Capítulo 3

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- ¿Por qué tu novia siempre se retrasa? - Mark bufó.

- No es como si tú no llegaras siempre antes de que te lo pida. - Rodee mis ojos. - Además, ahora es mi esposa.

- Para mí solo es tu novia. - Él me dijo tirándose en mi sofá.

- Si, pero por favor compórtate porque no quiero que le provoques un dolor de cabeza porque terminará siendo el mío. - Él sonrió de una forma maliciosa mientras me miraba. - Ni se te ocurra Mark.- Lo apunte con mi dedo hasta que él suspiró.

- Bien. - Bufó rendido. - ¿Vendrá Sam? - Yo asentí. - Bien, porque no quería hacer mal tercio.

- Sam vendrá con ella. Y no es como si nos enrolláramos cada vez que podamos. - Él alzo una ceja. - No soy como tú.

- Estoy seguro que eres peor. - Murmuró y cuando iba a hablar el timbre sonó.

- Ya hablaremos luego. - Lo amenacé antes de ir a abrir la puerta para encontrarme a Sam y Emma. - Hey, pasen. - Les abrí paso y ellas obedecieron, Sam me dio un beso en la mejilla antes de ir con Mark y Emma un rápido beso en mis labios. - ¿Cómo estás? - Ella hizo una mueca.

- No la fuerces en hablar, Chris ha dicho que le está costando. - Yo la observé rápidamente cuando Sam me comunico aquello.

- ¿Fuiste con su doctor?

- Ssssii. - Ella miró hacia abajo, claramente avergonzada mientras caminábamos a la sala. - Pppero dijeroooon quuuee ssi... - Ella rodó los ojos, obviamente frustrado, cuando vi que quería seguir me apresuré a sacar mi teléfono y abrir las notas para que escribiera, ella suspiró aliviada antes de tomarlo.

"Dijeron que se pasará solo al igual que como viene."

- Entonces nos queda esperar. - Besé su frente antes de tomar su mano para guiarla hasta el gran sofá de la sala. - ¿Quieren algo de tomar? - Solo Emma asintió.

- Yo iré, debo ir a hacer pipí. - Mark se levantó rápidamente dirigiéndose al baño.

- Gracias por pasar por Em, Sammy. - La chica rubia me sonrió levantando su pulgar.

- ¿Y cuándo es la operación? - Samanta preguntó.

- En dos días. - Contesté mientras Emma asentía. - Mañana iremos con mis madres a comer y luego a casa de su hermano.

- ¿Y el padre de Emma estará ahí?

- Lo estará. - Emma sonrió levemente pero sabía que era una sonrisa falsa.

- Éeeel haa dicho ququque sigogo siiiiendo su hijjja. - Ella se encogió de hombros.

- Él está aceptando todo de a poco, de todas formas era el único que no sabía de nosotras. - Sam sonrió.

- No era para menos, su padre es general del ejército y su princesa esta con una chica que parece una rebelde sin causa. - Emma se abrazó a mi llevando mi cabeza a su pecho negando. - Si, pero todos sabemos que solo es su apariencia.

- ¿De qué me perdí? - Mark acercó el vaso de agua a mi novia pero lo tomé antes.

- ¿Te lavaste las manos? - Me apresuré a contestar mientras lo miraba con mis ojos entrecerrados.

- ¿Crees que no lo haría?, no lavárselas es tan asqueroso. - Él hizo una mueca.

- Recuerda que es gay. - Samanta nos hizo reír.

- Hey, eso no tiene nada que ver. Recuerdo que cuando estaba con Dereck, ¿Lo recuerdan?, bueno en fin ese chico era tan asqueroso por eso termine con él, una vez su emparedado cayó al suelo y simplemente siguió comiéndolo, ¡Iugh! - Mi novia... mi esposa hizo una mueca de asco y junto a Samanta no hicimos más que reír.

Me gustaban estos momentos, donde Mark se comportaba y mis amigos junto a mi esposa podíamos reír sin preocuparnos, donde todo estaba bien pero en el fondo sabía que nada lo estaba. En dos días era su operación y aunque hay una mayor probabilidad de que sobreviva, sentía miedo. No quería perderla, ella era demasiado especial para mí. Era por quien volví a escribir cuando me pidió un poema pero nunca se lo entregue, en vez de eso seguí escribiendo.

- ¿Qquieress commmeer? - Ella me preguntó con una sonrisa. Yo asentí.

Ella se levantó y regreso de mi cocina con unos bol con patatas y Cheetos, mis favoritos. Ella los dejo sobre la mesa de centro y mis amigos se apresuraron a comer cuando yo le di un rápido beso en sus labios haciéndola sonreír, me encantaba tener ese efecto sobre ella y que ella admitiera que la hago feliz, porque ella de verdad lo hacía, al menos la mayor parte del tiempo.

- ¡Hey no se coman todo! - Regañe a mis amigos que se detuvieron a mirarme y no pude evitar reír cuando observe como tenían la boca llena de comida. - ¿Es que no han comido?

- Pensábamos que nos invitarías a comer algo más... concreto. - Mark habló|1 con su boca llena. - ¿Lo harás?

- ¿Quieres pizza? - Le pregunté a Emma quien asintió. - Pues está bien, pero todos pondrán dos euros. - Ellos se apresuraron a sacar sus billeteras pero detuvé a mi esposa. - Tú no, idiota. - Le dije con una sonrisa pero ella negó entregándome el dinero. - No es necesario. - Susurré y ella se apresuró a tomar su teléfono abriendo las notas.

"Lo sé, pero quiero hacerlo. Ellos lo harán, no quiero tener beneficios por ser tu esposa. "

- Bien, pero solo esta vez. - Ella beso mi mejilla antes de pedirle el dinero a los demás.

- Sé lo dará a Chris. - Escuché como murmuró Sam y Emma se encogió de hombros.

Fui a la cocina en busca del teléfono de la pizzería de unas calles, cuando lo tome guarde el dinero de los chicos en el tarro de "Si los idiotas necesitan un taxi.", al fin y al cabo es la única forma de que me devuelvan el dinero que gasto en sus taxis cuando se embriagan.

VioletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora