UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Él ganó mi corazón

                                                 

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Chloé:

Después de una tarde maravillosa junto a Mariano, volvimos a mi casa para la cena que tenía mi madre preparada... al llegar, él cómo todo un caballero se bajó del auto y partió a abrirme la puerta y ayudarme a bajar. Entrelazó nuestros dedos y entramos. Al principio no estaba segura de entrar con él de la mano pero luego deseché la idea, no podía negarlo jamás, en poco tiempo este hombre se ha ganado a mis amigos, familia pero sobre todo y más importante mi corazón.

- ¿Trajiste llaves o tocamos?

- Tengo llaves- dije rebuscando en mi cartera

- Ok, entra tú primero... se me quedó algo en el auto y no quiero que te entumas.

Y así fue, entré mientras Mariano iba a buscar algo al auto, a los primeros que vi en el salón fue a Rocío con Gastón bien acaramelados, carraspee para que se soltaran y me vieran.

- Sí no fuera porque fue una hermosa sorpresa ahora mismo los mataría- dije riendo- ¿Dónde está mi madre y Jeremy?- ambos abrieron los ojos y apuntaron el despacho.

- Están en el despacho, pero no entres.

Sin dejarlos hablar más, caminé hasta el despacho, abrí la puerta y ahí estaba mi madre sentada, Jeremy estaba de pie y de espaldas a mí estaba un hombre sentado.

- Chloé- pronunció mi madre con angustia, inmediatamente supe el porqué, el hombre se volteó y me dejo ver las lágrimas contenidas.

- Pa-pá- hablé retrocediendo para chocar con un torso, me giré y encontré a Mariano con cara tensa.

- Hija, yo... necesito hablar contigo- avanzó hasta mí e inconscientemente me aferré a Mariano, estaba asustada, nerviosa y a punto de un colapso. Mariano me puso detrás de él a modo defensivo.

- Si me disculpa señor, no creo que sea el momento de hablar con Chloé... está más que claro que no se esperaba su visita hoy.

- No tengo idea de quién eres, pero te aconsejo que no te metas en donde no te llaman.- la mandíbula de mi padre estaba tensa y sus ojos irradiaban rabia.

- Mariano se queda, el que se tiene que ir es otro- dije con tono decidido, todos los presentes me miraron, mi madre y Jeremy con orgullo, mi padre con rabia y Mariano con expectación.

- No puedo creer que estés echándome de la que algún día fue mi casa.- ¡Cómo mierda se atreve a decir eso!

- Tienes razón, cómo tú dices... fue tú casa, dejó de serlo cuando te divorciaste y nos abandonaste. Cuándo te olvidaste de Jeremy y de mí, no tienes nada que hacer acá, no veo rastro de arrepiento en tu mirada. Ya déjanos hacer nuestra vida tranquilos, así como tú la hiciste hace tiempo. No te necesitamos, yo no te necesito... tengo una hermosa mamá que se ha esforzado por sacar adelante a sus hijos, un hermano que más de hermano ha ejercido como padre muchas veces.- miré a Mariano para luego agregar.- y tengo un futuro junto a mi hija y un hombre maravilloso que nos quiere. Así que te agradecería que te fueras, para así continuar con nuestra celebración. Mi padre me miró con odio, no lo reconocía... Este hombre no es como el padre que yo recordaba, se acercó a mí, ahí pude darme cuenta que había avanzado y que ya no estaba bajo el alero de Mariano.