Tocando a la puerta de lo nuevo (Lishandra)

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Se dirigió con paso decido mas allá de detrás de la barra. Escuchaba las voces de los jugadores a sus espaldas dudando de lo que pensaba hacer.

No sabían hasta que punto Lishandra necesitaba todo aquello.

Observó una puerta negra y recia que se levantaba a un lado, parecía gritar que huyera de allí. Que no se inmiscuyera en asuntos que le quedaban grandes. Pero su determinación podía mas que todo eso, esas voces lógicas que restallaban en su cabeza.

Abrió la puerta despacio. La sala estaba iluminada en su centro , una mesa redonda lo señoreaba. En esa mesa había tres hombres , que interrumpieron su dialogo en cuanto entró. Se sintió estúpida de pronto.

Uno de ellos le daba la espalda : espalda ancha , corte recto de pelo oscuro , uniforme. Los otros dos la miraban con curiosidad. Pero solo podía fijarse en el hombre de la derecha, el de los ojos negros, parecían captar completamente su atención.

El de la izquierda, el tabernero seboso, la increpó pasado un segundo:

-Fuera - gritó - no puedes estar aquí. El noble señor se enfadara, esto es una reunión privada.

¿que se le iba a ocurrir decir? Lo cierto es que debería no haber entrado jamas , pero ahí estaba. El hombre de los ojos negros seguía observando con un brillo en la mirada. Un brillo aterrador y a la vez intrigante, casi atractivo.

-Deja que hable un momento -ordenó, posando su mano en el brazo del tabernero con suavidad. De nuevo esa voz atronadora. - si esta aquí es por un motivo.

Lishandra tragó saliva y avanzo unos cuantos pasos.

-He oído rumores acerca de ti - dijo con un tono nervioso. -Quería comprobar por mi misma que eras quien dicen que eres.

Entonces se rió.

-Creo que tendré que buscarme otra tapadera , estas reuniones "secretas" no parecen serlo tanto. Bueno - su voz se hizo mas fría y se puso serio de pronto - ¿Vienes a detenerme por mis supuestos delitos?

- entonces eres él... O sea quiero decir , eres Athanasi, al que tanto buscan.

- Los soldados siempre buscan en los lugares y momentos equivocados - dijo Athanasi, levantándose de su asiento. - llevándose todo a su paso. Es el problema de las mentes militares, son demasiado directas , simplistas. No tienen la mente de un cobarde nato, entonces es cuando tendría un problema.

A Lishandra le costó captar el significado , no le parecía ni mucho menos alguien cobarde. Emanaba poder con tan solo alzar la voz.

-No he venido a por ti , no he venido a detenerte. Por mi el reino se puede ir a la ruina - dijo con furia fría - vengo a ofrecerte mis servicios.

Athanasi se acercó a ella, curioso.

-¿Que servicios puede ofrecerme alguien como tu? -no parecía que valorara en absoluto su oferta , era de esperar , no le había demostrado ser nada útil , de momento

-Tengo capacidades que valoraras dentro de tu organización - intento decirlo de manera que captara que realmente , ella tenia algo que podía ser usado. Pero Athanasi probablemente no estuviese nada convencido de ello. ¿Pensaría que era una espía? Quizá la matara solo por esa simple duda que no había valorado antes de adentrase en todo esto.

Athanasi avanzó un paso mas y alzó una mano enguantada. Una especie de humo negro se materializo en el mismo aire , se solidificó al instante formando un hilo negro y resistente , que inmediatamente después fue enroscándose al cuello de Lishsandra como una tenaza indestructible.

Sintió que su cuello se estrujaba , la sangre se agolpaba en sus venas incapaz de fluir hacia su cráneo. Todo comenzó a darle vueltas , así que este era su poder... La presa se aflojo un tanto , permitiéndola al menos respirar. Una bocanada de aire que le supo al mejor manjar.

Los Guerreros de la JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora