Capitulo 4

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Ciel Phantomhive

Estaba en el estudio de mi mansión cuando Sebastian irrumpió por la puerta.

-¿Qué sucede ahora?- pregunté algo impaciente.

-Siento mucho la interrupción, pero Meyrin y Finnian me acaban de informar que encontraron a una chica en el jardín. Meyrin cree que puede pertenecer a la mafia Italiana. ¿Qué debería hacer?- me preguntó.

-Háganla pasar a mi despacho. Voy a encargarme personalmente.- dije serio.

Estaba harto de tener que estar al pendiente de los casos que me daba la Reina, las cuentas y trámites de la empresa y además tener que lidiar con los ataques de mafias insignificantes.
Me quedé revisando unas cuentas cuando escuche a Sebastian abrir la puerta. Se paró a mi lado.

-En un momento vienen, Joven Amo.

-Más les vale darse prisa.- dije.

La puerta se abrió y por ella entraron Finny, Meyrin y una chica de cabello negro y que le llegaba un poco antes de la cintura, se veía joven, lo más seguro era que tuviese mi edad.

-Gracias, Meyrin y Finny. Pueden retirarse.- dijo Sebastian.

-A la orden.- dijeron al unísono y se fueron.

La habitación quedo en silencio. Me quede observando cuidadosamente a la chica, no era como las demás que conocía. Para empezar su ropa era inapropiada, demasiado vulgar. Dejaba al descubierto sus piernas, casi completamente. Ni siquiera los hombres se vestían de esa forma. Noté que empezaba a ruborizarme así que desvíe la vista.
Llevaba puesta una sudadera negra y unos tenis. No estaba para nada arreglada. Su cabello estaba suelto, sin ningún arreglo. No llevaba maquillaje.
Entonces aquella misteriosa chica habló.

-Miren, no sé de qué se me acusa, pero sé que no soy culpable. Debo regresar a mi casa, si no lo hago mi madre se enfadara y me castigará. No debería estar aquí, de echo...- dijo, pero no le deje terminar. Estaba diciendo cosas innecesarias.

-Guarda silencio. ¿Te han dicho que eres muy ruidosa?- le espeté.

-De echo, me lo dicen casi a diario.- respondió. Que descarada.

Me limité a sonreír. Me gustaba su actitud.

-¿Quién eres?- pregunté.

-Me llamo Aria Ravenscroft.- dijo.

-¿Ravenscroft, eh?- dije divertido.- ¿Tienes idea de quién soy yo?

No se lo pensó un solo momento.

-Usted es el Conde Ciel Phantomhive, líder de la familia Phantomhive y propietario de la empresa juguetes Funtom.- dijo y sonrío. No tenía la más mínima idea de cómo sabía eso.

-¿Cómo es qué sabes eso?- pregunté.- Sebastian, investiga quién es esta chica.

-Lo sé todo sobre ti y este mundo.- respondió.

-A la orden.- dijo Sebastian.

-Buena suerte con eso Sebastian.- dijo.- No subestimo tus habilidades... Aunque dudo que puedas encontrar información acerca de mí en esta época.

-Con su permiso, me retiro.- dijo Sebastian. Y salió de la habitación.

Miro hacia la ventana, parecía estar calculando el tiempo.

El juego de la guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora