Un poder marchito (Thadore)

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Las dos fieras se lanzaron contra Thadore con eficiencia asesina; rápidas y rabiosas. Llevaba mucho sin combatir, por lo que esquivar a ese torrente de velocidad era algo realmente difícil. Cuando la primera se acercó,  intentó descargar un puñetazo en su vientre, pero solo encontró aire. Esquivó el ataque y se lanzó hacia el rey con sus garras. Thadore pudo parar el golpe , que se dirigía directo a sus ojos , interponiendo su brazo desnudo. La sangre cayó por su antebrazo mientras sentía como le ardía el desgarró. Entonces llegó otro arañazo por la espalda, la segunda furcia le había pillado desprevenido, rasgándole desde el omoplato hasta las lumbares. Profirió el grito mas bestial que había soltado nunca.

Se giró rápidamente e impactó un gancho de derechas en la mandíbula de la desgraciada, recuperando sus sentidos ágiles y combativos por un momento, esos que hacía tiempo había dejado en el olvido. Ser rey implicaba muchas cosas , pero una de ellas significaba que otros debían luchar por ti. Ahora le tocaba luchar en persona.

La mujer gruñó mientras se recomponía del golpe en un instante. A Thadore le habría gustaba saber de que estaban hechas esas dos.

Se sincronizaron a la vez. Desnudas , sus tetas moviéndose en el aire mientras con sus ágiles movimientos y sus garras asesinas intentaban alcanzarle. ¿de verdad se estaba fijando en como se movían sus tetas en esa situación?

Maldito depravado, concéntrate.

Las dos atacaron a la vez. Una de ellas saltó a su espalda mientras intentaba sujetarle como podía , la otra se agacho enfrente suyo y le hizo un corte en la tripa con sus garras. La carne sangró abundantemente, cayendo sin parar al impoluto suelo de la habitación.

- Agh, necesitaréis algo mas que eso, traidoras. - dijo Thadore , en parte para animarse así mismo. La cosa estaba complicada.

Se echó hacía atrás todo lo que pudo estampando contra la pared a la gemela que le agarraba por detrás.  Ignorando el ardor creciente en su estómago , en la linea de fuego que recorría su espalda, en la humillación que estaba sufriendo. Se concentró en matar. La mujer se desplomó, aullando como una fiera herida , y la espada colgada a la pared cayó con ella. Pero antes de que Thadore pudiera cogerla , se la quitó de las manos. Esa maldita espada podía ser su salvación. La mujer empuñó el arma , que le quedaba demasiado grande para su tamaño, mientras su idéntica se preparaba para un nuevo ataque.

Habría jurado que eran la misma persona, su nivel de coordinación a la hora de realizar los envites era magistral. Como si sus mentes estuvieran conectadas y fueran una sola. Se hacía verdaderamente complicado combatir con esa habilidad. Además aún le seguía trastornando haber visto a una persona dividirse en dos de esa manera. ¿Que clase de poderes eran aquellos? No recordaba ninguna familia BrokenWorld que fuese capaz de algo similar. Por no hablar de que una familia no se atrevería a atacar al rey directamente.

Deja de divagar idiota, eres el rey. Y ahora toca luchar. 

Se impulsó con fuerza hacía adelante , intentando sorprender a la mujer que empuñaba su espada. Le agarró las muñecas antes de que pudiera rebanarle por la mitad , y volvió a empotrarla de nuevo contra la pared, aplicando todo su peso en el proceso. La cabeza de la chica se golpeó duramente y se desequilibró , cayo de rodillas , y Thadore le plantó un rodillazo en la boca que casi consigue que su menisco se desintegre. La traidora chocó contra el suelo envuelta en sangre y con la dentadura molida , y soltó la espada.

Vamos pequeña ven a mi.

De nuevo, antes de poner sus manos en la espada, en lo que podía ser su salvación, recibió un corte profundo en los ligamentos de detrás de la rodilla. Se desplomó con la vista nublada por el intenso dolor, agarrándose la pierna. Luchar contra dos asesinos era demasiado complicado, había perdido muchas de sus facultades.

Los Guerreros de la JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora