Capítulo 8 : Susurradores.

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Avisar antes que contiene escenas para adultos, lo digo por las mentes blandas que no les gusta leer esta clase de cosas como ya me han hecho saber algunos que leen la historia, yo aviso, las hay, las habrá y no las voy a omitir, pero aviso por si no queréis así leer los capítulos que las contengan, espero que os guste igualmente ....


La noche anterior había sido un caos en la habitación de invitados, Piedad se había encargado de estar al cuidado de su nieto ya que aquel brebaje que le había dado Amanda no había sido nada bueno, veló su sueño, cuido sus escalofríos, calmó sus delirios en mitad de la noche, no fue fácil para ella llegar de nuevo al rancho que siempre había sido su casa y encontrarse con aquella escena, Piedad sabía de sobra que su nieto Arturo nunca se quiso casar con Amanda, incluso en su día le pidió a su hijo que no le obligase a hacerlo, pero fue una petición inútil, era una mujer de carácter fuerte, sincera, honesta , le gustaba cuidar de los suyos, por eso no quería separarse de su nieto en aquel momento.

Llegó el día, Piedad entró en la habitación de Arturo después de haberse ido un rato a descansar, vio al joven salir del baño aún con mala cara. -Arturo, no me gustó nada lo que vi anoche, ¿Cómo consientes eso aún?

-Créeme abuela que lo he intentado remediar muchas veces, pero fue en vano. -Se abrochaba los botones de la camisa uno por uno mirando a su abuela que le observaba cautelosamente. - ¿Y cuándo llegaste? ¿Por qué no avisaste para que fuésemos a por ti?

-Ni que yo fuera un anciana que no se vale por si sola mijito, quise darles una sorpresa, pero al parecer la sorpresa me la dieron a mí. -Volvió a meter el pie en el asunto de Amanda.

Arturo negó con la cabeza sonriendo, se acercó hasta su abuela dando un beso dulce en su frente. -Gracias por todo abuela. Pero intentemos evitar el tema, yo hablaré hoy con Amanda, te lo prometo.

-Te drogó. -Miró a los ojos a su nieto que agachaba la mirada hasta el suelo. -No puedes consentir eso Arturo.

No quiso seguir con el tema, le dio una vez más las gracias por haberle cuidado esa noche y se dispuso a marchar por la puerta tras coger el sombrero.

-Arturo...habló una joven anoche, su nombre era...era, Sofía, si eso, Sofía. -Aquello hizo que Arturo se detuviese justo en la entrada, miró a su abuela entrando de nuevo hacia la habitación.

-Pero... ¿no le dirías nada de lo que pasó verdad? -La cara de Arturo reflejaba perplejidad, no quería que Sofía se preocupase de nada. -Por favor nunca cuentes nada de esto a Sofía, bueno a nadie abuela.

La cara de Piedad al mirar a su nieto fue de sorpresa, entendió al instante que aquella tal Sofía era alguien importante para él. -Puedes estar tranquilo mijo, nadie sabrá nada, pero me has prometido que pondrías solución a esto pronto.

Arturo tras aquella conversación volvió a dirigirse a la puerta, esta vez sí llegó a salir, fue a buscar Amanda, pero no la encontró en ningún lugar de la casa, Soledad le terminó por informar que salió muy temprano, pero no había dicho dónde iba, Arturo bufó enfadado, tenía que enfrentarla, pero si por ahora no podía hacerlo su padre tenía que oírle, esto no podía seguir así, buscó en su despacho y allí lo encontró, se sobresaltó por la entrada tan violenta de Arturo.

- ¿Qué formas son estas de entrar Arturo? -Se puso rápidamente en pie mirando fijamente los ojos de Arturo.

-Ahora mismo tú y yo vamos a hablar, y no me vale ninguna excusa, tiene que ser ahora. -La voz de Arturo reflejaba la ira de sus ojos que ahora estaban clavados completamente en los ojos de su padre. -Quiero que me escuches atentamente.

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