Susurrame.

Capítulo 15 : Lo que debe y no lo que uno quiere.

La noche para Arturo había sido demasiado larga, o por otro lado muy corta, porque llegando la mañana tenía que hacer oficial en el desayuno que iba a ser padre con Amanda, pero eso no era lo peor, tenía que alejar a Sofía de él para que la desquiciada de Amanda no le hiciese daño, la perdería, lo sabía y eso lo tenía al borde de los nervios, inquieto se movía de un lado a otro buscando alguna solución, podía contar la verdad y proteger a Sofía de todo, pero con la mente perversa de Amanda no podía contar con esa posibilidad al 100% necesitaba, se levantó de la cama frotándose los ojos, no había pegado ojo en toda la noche, pero tampoco tenía sueño, se le había esfumado al igual que las ganas de bajar a desayunar con todos.

Entró en el baño para darse una ducha y así poder aclarar un poco las ideas, salió de allí para vestirse, lo hizo pero no salió de la habitación no se sentía preparado, tenía que fingir delante de todos que iba a tener un hijo con Amanda ¿De verdad? Sabía que aquella mentira solo se la creería su padre, porque Flavio sabía la verdad, Samuel ignoraba gran parte de lo que ocurría con Sofía, o al menos eso era lo que él pensaba, su abuela tampoco se creería tal mentira, pero debía hacerlo, tenía que hacerlo así por Sofía, por su hijo.

Tocaron a la puerta, tragó saliva, pero cuando se dispuso a contestar ya habían abierto esta, era Amanda. - ¡Buenos días mi amor! -Sonrió entrando dentro de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja, si había algo que a Arturo le fastidiaba era aquella careta que se había elaborado para hacer que todo pareciera un cuento de hadas, aunque solo pasar en su cabeza.

- ¿Listo para dar la gran noticia a todos? -Se acercó a él para darle un beso, pero Arturo se apartó gruñendo mirándola con asco. -No me mires así...esto es así por tú culpa mi amor, yo no quería llegar a este extremo, pero me has obligado, así que vamos.

Arturo no dijo nada, no quería cruzar ninguna palabra con ella, agarró su sombrero saliendo de la habitación con dirección al salón donde ya estaban casi todos esperando para desayunar, giró la cabeza pudiendo ver que Amanda le seguía, suspiró mirando la mesa pensando en todo lo que se le venía encima en cuanto dijeran la gran noticia, se sentía agobiado, quería salir corriendo para buscar a Sofía y poder huir lejos de todo aquello, pero no podía su realidad era diferente, ya estaba sentado en la mesa al lado de Amanda, rodeado de su familia, era cuestión de tiempo que ella abriese la boca para anunciar a bombo y platillo que serían padres.

- ¡Familia!

Arturo casi se atragantó al oír aquello, pero no era Amanda, era su padre quien había captado la atención de todos, aunque tras toser de aquella manera ahora era él el foco de todas las miradas. -Estoy bien tranquilo, continúa papá.

-Solo quería daros las gracias a todos por el esfuerzo que estáis haciendo respecto al trabajo, tanto en el rancho, el banco y el hipódromo, no puedo estar más orgulloso de la familia que tengo. -Don José Antonio estaba contento tras los últimos resultados en su economía para él era demasiado importante salir del bache por el cual estaban atravesando desde hace unos años.

Todos aplaudieron tras sus palabras, se felicitaron unos a otros por las labores que habían ejercido todo este tiempo, Amanda se puso en pie con una sonrisa de oreja a oreja. -Suegro si me permite, cojo su relevo para hablar, me gustaría daros una noticia que seguro os va a encantar a todos.

- ¿Te vas por fin de la casa? -Dijo Doña Piedad secándose los labios con su servilleta.

- ¡Mamá! Por favor, se más amable con Amanda. -Le reprochó su hijo-Continúa Amanda, ¿Cuál es esa noticia? -La invitó a proseguir.

Amanda miró con una sonrisa en los labios a la abuela, luego puso los ojos en su suegro y finalmente agarró del brazo a Arturo para que se levantara de la mesa, este lo hizo sin reprochar, el corazón le latía muy deprisa, no de emoción, era la angustia e impotencia que sentía en aquel preciso momento.