Capítulo 4 : Contradicciones.

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[...]

-Sabía que vendrías-El cuerpo de Arturo había acorralado al de Sofía contra la puerta al cerrarse esta, el joven la miraba a los ojos con una sonrisa traviesa en los labios.

La respiración de Sofía se había entrecortado, sentía el corazón a mil por hora cuando lo sintió así de cerca, sus ojos la buscaban, los de ella hacían el intento de esquivarle, estaba paralizada ante él, no sabía cómo reaccionar, ¿Cómo le iba a explicar que hacía dentro de la casa? Y sobre todo ¿Qué excusa pondría para estar en el piso de arriba? Su cabeza dejó de dar vueltas en el instante que Arturo rozó con sus dedos la piel de su brazo, rápidamente su piel se erizó volviéndola en sí, entreabrió los labios poniendo distancia con las manos entre el pecho de Arturo y ella. -Arturo no. -Es lo único que se atrevió a decir.

- ¿No? -Al ver su reacción dio un paso hacia atrás para mirarla mejor, pero sin perder aquella pícara sonrisa en los labios, se cruzó de brazos sin dejar de mirarla. -Entonces podrás explicarme que hacías aquí ¿verdad?

La cara de Sofía se quedó pálida cuando por fin le pidió explicaciones, tartamudeó un segundo. -Yo solo estaba buscando a Soledad para buscar unas pastillas, me dijeron que estaba arriba. -Intentaba excusarse lo mejor que podía evitándole la mirada, gesticulaba de un lado a otro nerviosa.

- ¿Segura de eso? -Ladeo la cabeza Arturo que ahora mostraba un semblante algo más serio.

-Claro Arturo, ¿Por qué iba mentirte? Solo subí por las pastillas. -Tragó saliva atreviéndose a levantar un poco la mirada hasta el, pero la apartó enseguida. -Tengo que bajar me estarán esperando.

- ¿Y por qué no me cuentas mejor la verdad? -Dijo muy tajante.

- ¿La verdad? Ya te la dije Arturo. -Respondió Sofía que agarraba ya el pomo de la puerta.

-Porque no me creo que hayas subido aquí tan solo por unas pastillas, porque no creo que tiembles por el miedo a que te pillara por unas simples pastillas, porque no me miras a los ojos cuando me hablas, porque aunque lo niegues, tu cuerpo me está hablando más que tus labios Sofía. -Arturo dio el paso justo que les separaba, agarró el mentón de Sofía que quedo totalmente paralizada y en silencio ante sus palabras, Arturo acercó a sus labios a los de ella, no oponía resistencia, era el momento justo para poder alcanzar ese ansiado momento que el tanto deseaba. -Sofía titubeó un poco pero dejo que se acercara hasta el, su cuerpo no estaba tenso, al contrariose, había desarmado frente a sus palabras, tenía tanta razón como sus ganas por besarlo, despacio deslizó la mano del pomo de la puerta al pecho de Arturo. -Sabía que querías...-Aquellas palabras de Arturo resonaron en la cabeza de Sofía, la cual metió la mano en su bolsillo izquierdo sacando un par de pastillas que anteriormente le había dado Soledad en la cocina, apartó bruscamente a Arturo, le encaró enfadada mostrándole que era verdad lo que decía.

-No vuelvas a tratarme a tu antojo, no soy tu juguete. -Gruñó entre dientes la joven lanzándole una mirada fulminante a Arturo que se había quedado casi sin habla ante la reacción de ella, Sofía abrió la puerta para salir muy rápido, pero entró corriendo asustada.

- ¿Qué ocurre? -Consiguió Arturo hablar sin apenas darle tiempo a analizar lo sucedido antes.

-Tu..tu...-Tartamudeaba nerviosa Sofía que caminó más a dentro de la habitación. -Tengo que esconderme. -Se metió rápidamente dentro del armario ante la mirada de sorpresa de Arturo.

- ¿Pero que estas hacien...?-Antes de terminar la pregunta Flavio entró en su habitación viendo a Arturo plantado allí en medio.

- ¿Carnal? ¿Qué estás haciendo tú aquí? -Preguntó Flavio mirando ceñudo a su hermano que entendió por fin el nerviosismo de Sofía.

Susurrame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora