UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Mi decisión

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Chloé:

Pasé dos semanas sin él, llorando cada noche sin saber que hacer; los únicos que saben de lo ocurrido son Rose y Gastón que no se han despegado de mí en todos estos días, estamos en la cabaña de la familia de Rose en una playa cercana a la ciudad, Mariano ha llamado todos los días para hablar con Sophie... aunque he intentado ser fuerte por ella, hay veces que me ha visto completamente derrotada, los primeros días no quería ni levantarme pero hacía todo lo posible por estar de lo mejor delante de mí pequeña, Rose y Gastón se encargaban de ella cuando yo me encerraba a llorar por todo lo que estaba pasando.

Hoy he decidido volver, tengo todo medianamente programado y estos catorce días me han servido para meditar lo que realmente quiero hacer. Llamé a Jeremy para que me esperara en casa de mamá y así hablar con ambos, luego de eso nos dirigimos al departamento esperando que Mariano se encuentre allí, estaba nerviosa, mis manos temblaban pero era hora de hacerle frente al problema, él nunca se ha merecido mi desplante. Jeremy llevaba a Sophie dormida en sus brazos mientras yo buscaba las llaves en mi bolsa, el latido en mi pecho comenzó a acelerarse, entramos y lo primero que vi fue varias botellas en la mesa de centro del comedor, escuché un ruido en la habitación así que fui directo hacia allá, me acerqué a la puerta y la imagen que vi me destrozo el alma; Mariano, el hombre que yo creía perfecto... ese que me juraba amor eterno y me rogaba que volviera estaba en nuestra cama, ¡Maldita sea, nuestra cama! Con otra mujer, sentí mi pecho oprimirse y del dolor solté mi bolsa, él se detuvo para ver de dónde provenía el ruido y cuando me vio se sorprendió tanto que quedó pasmado en la misma posición, le grité a Jeremy que sacara a Sophie de aquí, pero no me hizo caso y fue a ver lo que estaba ocurriendo, me tomó del brazo y me jaló hacia el comedor para salir de ahí, no sentía nada, estaba muerta en vida, me habló fuertemente sacándome del trance y me entregó a Sophie.

- Llévala al auto, iré enseguida con ustedes- apenas asentí y me acerqué a entregarle las llaves, Mariano venía saliendo de la habitación ya vestido... lo miré con todo el odio que pude, pero no fue suficiente. Estoy segura que mi mirada reflejaba el dolor que sentía en mi interior, estaba más herida, asqueada y desilusionada por sobre todas las cosas.

- Chloé por favor, déjame hablar contigo- miré a Jeremy en cuanto el habló, y luego lo miré a él por última vez mientras negaba para salir del departamento que por un par de años fue nuestra vida, donde reflejamos todo el amor que sentíamos, donde hemos criado a nuestra hija y donde él se acaba de acostar con una tipa en nuestra cama. Avancé lo más rápido posible con Sophie aun dormida en mis brazos hacia el auto y la senté en su silla, me senté a su lado y dejé que las lágrimas cayeran con total libertad, estaba rota, muy rota y no habría forma de pegar todos los pedazos ¡Rayos! Me siento muerta en vida.

Jeremy llegó minutos después, se metió en el asiento del conductor y arrancó sin decir ninguna palabra, realmente estaba agradecida, me estaba dando tiempo para asimilar todo lo que se venía. Llegamos a la casa de mamá encontrándola a ella y John en el sillón llorando, me acerqué y los abracé a ambos tan fuerte como podía. John se ha vuelto alguien muy importante para mí, él a pesar de no ser mi padre se ha comportado como uno, quiere a Sophie como si fuera su nieta, ama y adora a mi madre más que a nada y eso me deja muy tranquila, estoy muy agradecida que Jeremy y mi madre hayan encontrado a personas tan maravillosas para compartir sus vidas.

Sophie comenzó a desperezarse, se estiró y refregó sus ojitos para luego abrirlos, tiene unos maravillosos ojos color miel como los míos, sequé las lágrimas de mis ojos y me acerqué a ella para abrazarla fuertemente mientras le susurraba cuanto le amo. No puedo seguir así, todo esto me ha destrozado pero debo ser fuerte por mí hija, ella siempre debe ser mi prioridad y no quiero que me vea mal.