La réplica de un Rey (Fowest)

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Se encontraba sentado en su trono. Suyo, de nadie más. En la sala reinaba el silencio. Y la soledad.

Como cada mañana se paraba ahí, como un pájaro observa el horizonte, no había un motivo especial para ello, solo su naturaleza. Quizá Thadore Eves estaba loco ¿Lo estaba? ¿Y cuántas mañanas en ese mismo lugar se había hecho esa pregunta?

Repiqueteaba con sus dedos el brazal derecho del trono, un sonido constante. Aguardaba. Un rayo de sol proveniente de la bóveda a medio acristalar del salón del rey le ilumino directo en el rostro , se obligo a hacer visera con la mano. Mandaría ejecutar al arquitecto. No le cayó bien desde un principio.

Sin embargo otros asuntos le preocupaban. Todo se había salido de su cauce habitual; cuando le confirmaron que aquellos rebeldes se estaban levantando en armas una rabia contenida e implacable nació dentro de Thadore Eves como un volcán entra en erupción. Se dio cuenta que había dejado de tamborilear y empezaba ya a rascar la madera. Se obligó a parar.

Se acordaba de Blazh a medias, era el hijo de un antiguo amigo de su padre. Alguna vez había estado en la corte, olisqueándolo todo, un mocoso entrometido la última vez que lo vio, se acordaba por que siempre le había llamado la atención su pelo; lo tenía de un color negro de pesadilla. Ahora conspiraba contra la corona. Como cambian las cosas , siempre a peor parece ser, pensó, mientras se rascaba un lado del cuello.

La sala estaba tan silenciosa que parecía estar en un sueño , pero se rompió aquel momento cuando dos hojas de madera negra con goznes de metal de la puerta del Salón del Rey chirriaron y se abrieron de golpe. Un hombre fornido pero no desprovisto de gracia al caminar avanzó hacía Thadore Eves con paso seguro. Aquel hombre si le tenía en estima.

-Fowest Calstrom -rugió con una pizca de respeto Thadore -No te esperaba hasta la cena.

Fowest, comandante de la guardia real , se inclino ante su rey.

-Es importante que me escuchéis ahora, mi señor-dijo solemne- Ginebra me ha estado contando lo ocurrido en el gremio de los metalúrgicos. -hizo un ademán con la cabeza que Thadore supo identificar bien. Un desastre.

-¿Y bien?

-Todos mis hombres enviados por la mano ejecutora han sido asesinados. Incluido el Capitán. -Fowest no había levantado la cabeza aun. -Era un buen hombre ¿Sabe?. Blazh se resistió al arresto y acabo con todos.

-Ese mocoso...

-Lucho contra tu mano ejecutora. Se llevo a ese recaudador de impuestos... ¿Cómo se llamaba?

Golus Kan , pensó el rey , sin mover un solo musculo de su cuerpo en el trono.

-Eso no es importante ahora - recalcó con rotundidad -¿Tenéis manera alguna de saber donde se encuentra el traidor?.

-Tu asesina sabe el modo -dijo Fowest , entonces se levantó -pero no está dispuesta a ir ella sola a una muerte segura.

Por supuesto que no. Era una asesina sin corazón , pero no estúpida.

-Comprendo... Fowest tú tienes otro trabajo que hacer ahora mismo.

-Lo que ordene -dijo en una reverencia -Me pondré a ello tan pronto como me sea posible.

El rey le encargó la tarea a Fowest Clastrom de barrer Ciudad Azul. Barrer significaba limpiar las calles de todo rastro de maleante , sobre todo los que eran presuntos conspiradores de los rebeldes de la rosa negra. En la calle de las amapolas hubo que barrer mucho , famosa por su círculo de gremios poco convincentes como el de los usureros, prestamistas, ladrones o incluso uno que se hacía llamar a sí mismo el gremio de los magos oscuros. Muchos fueron desperdigados por las calles con cuchillos de la guardia de élite real incrustadas en sus barrigas, solo algunos capturados para llenar las Mazmorras del Pedernal. En otras calles, como la Quinta Del Aguardiente, la comunión tan subscripta entre calaña y plebe de a pie era demasiado difícil de diferenciar. Se optó por la solución rápida y se trató a todos por igual. Como calaña por supuesto.

Los Guerreros de la JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora