Capítulo 24

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Miré la hora y suspiré, ¿Dónde se había metido Cameron?, llevo esperándole 5 minutos, nunca ninguna chica se había tardado en una cita conmigo, normalmente era yo la que me tardaba. Miré el menú por quinta vez y miré al mesero que no dejaba de mirarme, ¿Se me notaban las raíces?, oh no, debo irme. Cuando me iba a levantar, la campanilla de la cafetería sonó y ella entró dejándome con la boca abierta.

Ella era hermosa.

No, ella era perfecta. ¿Cómo se podía ver tan bien?, la espera había valido la pena.

- ¿Esperas hace mucho? – Negué aun mirándole. - ¿Pasa algo?

- Es que... Te ves hermosa. – Ella sonrió. – Como siempre. – Ella se ruborizo.

- Gracias, tú no estás nada mal. – Ella besó mi mejilla antes de sentarse frente a mí, me acomode en el lugar sin dejar de mirarle con una sonrisa.

- Esto no es justo. – Ella levantó la vista del menú algo confundida. – Si te ves tan linda, ¿Cómo quieres que no te bese? – Ella mordió su labio y yo suspiré.

- Entonces me disculpo, pero tendrás que aguantarte las ganas de besarme. – No sabes cuánto te equivocas.

- Muy buenas tardes chicas, soy Eric y seré su mesero esta tarde, ¿Qué desean ordenar? – Él me observó y le sonreí recibiendo una de su parte.

- Quiero un café negro con una tarta de frambuesas. – Él asintió anotando mi pedido.

- Muy buen gusto, linda. ¿Y tú?

- Yo quiero una tarta de limón, un latte y que dejes de ver a mi cita. – Yo miré a Cameron rápidamente quien miraba al mesero con su ceño fruncido. – Si le digo que no te deje propina, ella lo hará, porque a ella le gusto. Si le digo que nos vayamos de acá, ella lo hará.

- Me disculpo, pensé que eran amigas. – Él se fue rápidamente y me quede observando a Cameron.

- ¿Qué?

- No pensé que eras celosa. – Ella bajó la mirada.

- Lo lamento, usualmente no lo soy pero si te coquetea frente a mí, me molesta, es simple. – Ella se encogió de hombros sonriéndome. - ¿Te ha molestado?

- Me ha hecho gracia, pero para serte sincera no me gusta ser celada si no es "necesario". Pero me gusta que tengas claro que eres tú la que me gusta, por eso no debes preocuparte de los demás.

- Lo tomaré en cuenta. – Yo apreté su mano levemente sobre la mesa. – Ahora cuéntame de ti.

- ¿Qué quieres que te cuente?

- Cuéntame tus secretos. – Murmuró.

- Se especifica. – Le sonreí.

- ¿Por qué cuando te nombre a Zack te tensaste de esa forma?

- Lo notaste. – Ella asintió. – Y yo soy la psicóloga.

- Tómalo como un cambio de rol.

- Bien, no suelo hablar de esto así que discúlpame si llego a ser algo borde. Tuve un tío llamado Zack, era mi tío favorito, él me ayudo a publicar mi primer libro sin que mis madres se enterasen. Su esposa murió durante esa época y él se veía cabizbajo, él tenía el corazón destrozado, y literalmente murió por tener el corazón roto. – Hablar de mi tío Zack hacia que mi estado de ánimo cayera, pero hablarlo con Cameron no me afectó.

- Debió ser un gran hombre. – Yo asentí. - ¿Mucha profundidad en tu vida por hoy? – Volví a asentir mientras Eric ponía nuestro pedido sobre la mesa yéndose rápidamente. – Esta bien.

Y eso era una de las cosas que la hacía perfecta.

VioletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora