Hasta que tu llegaste | Ross lynch [EN EDICIÓN]

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Ross:

Acepto la llamada con fastidio, ¿Por qué me interrumpen?

Estaba muy cómodo obsevando a ____ dormir, pero como suele ser el trabajo me interrumpe.

-¿Qué sucede?- Hablo con un tono algo molesto.

-Lamento molestarlo señor Lynch pero una señorita pregunta por usted y quiere verlo.

-Dame con ella.

Siento el cambio de manos para sostener el móvil y un par de murmullos.

-¿Ross?, soy yo Rydel, ¿Donde rayos estas?

Trago saliva descolocado de mi lugar.

Se podría decir que desde hace por lo menos 04 meses no hablo con ella.

Se fue de la ciudad y perdimos el contacto, y tampoco nunca pude darme el tiempo de llamarla yo mismo gracias al trabajo.

-Estoy en...- Obsevo a ____ dormir -¿Sabes? No importa donde estoy, debemos hablar.

-Exacto, por algo vine a tu oficina pero me llevo la sorpresa de que no estas, te veré en el parque de la ultima vez en veinte minutos, ni uno más.

Respondo con un "Okey" y cuelgo la llamada.

-¿Quien era?- Dice la voz adormilada de ____, sonrío.

-Era mi hermana, quiere que nos juntemos ahora después de una eternidad así que no pude decir que no.

-No te preocupes por mi, si esa es la razón por la que hubieses dejado a tu hermana de lado entonces creo que te golpearia.

Río.

Beso sus labios y muerdo su labio inferior antes de caminar a la ducha que esta dentro de la misma habitación, no puedo tardar demasiado por lo tanto los minutos de cada cosa están contados.

Vuelvo a besar a ____ que estaba esperando el baño para poder ducharse e irse a trabajar, me hubiese gustado entrar con ella.

Ver su cuerpo envuelto en una simple sábana blanca hacia que quisiera tumbarla en la cama y hacerla mía otra vez.

Lastima que no puedo.

Por suerte, acepto venir a una cita conmigo dentro de unos de horas, y eso me deja satisfecho.

Salgo de su casa y subo a mi auto que estaba aún en plena calle, por suerte nada faltaba.

Luego de diez minutos de silencioso trayecto logro llegar al parque, y puedo ver a lo lejos su cabello rubio resaltar en todo lo que había ahí.

Me acerco lentamente, con el objetivo de poder asustarla como en los viejos tiempos.

Pero su voz hace que quien se espante sea yo.

-No te atrevas Lynch- Habla segura de si misma, como si supiera que se trataba de mi.

-¿Cómo sabias que era yo?

Camino hasta mas cerca de la banca donde esta y me siento al lado de ella aceptando el beso que deposita en mi mejilla.

-Te conozco de toda la vida, se perfectamente que eres tu.

Bufo y acto seguido suelto una pequeña carcajada.

-¿Cómo estás hermanito?

-Feliz ¿Y tú?- Alza una ceja.

-"Feliz"- Repite lo que acabo de decirle -Estoy bien pero ¿A que se debe esa felicidad? ¿Es una chica?

Sonríe.