Capitulo 5

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Aria Ravenscroft

Las cosas estaban claras. Él sabía que conocía toda su vida. Me había ganado su credibilidad.

Estaba más calmado, supongo que ya había asimilado toda la información.

-De acuerdo. Regresando al tema de tu mundo. Quiero que me lleves a él.- dijo.

-Podría hacerlo sin ningún problema.- dije.

-Entonces partamos ahora mismo.

Se levantó y yo por instinto hice lo mismo. Iba detrás de él, a la hora de abrir la puerta se hizo hacia atrás y me ofreció pasar primero.

-Usted primero.- dijo.

-Gracias.- dije. En esta época si hay caballeros.

Bajamos las escaleras a la par y Sebastian estaba esperándonos en la sala.

-Joven Amo. Ya investigué acerca Aria Ravenscroft. No hay ni un registro sobre ella. Pero debo decirle que me enteré que el Conde Ravenscroft falleció juntó a su esposa, las condiciones son desconocidas.

-Ya veo.- dijo el Conde.- Es una pena lo de los Ravenscroft.

-¿A dónde se dirige Joven Amo?- preguntó Sebastian.

Ciel lo puso al tanto de los acontecimientos, el mayordomo solo se limitaba a escuchar con atención.

-Disculpe mi atrevimiento señorita, pero ¿En el futuro existen los demonios?- preguntó.

-Hay cultos que adoran a Satán y hay otros que hacen rituales hacia la muerte o para invocar demonios. Existen varios juegos de echo, como la Ouija. Pero nuca he visto ninguno, ni a un shinigami o un ángel.

-Ya veo.- dijo.- Entonces prepararé el carruaje para el viaje.- dijo Sebastian.

-No será necesario Aria dice que podemos llegar caminando.- dijo Ciel.

-A parte levantaría sospechas.- dije.

-Iré a prepararme, puedes esperar aquí o en el jardín, como gustes. Pero ni se te ocurra escapar, no llegaras muy lejos.- dije Ciel.

-No tengo intenciones de escapar.- dije.

Cuando me aseguré de que Ciel se hubiese ido salí de la mansión y me dirigí al jardín. Para ser más exacta de donde había salido. Entonces alguien me tomo del hombro.

-¿Qué haces aquí?- era Meyrin. Tenía una pistola, todavía.

-Exploro los alrededores, el Conde Ciel me lo ha autorizado.

-¿Ya llegó a una conclusión?- preguntó.

-Si, soy inocente.- dije.

Detrás de ella llaga Finny.

-¿El Joven Amo ya la dejo en paz? Qué extraño.- dijo.

-Creo que mientes.- dijo Meyrin.

-No lo hace. Le di mi autorización, ahora en adelante seremos socios.- dijo una voz.

Era Ciel.

-¡Joven Amo! ¡Lo siento mucho! Creí que había escapado o algo... ¡Discúlpeme señorita Ravenscroft! No fue mi intención asustarla u ofenderla.- dijo.

-No hay problema dije. Empezamos de nuevos, ¿Quieres? Soy Aria Ravenscroft, mucho gusto.- extendí mi mano.

-Mayrin, sirviente de esta mansión a su servicio.- dijo y estrechó mi mano.

-Luego tendrás tiempo para presentaciones Aria. Debemos irnos.- dijo Ciel.

Voltee a verlo e hice una mueca.

El juego de la guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora