Son las 3 de la madrugada, tengo los ojos fijos como platos en el techo tan blanco como la espuma. Y como no, en mi cabeza aparece él. El. Solo él.
No puedo sacarlo de ahí, apartarlo de mi cabeza. Quizás debería ponerme a estudiar o intentar dormir, pero a diferencia de eso sigo haciendo lo mismo una y otra vez. Pasan las horas... Y sigo sin poder conciliar el sueño.
Suena un espantoso ruido que llega a cualquier rincón de la habitación. Ya son las siete y hoy es lunes. Rápidamente y sin pensarlo dos veces me pongo de pie y cojo unos vaqueros claros, una camiseta de tirantas, una sudadera y seguidamente me visto.
Para cuando voy a desayunar mi madre ya se encuentra en la cocina.
-Buenos días "Señorita"- suelta ella como si tal cosa.
-Buenos días mamá.
-¿Qué? Hoy te has levantado con el pie izquierdo.
-No empezemos mamá es muy temprano.
-Desayuna anda, nos vemos luego.
-Hasta luego- le digo siguiéndola con la mirada hasta que desaparece.
Aunque es la mujer que me dió la vida y a la que mas quiero, no tenemos una relación muy buena que digamos, aunque a veces hago lo posible porque no fuese así, como también reconozco que a veces me paso con ella.
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Mitades Perfectas
Romance¿Creeis en el amor a primera vista? Diana tampoco hasta el día en el que su media mitad apareció en su vida.