Mark tomó mi brazo sorprendiéndome, pero aun así seguí mi camino a su lado pero noté como tenía una gran sonrisa.
- ¿Qué te pasa?
- Solo estoy feliz, por fin te deshiciste de esa perra. - Y si, a Mark nunca le agrado Emma. - Volveremos a ser el gran trio de solteros, al menos hasta que te guste Cameron.
- ¿Por qué tienes esa idea?
- Porque te conozco, ella es totalmente tu tipo.
- No tengo un tipo.
- Exacto. - Lo miré confundida pero no dije nada porque nos topamos con Cameron en el pasillo mientras hablaba por teléfono. - Hablando de la reina de Roma. - Cameron suspiró cansada antes de colgar.
- Hey. - Le salude cuando notó nuestra presencia. - ¿Pasa algo?
- Es Zack, tengo que ir a casa pero debo rendir 3 exámenes importantes hoy, no sé qué hacer. - Gruñó obviamente frustrada.
- Nosotros lo cuidamos. - Mark se ofreció. - ¿Es una mascota o algo?
- Te ofreces sin saber nada. - Suspiré. - Es su hermano. Pero si, nosotros podemos cuidarlo. - Me encogí de hombros.
- Bien, solo no le den azúcar. Vigílenlo si no está ocupado en una sopa de letras, crucigrama o algo. Y no lo toquen mucho al principio, le incomoda. - Nosotros asentimos antes de que besara nuestras mejillas para irse rápidamente.
- Uh, ¿Es un niño complicado? - Mark preguntó mientras empezamos a caminar a mi auto.
- No, pero es especial. Ya lo veras. - Sonreí levemente.
- Así que lo conoces. - Asentí. - ¿Y a sus padres? - Negué. - Eso es un paso importante a una relación.
- También conozco a tu familia y a la de Sam, y si lo recuerdo no tengo una relación con ninguno de ustedes.
- Buen punto. - Subí al auto y esperé a que se sentara para partir hacia la casa de Cameron. - No está mal. - Mark bajó y miró el lugar. - Se ve tranquilo.
- Por lo que sé, lo es. ¿Cam le recordara a la encarga que veníamos?
- ¿Cam? - Yo rodee los ojos. - Conociéndola, lo hizo. - Mark tocó el timbre de la casa, y en cosa de segundos la señora que se encargaba de Zack apareció suspirando.
- Por fin llegan, debo irme. He dejado su almuerzo listo, solo deben calentarlo en el microondas. - Yo asentí. - No le gusta la música ruidosa, por favor evítenla si no quieren que se altere. - Por alguna razón me miro al decir eso. Zack llego a su lado y se despidió de ella deseándole un buen día, que educado podía ser este niño.
- Hola Violet. - Él me abrazó y yo sonreí al notar como se separaba rápidamente. - ¿Quién eres tú?
- Soy Mark, su mejor amigo. - Sonrió y noté como Zack se veía triste.
- Pensé que yo era tu mejor amigo.
- Lo eres, y él también. - Señalé a Mark.
- Podemos ser mejores amigos los tres. - Mark le estiro el puño y Zack lo aceptó con una sonrisa.
- ¿Qué hacías? - Entramos a su casa y noté como había una tabla de skate y el ordenador encendido.
- Quería impresionar a Elizabeth con la patineta que me compró papá, así que buscaba en google como usarla. - Se encogió de hombros antes de sentarse en el sofá.
- Yo puedo enseñarte. - Mark se sentó a su lado.
- Eso sería fantástico, muchas gracias. Son los mejores amigos que pude tener. - Él tomó su patineta antes de ganarse en la puerta mirándonos con una sonrisa.
- ¿Tienes un casco? - Él asintió. - Ve por él. - Mark le sonrió y se volteó a mirarme. - Es muy educado, deberías aprender de él.
- Cállate, imbécil.
- Imbécil es una mala palabra. - El chico apareció con el casco puesto mientras fruncía el ceño.
- Lo es, por eso no debes usarla. Ella es una mal educada. - Mark se burló mientras se levantaban. - Pídele disculpas.
- Lo siento, Zack no le digas a nadie. - Él asintió con una sonrisa.
- ¿Podemos apresurarnos?, Elizabeth llega en dos horas de la escuela y luego irá al parque.
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Violet
RomanceViolet Hayes, una joven estudiante de psicología como una vez fue su madre y una gran artista como lo era su hermano. No era como sus compañeras de clase o incluso su novia, ella era bastante diferente a su entorno, o eso creía. A veces una persona...