La olvidada (Lishandra)

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En la esquina de una taberna olvidada , una mujer de aspecto anodino se tapaba el rostro con una capucha. Tenia las manos sobre la mesa , y unas muñequeras de cuero y bordados antiguos sobresalían de sus brazos. Parecía mirar a la nada.

Al otro extremo, un grupo de jugadores habituales gritaban y hacían ruido entrechocando sus jarras de cerveza, valientes ignorantes. Jugaban a las cartas como si su vida dependiera de ello. Quizá en algunos casos fuera así.

-Los tiempos se están poniendo muy turbios - decía uno mientras enseñaba su mano - pero eso no va a ser excusa para que me deis todas vuestras monedas esta noche amigos.
Se rió con repugnancia.

-No tan deprisa viejo - otro cogió su mano cuando ya se disponía a recoger las ganancias - los tiempos son malos desde luego. Pero tres seises, siguen siendo tres seises.

El viejo vociferó algo a disgusto.

-Las calles están siendo un lugar de infierno- dijo un tipo vestido de verde oscuro -La guardia esta por todas partes

-El rey a perdido la cabeza , mete a todos a prisión por igual. Hay que andarse con cuidado.

Llevaba apareciendo por aquel lugar varias noches esporádicamente, no quería llamar demasiado la atención. Esta vez , Lishandra no tuvo tanta suerte como las ultimas.

Escucho el rumor del viejo que hablaba al de su izquierda a la oreja , los dos miraron en su dirección.

-Lleva un tiempo merodeando por aqui.. - alcanzo a escuchar. Se tensó un tanto , pero su postura no cambió. Seguía inmersa en sus cavilaciones.

-Debe ser un forastero, tierras del norte, a juzgar por su atuendo- susurro el hombre-he visto unos cuantos por aquí últimamente.

Lishandra llevó su mano izquierda, la que quedaba fuera de vista para los jugadores, al costado. Por si acaso.

-Quizá alguien debería preguntarle que hace aquí - sugirió el de verde.

Lishandra toco el mango de su cuchillo, resultaba tranquilizador.

-No seré yo - dijo el viejo - parece peligroso.

Los demás parecieron valorarlo de igual modo , por que prosiguieron con la partida con mas ánimo si cabe.

¿Por que no aparecía? Había estado informándose. El príncipe de la Familia de los Colmillos Dorados había sido visto reuniéndose con un personaje particular en aquella taberna. Según su informante , conferenciaban al menos una vez por mes en aquel antro de mala muerte y apartado. ¿Que asuntos se traía entre manos aquel embustero y traicionero? No le importaba.
Solo quería su venganza.
Encontrarle y acabar con él, como la rata que era. Después de la humillación que la había hecho pasar , después de su promesa... Se había jurado a si misma que le mataría por ello. No podía fallarse a si misma. Después de todo, solo se tenía a ella, había perdido todo lo demás.

Sintió que tenía que hacer algo. Quedarse allí a mirar durante incontables noches mas, era un plan poco original, y no estaba dando resultado.

Se levantó despacio y fue hacia la mesa de jugadores. Todos se quedaron mirándola, como era de esperar. Agarró una silla y se sentó con ellos.

Quiero participar- dijo sin preámbulos

El resto parecían sorprendidos , pero cuando se dieron cuenta de que en realidad , el forastero peligroso era tan solo una mujer vulgar, sonrieron y aceptaron que se jugase sus monedas.

Los estaba vapuleando. Y mientras lo hacía , veía como en sus rostros se formaban muecas de asombro, decepción y frustración. Entonces atacó de la mejor manera que sabía hacer. Haciendo las preguntas correctas.

Los Guerreros de la JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora