Aria Ravenscroft
No me inspiraba nada de confianza, pero sin embargo me convenía más tenerle como amigo que como enemigo. Tal vez hasta podríamos llevarnos bien. Tal vez.
-Me parece bien. Intentemos ser amigos.- dije y sonreí.
El pareció alegrase y sonrío.
-¡Ya verás que sí! ¡Te juro que no te arrepentirás! Seremos los mejores amigos.- dijo mientras reía.
-Eso dependerá de ti.- dije.
Terminamos de desayunar, de inmediato yo me levante y me dispuse volver a la habitación en la que había estado, pero Alois llamó mi atención.
-¿A dónde vas?- preguntó.
-A la habitación.- dije.
-Eres mi amiga, no deberías estar encerrada. Lo que hice fue algo malo, cuando gustes puedes irte.- dijo.- Entendería si así lo deseas.
Me estaba dejando ir, de verdad lo estaba haciendo. Consideré el hecho de irme, pero me sentía mal de dejarle ahí. Parecía que de verdad necesitaba que yo estuviera con él.
-No tengo ganas de irme todavía. ¿Por qué no hacemos algo?
-¿Hablas en serio?- preguntó emocionado.
-Claro, ¿qué sugieres hacer?- pregunté.
-Podríamos ir al centro. Me enteré de que habrá una presentación de danza en el teatro.- dijo un poco tímido.
-Sería genial, hace mucho no voy al teatro.- dije.
-Espera afuera, por favor. Iré por Claude para que nos lleve.- dijo.
Salí de la mansión y seguí el camino de piedra que estaba frente a la puerta, me extrañó que no hubiese nadie supervisando los alrededores, esperaba ver a los gemelos o a Hanna.
Después de un rato viendo hacia la nada, escuché el sonido de unas ruedas. Era el carruaje.
-Por favor, suba señorita. El señor está dentro.- dijo Claude.
-Ah... Gracias.- dije.
Subí al carruaje y efectivamente Alois estaba sentado al lado de la ventana.
-Hola.- saludé.
-Siéntate, por favor.- dijo e hizo una seña con la mano palmeando un lugar junto a él.
Obedecí y en cuanto me senté dijo.
-Para serte honesto es la segunda vez que voy al teatro.
-¿En serio?, ¿Cuándo fue la primera?- pregunté.
Me parecía extraño no saberlo, ya que se supone su vida estaba basada en el anime que yo ya había visto infinidad de veces.
-Fue hace un largo tiempo, no recuerdo muy bien hace cuanto. Fui varias veces seguidas a presentaciones en las plazas y un día me decidí ir al teatro, fue hermoso.- dijo sonriendo.
-Puedo imaginármelo.- comenté.
-Sabes, en el pasado, cuando estaba triste me gustaba ver a las personas bailar...
En ese tiempo estaba verdaderamente triste.
-Oh, creo que a todos nos pasa lo mismo con algo.- dije.
-¿Tú crees?, ¿A ti con que te pasa eso?- preguntó cambiando de actitud.
-Las estrellas. Me hacen saber que no estoy sola.- dije.
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El juego de la guerra.
FanfictionEn el ajedrez existen dos fuerzas, el ejército blanco y el negro, luchan en una guerra para conseguir derrotar al rey enemigo, hacen los mejores movimientos y sacrifican piezas para que los demás logren su objetivo, todo esto por órdenes del rey. Pe...