Capítulo 12 : Excusas.

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Habían trascurrido unos días desde aquella noche en la casa de Sofía, ella seguía dándole vueltas al asunto de Amanda, desde su visita todo era muy tenso, los días que pasaba en el rancho tenía siempre sus ojos clavados en la espalda, evitó por todos los medios verse con Arturo, aunque a escondidas lograban escapar, y por las noches se encontraban en la casa de la playa, pero de igual forma estar en aquella situación estaba afectando mucho a Sofía.

Arturo estaba en la misma situación, para no poner en riesgo a Sofía evita mucho el verla, también hacia lo imposible para que Amanda se mantuviese lejos de donde Sofía se encontraba, aunque era inútil la mayoría de las veces que lo intentó, siempre conseguía hacer lo que quería, tanto con él como con todo el mundo, era demasiado frustrante todo aquello.

Sofía estaba en las caballerizas pasando informe junto a unos vaqueros vio que uno de los vaqueros que montaba un caballo salvaje se veía en apuros, rápidamente dio la voz para que los demás vaqueros fueran a su ayuda, pero el animal estaba descontrolado, Arturo de lejos también veía la situación pero cuando quiso llegar a tiempo era demasiado tarde, el animal había tirado al suelo al joven jinete, a pesar de la caída tan aparatosa el joven no sufrió mucho daño físico, Sofía corrió rápidamente a auxiliarle, lo estaba tratando con la mayor delicadeza posible cuando miró la cara del jinete se le representó la imagen de su padre cuando era joven, su ojos se agrandaron , su sonrisa salió de sus labios como si fuera uno de los días más felices de su vida, había sido una sensación muy extraña la que le recorrió el cuerpo, no era la primera vez que aquel joven le hacía recordar a su padre, no podía explicar aquello, era una mezcla de melancolía y ternura la que aquel joven le hacía sentir.

A tan solo unos metros se encontraba Arturo, el cual observaba como Sofía miraba a uno de sus empleados, una rabia interna se apoderó de él, apretó los puños tragando saliva, quiso dar un paso hacia delante pero terminó retrocediendo para marcharse de allí murmurando para sí mimo, lo que acaba de ver unido a los días anteriores de estar tanto tiempo separados le hizo dudar de los sentimientos de Sofía, también de si todo aquello que estaba arriesgando con su familia le valdría la pena, se enfurecía por momento, no quería ni pensar en la idea de que otro la tocase, golpeó un recipiente que había a su paso haciéndolo rodar con fuerza.

Terminó apoyado en una de las columnas del cobertizo dejando la mirada clavada en un punto fijo, se empezaba a hundir en sus pensamientos más profundos, aquel vaquero era el mismo con el que Sofía había acudido aquella noche a la fiesta ¿La distancia que estaban teniendo por culpa de Amanda estaba haciendo que le olvidara? No le gustaba esa idea, se negaba a aceptar que eso pasara, pero podía existir aquella posibilidad, estaba enfadado consigo mismo, estaba celoso, muy celoso, tanto que no quiso seguir con el trabajo que estaba haciendo así que se dirigió a la casa.

La suerte no estaba del lado de Arturo cuando se encontró con Sofía, este intentó esquivarla, pero ella lo llamaba. - ¡Arturo! -No hizo caso cuando escuchó su nombre, estaba demasiado enfadado para hablar con ella.

- ¡Eh, Arturo! -Volvía a insistirle una vez más al ver que no le hacia el mas mínimo caso, corrió hacia el agarrándolo del brazo.

-No quiero hablar ahora Sofía, si me disculpas tengo cosas que hacer. - El tono de su voz era rudo y bastante seco, ni siquiera le miraba a los ojos como acostumbraba.

- ¿Qué te ocurre mi Rey? -Con cara de preocupación Sofía dejo el macuto que cargaba en el hombro para agarrar la cara de Arturo para hacer que le mirara a los ojos.

Este la apartó las manos dando un paso hacia atrás. -Tampoco quiero que me digas así. -No quiso seguir conversando con ella, ya que no quería tampoco decirle nada de lo que después pudiese arrepentirse, dio media vuelta y se marchó.

Susurrame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora