miró fijamente las imágenes de la escena, intentando descubrir algo que no pudo en la misma con tanta conmoción y ruido. Luego de pensar un poco preguntó a la mujer algo que la dejó con expresión de duda y confusión de inmediato:

—Su hija...alguna vez, digamos, cometió algún caso grave, o ha tenido algo, ¿cómo decirlo?... ¿oscuro?

Atontada, con voz quebradiza alzó la vista y replicó:

—Disculpe, la verdad, no entiendo su pregunta.

—Mi intención es que no lo haga, señora Jenner.

Esa afirmación terminó por enfurecer a la mujer, haciéndola creer que le estaba tomando el pelo, así que se paró bruscamente del sillón y comenzó a gritar estupideces en contra del oficial, agitando los brazos como loca, a lo que él dijo tranquilamente sin inmutarse:

—Por cierto, no crea que le estoy tomando el pelo.

La mujer quedó inmóvil en medio de su "jaleo". El oficial sin mucha tardanza continuó, y de una forma muy directa:

—Sólo estoy intentando ver si hay alguna conexión con el perfil de las personas a las que El Guante asesina.

Estando un poco sorprendida por esas palabras, "no crea que le estoy tomando el pelo", justo lo que había pensado, retiró su antigua expresión de angustia y rabia, mejor calificada como locura sin razón. Tomó asiento nuevamente, con la cara inmóvil apuntando al suelo y con voz suave respondió muy lentamente:

—Sabe, en realidad, mi hija no era tan "perfecta", como todos decían, yo la conocía más que nadie, a pesar de lo poco que interactuábamos...

Rob se puso cómodo para escuchar a la mujer, esta era información muy valiosa, y no quería perderla, por más que estuvieran siendo grabados, esto quería escucharlo por él mismo.

—...de hecho, se volvió algo oscura y distante desde que su padre murió, pero no lo demostraba fuera de casa, y, llámeme loca, o fría, pero ahora que lo pienso, está mejor muerta. La pobre estaba muy deprimida, rayaba las paredes y encontraba sangre de vez en cuando en su habitación. Tenía pesadillas que no la dejaban dormir y de todos modos asistía al Instituto, sobre exigiéndose para complacer a su madre. Ya la había llevado a varios psicólogos y ayuda especial, pero nada funcionó, solo empeoraba, cada vez más depresiva, con menos charla, sólo estudiaba, comía y dormía. Creo que "El Guante", nos ha hecho un favor a mi hija y a mí.

Perplejo, pero a la vez agradecido de haber conseguido esta horrible pero valiosa información, Rob hizo una última pregunta antes de dejar a la ya tranquila alma marcharse;

—O sea, que, ¿aprecia que el asesinato se haya hecho, que en realidad ayudó en vez de empeorar?

Sin mover los ojos del suelo, respondió tranquilamente:

—Eso, eso creo yo...

Dirigió la mirada a Rob.

—...y, usted, ¿acaso no piensa lo mismo?

Luego de un suspiro, pronunció un simple "sí", sin mucha seguridad, e invitó a la mujer a irse, quién se levantó y se marchó lentamente, mucho más calmada de lo que había entrado. La habitación quedó sola, y más tranquila de lo que hace unos segundos estaba, por más que no fuese tanto.

—Ayudar a las personas...

Pensó para sí mismo con una mano sobre la boca. Luego se dirigió hacia el tablero con mucha prisa, y al cabo de un minuto...

—¡Eso es!


El Espejismo #PremiosEmpireWhere stories live. Discover now