El día había empezado como cualquier otro en el Rancho Mendoza, los tres hermanos ya se habían encargado de cubrir todas las bajas que habían tenido los últimos cuatro días, todo empezaría desde hoy a volver a su sitio, o al menos eso es lo que ellos pensaban. Arturo se levantó de buen humor, bajaba las escaleras para dirigirse al salón a desayunar, cuando se encontró de frente con sus hermanos, los dos se acercaban hacía él con unos papeles en la mano.
-Aquí tiene señor, todo listo como ordenó. -Bromeó Flavio dándole los papeles a su hermano.
-Lo hemos mirado todo con lupa, de lo bueno escogimos lo mejor, pero de igual forma, en cada puesto esta detallado lo más destacado de sus currículos. -Añadió Samuel con una sonrisa de oreja a oreja.
Arturo observaba los papeles curioso, reconoció el apellido Acevedo en una de las hojas, pero su cara cambió cuando vio que no era el informe de la chica con la que había tenido el altercado, se sorprendió cuando al pasar otra hoja vio el mismo apellido, dos hojas más atrás pudo ver por fin el de Sofía. Sus hermanos lo observaban curiosos al ver que movía las hojas de un lado a otro como queriendo sacar más información de la que había en los papeles.
- ¿No te cuadra algo carnal? -Preguntó Flavio extrañado.
Sacó las tres hojas con el apellido Acevedo mostrándoselas a sus hermanos. - ¿Os habéis fijado en esto? -Preguntó mirando ceñudo a sus hermanos que agarraron las tres hojas observándolas ahora con curiosidad.
-Andrea, Irina y Sofía Acevedo León. ¿Son hermanas no? -Dijo Samuel con una sonrisa en los labios. -No me había dado cuenta de esto. -Que buen ojo carnal.
-Están bien chulas las tres. -Flavio le propino un codazo en forma de broma a su hermano que ojeaba la ficha de Sofía. -Aunque tú con lo que tienes ahí no deberías mirar para otro lado carnal, que bien se ve la condenada. -En ese momento apareció casi de la nada Amanda, la esposa de Arturo que se acercaba con una amplia sonrisa a los tres hermanos.
- ¡Flavio respeta! -Le reprochó Samuel en el instante que se dio cuenta que estaba mirando a su cuñada. -Es la esposa de tu hermano. -Samuel miró a Arturo que pareció no inmutarse sobre los comentarios que le hacían sobre su esposa.
-Buenos días chicos, se os ve de muy buen humor, ¿quiere decir eso que hay buenas noticias? -Se colocó al lado de Arturo agarrándolo por el brazo.
-Ya tenemos todo el personal, y hoy será una casa de locos porque habrá que enseñarles todo para que conozcan la casa, sus alrededores y sobre todo el modo en el que en este rancho se trabaja. -Arturo miró a sus dos hermanos y luego a Amanda. -Quería pedirte que le echaras una mano a Soledad con las nuevas asistentas, ya que Flavio y Samuel se encargaran de los contables y yo del personal de las cuadras.
-Será un placer ayudarles. -Dijo ella con una sonrisa en los labios que invitó a sonreír a sus dos cuñados.
- ¡Flavio! ¿Todos están en aviso? -Preguntó Arturo soltándose del agarré que le había puesto su esposa para colocar todos los papeles en orden.
-Si carnal, estarán todos a punto de llegar. -Respondió Flavio girándose hacía la entrada, aún es temprano.
-Bueno, si me disculpan yo tengo que irme a las cuadras para ir preparando a Méndez y a los demás para los nuevos. -Arturo no dijo nada más, estar al lado de Amanda lo incomodaba, aquella noche también había dormido en la habitación de invitados, pero no sabía cuánto tiempo iba a poder mantener aquella distancia que no le dejaban agrandar. Se dirigió despacio a las cuadras cuando al pasar por donde ayer se había encontrado con Sofía recordó como aquella mujer lo había dejado boquiabierto con su actuación ante uno de sus caballos, fue realmente increíble, sin darse cuenta sonrió entrando por fin en las caballerizas.
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Susurrame.
RomanceDesde hace unos seis años he estado en foros de rol, creando personajes, historias, tramas, uniones y demás, me gusta mucho este tipo de cosas, siempre me consideré muy novelera cuando creaba mis tramas, eso si siempre decidí hacerlo moderadamente...