Mitades Perfectas

Capítulo 16

*Diana*
-No me lo puedo creer, maldito capullo -dice chillando y llorando, mientras se seca las lágrimas, llevara al menos 4 paquetes de pañuelos gastados.
-Cariño calmate, estas muy alterada-le digo intentando de transmitirle toda mi tranquilidad y mi felicidad.
-Diana es que no puedo -vuelve a chillar, pero no le digo nada porque se lo mal que lo está pasando- es que ese capullo me engaño.
-Se que es muy duro Paula pero...-no me da tiempo a terminar la frase y me interrumpe.
-Yo le quería, me corrijo, yo le quiero, Diana y se que si el ahora mismo volviera hacia mi yo le recibiría con los brazos abiertos, y se que lo perdonaría con los ojos cerrados, porque le quiero demasiado. Se lo di todo, joder, todo, mi amor, mi alma, mi cuerpo... Y ¿para que? Para que ahora me trate como una mierda, para que actúe como si no le hubiese importado nada. Diana tu sabes como soy yo, no le cedo mi amor a cualquiera, y a el se lo di todo. Porque me transmitió confianza y eramos el uno para el otro. Eramos la pareja envidiada, la perfecta, y mira ahora, le importaron mas sus zorras que yo. Me ha roto, me ha roto completamente. Y si ahora mismo queda algo dentro de mi sin romper, creo que lo acaba de hacer.
Reflexiono todo lo que me ha dicho Paula, y le doy la razón en cada palabra que ha dicho. La admiro muchísimo, veo en ella la fuerza que yo nunca tendré, y nunca pierde ese brillo en sus bonitos ojos. Me duele que sufra, porque yo también lo hago al verla así. Quiero lo mejor para ella y siempre lo querré, siempre hemos estado juntas y no la voy a abandonar nunca. Nunca la he abandonado a pesar de nuestros baches y malos momento, y la quiero muchísimo.
-Me he quedado muy agusto -suelta Paula.
-Ya -suelto una risita, y las dos rompemos a reír.
Se sigue desahogando y yo le ofrezco todo mi apoyo.

-Que te parece si mañana quedamos y con eso te distraes -le digo.
-Me parece una idea estupenda, mañana en mi casa y maratón de películas -dice dejando ver su bonita sonrisa.
-Perfecto.
-Por cierto tu madre me ha llamado esta tarde -me dice tan tranquila.
-¿Que, que? ¿Que mi madre te ha llamado?!?!?!!!-grito.
-Si, y me ha preguntado que si estabas conmigo.
-¿Y que le has dicho? -digo temiendo por la respuesta. Porque si le ha dicho que no, algo me queda que escuchar mañana.
-¿Tu que crees? Le he dicho que si. Porque imaginaba que estabas haciendo de las tuyas -y empieza a reír.
-Si, ya -digo soltándole una mirada asesina.
-¿Y no me vas a contar donde estabas?-dice poniendo cara de pena.
-He ido...-y empiezo a reír- a...ver...a...ALEX!!!!
-No me lo puedo creer, ¿te has atrevido?
-Sí -digo y le cuento todos los detalles, bueno aunque algunos me los guardo para mi.

Cuando me doy cuenta son las 2:43 de la madrugada.
-Paula llevamos hablando casi dos horas por skype, ya es hora de irnos a dormir -digo poniendo vocecita de niña pequeña.
-Esta bien, mañana nos vemos sin falta eh. Buenas noches, te quiero.
-Buenas noches, te requiero -le digo.

Estoy tumbada en mi cama y no me puedo creer aun que mi madre haya llamado a Paula. Esto ya es demasiado. Me controla como si fuese una niña de 3 años y estoy cansada. Nunca he sido una niña problemática y mis padres han sido muy estrictos conmigo, siempre me han controlado hiciese lo que hiciese y fuese donde fuese.

Abro un ojo y veo que mi reloj marca las diez y veinticinco, cojo mi móvil u tengo un mensaje.
Buenos días princesa -es de Alex.
Me siento en la cama y sonrio, ¿hay alguna forma mejor, de despertar?
Me visto, cojo unos vaqueros oscuros, una camisa con anclas dibujadas, y mis manoletinas rosas. Me maquilló y me peino. Bajo y tomo algo de desayunar, lo primero que pillo para ser mas específicos.

Llego a la casa de Paula, me abre y nos fundimos en un largo abrazo.

*Paula*
-Bueno... ¿Quien elige las películas?-digo soltando una risa maliciosa, ya que se que las elegire yo- vale yo -y Diana estalla en carcajadas- ¿Bajo la misma estrella, o perdona si te llamo amor?, ¿El club de los incomprendido o 50 sombras de Grey?, ¿La madre de él o la proposición? Digo riendome, y ella me tira un cojín, sin venir a cuento- ¿La ouija o...?