-Ya está -digo mirándome al espejo.
Se me salta una lágrima, pues no se como alguien ha podido hacerme esto. Esa chica esta mal de la cabeza y lo peor es que voy a tener que seguir aguantandola en clase. Menos mal que nadie se ha percatado de lo ocurrido, ni siquiera mi madre.
Ayer no recibí ni un solo mensaje de Alex. ¿Se habrá arrepentido de lo que me dijo?, ¿sera mentira? Tengo tantas preguntas en mi cabeza.Hoy el día ha pasado rápido y para mi fortuna Valeria no ha asistido a clase.
*Paula*
Hoy no he visto a Diana en todo el día, igual se ha puesto enferma.
Para mi sorpresa cuando voy por el pasillo me encuentro a una chica que inconfundiblemente es ella.
-Diaaanaaa -digo y ella se gira. Y sonríe. Pero es una sonrisa amarga- ¿Que te pasa?
-Nada -Y vuelve a mostrar la misma sonrisa que antes.
Y entonces algo me llama la atención. Tiene marcas en su cuello. Y se señalan unos dedos.
-Diana -digo en tono serio- ¿quien ha intentado ahogarte?
Me agarra del brazo y me indica que salgamos al patio trasero del instituto. Abre la puerta y nada mas el frío aire golpea su cara empieza a llorar.
Me lo cuenta todo detalladamente, han transcurrido 20 minutos, y estoy casi sin habla.
-Diana hay que hacer algo cuanto antes, esa chica, Valeria ¡esta loca!
-No voy a hacer nada -me dice, ella no pero yo si.No paro de pensar en lo que me ha dicho Diana, y ya he tomado una decisión.
-¿Agatha? -digo, Agatha es la madre Diana, es una mujer bastante agraciada de cara, aunque físicamente no se parece mucho a su hija.
-Si, dime.
-Soy, Paula amiga de su hija, ¿podríamos quedar en algún lado para hablar?*Diana*
He estado sollozando todo el camino. Me limpio las lágrimas y entro a casa.
No doy crédito. Mi madre está con Paula, probablemente y es lo mas seguro contándole todo lo que ha pasado. Mi madre se levanta inmediatamente y me abraza. Y luego repite el gesto Paula.
Nos pasamos dos horas hablando las tres, hasta que llegamos a una conclusión.*Alex*
He borrado el mensaje como un millón de veces. Enviar. Ya era hora.
No me contesta. Estará ocupada digo para mi mismo.
Suena mi teléfono y de repente salgo de mi trance. No miro ni quien me llama.
-Diga -digo con voz áspera, se escuchan sollozos a través del teléfono.
-A..Alex...-Es Diana.
No me lo puedo creer, lo que le ha echo esa maldita loca. Siento tanta impotencia en este momento que no se si podre controlarme.
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Mitades Perfectas
Dragoste¿Creeis en el amor a primera vista? Diana tampoco hasta el día en el que su media mitad apareció en su vida.