Capítulo 24

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*Diana*
Y nada, me parece que me voy a tener que acostumbrar a esto de hablar conmigo misma. Y si me quedo así, en este estado toda mi vida. Es muy agobiante, me atrevo a decir preferiría morir. No. Eso es demasiado triste, aunque para estar en este estado... En fin.

Una voz me vuelve a despertar aunque sigo dormida. Es... Alex, reconozco su voz. Y puedo mas o menos que esta apunto de derramar alguna lágrima por como le tiembla la voz.
-No sabes como me duele verte así princesa -y noto que su cuerpo se pega al mio- y en parte siento culpabilidad, aunque se y me tengo que hacer la idea, de que la culpa no fue mía, sino del maldito capullo que nos arroyo fuera de la carretera -y suspira- y si no vuelves a despertar, Diana, no me lo perdonaría nunca- y me coje de la mano, dios como amo a este chico- Te amo princesa, y siempre lo haré -y apoya la cabeza sobre la mía, ya que esta recostado a mi lado, y de repente, casi sin quererlo, siento que le aprieto la mano, ¿Que? No me lo creo ni yo- ¿Diana cariño estas bien? -y en ese momento abro los ojos, puedo volver a ver y lo primero que veo es a Alex.
-Alex -digo y me abrazo a el.
-Diana mi amor, ¿estas bien?
-No -siento que me ahogo- ayudame -y me intento desconectar algunos cables que tengo pero no puedo, y eso me agobia aun más- siento que me cuesta respirar- digo respirando hondo.
-No te quites nada -dice Alex muy alterado.

*Alex*
Salgo al pasillo y hay camillas por todos lados pero no veo a un maldito medico ni ninguna enfermera por ningún lado. Me acerco hasta el mostrador, y le pregunta a la chica.
-Perdone necesito un medico ahora mismo, una chica estaba inconsciente y se acaba de despertar -le digo a la muchacha.
-Lo siento tendrá que esperar -me dice ella como si nada.
-¿Que no hay un maldito medico? -le grito, cruzo un pasillo por el que no se permite el paso y abro puerta por puerta pero ningún rastro de médicos y vuelvo a gritar- Con que no hay ningún medico - y justo entonces aparece el que la otra vez me prohibió la entrada a la habitación de Diana.
-Calmate -me dice y me mira fijamente, me siento muy raro- ¿Que ha ocurrido?
-Es Diana, ha despertado -le informo.
Y el empieza a andar a paso rápido hasta la habitación 207.
Cuando llegamos Diana esta con sus padres y esta muy alterada. El medico nos pide amablemente que salgamos de la habitación y lo hacemos. Ya en el pasillo, la madre de Diana, Agatha, me mira de vez en cuando, pero su padre me mira de forma descarada y supongo que me odiara por lo ocurrido.
-¿Tu eres Alex verdad? -me pregunta Agatha.
-Si, soy yo.
-Lo sentimos mucho pero creo que será mejor que no veas mas a nuestra hija, o al menos por un tiempo -me pide ella.
-Disculpe, pero pienso que eso lo tendría que decidir ella -digo yo y su padre me hecha una mirada asesina.
-Pero en este caso lo vamos a decidir nosotros que somos sus padres -me dice ella.
Decido irme a mi habitación. Entro, y mi madre está hecha una furia.
-¿Donde estabas? -me pregunta.
-Viendo a Diana -le digo al mismo tiempo que me tumbo en la camilla.
-¿Como esta esa muchacha, sigue igual?
-No, ha despertado.
-¿Cuando? -y parece sorprendida.
-Hace 10 minutos, estaba yo con ella -la informó.

*Diana*
Son las ocho y media de la tarde acabo de ver a mi familia después del accidente, aun no me lo creo. He estado inconsciente casi dos días. Y aun estoy muy confundida. Cuando desperté el que estaba aquí era Alex. Apenas llevo 2 horas despierta y no logro aclarme los hechos y las ideas. Ha estado un médico revisandome y me ha dicho que por el momento parece estar todo bien, y me alegro muchísimo, según ellos lo peor ha pasado pero no puedo cantar victoria. Sólo tengo bastantes cardenales y el brazo izquierdo roto. Aunque también me dan fuerte cefaleas. Me acaban de servir la comida del hospital y esta asquerosamente mala, no soporto la comidas de estos lugares. Mis padres han ido a comer algo, a la cafetería o al bar del hospital.
Tengo que ver a Alex cuanto antes, fue lo primero que vi cuando desperté, pero necesito verlo otra vez. Aparto mi comida e intento de levantarme.
Primer intento fallido; me duele muchísimo todo el cuerpo y me cuesta mantenerme en pie.
Pero a la segunda vez lo consigo me tambaleo un poco pero logro llegar a la puerta sin caerme. Paso por al lado del señor que el otro día estaba hablandome, y no me equivocaba, tiene unos cincuenta años y esta dormido. Salgo al pasillo y pasa una joven enfermera por mi lado y en ese momento caigo en algo. ¿En que habitación estará Alex? No me ha dado tiempo de preguntarle a la enfermera así que me dirijo al mostrador que hay en cada planta. Llegó a cuesta con todos los medicamentos que me están metiendo por vía, y he de decir que cada vez que muevo el brazo noto las punzantes agujas.
-Perdone -captó la atención de la rubia- ¿podria usted decirme en que habitación se encuentra un paciente?
-Si, por supuesto, digame su nombre.
-Alex Rivera -y la chica se inclina hacia el ordenador.
En ese momento veo una escena totalmente adorable, pasa una madre en una camilla con su hijo recién nacido en brazos y me quedo embobada.
-Señorita -y me devuelve a la tierra- es la habitación 231.
-Muchas gracias -le digo y le sonrió, ella me devuelve el gesto.
Llego a la puerta y me quedo mirando. Y de repente alguien toca mi hombro.
Cuando me vuelvo es una mujer, y es la madre de Alex.

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