Iba caminando tomando un poco de mi café mientras leía los apuntes que me había dado Mark, alguien tocó mi hombro y me sorprendió ver a la persona frente a mi.
- ¿Qué quieres, Christopher? - El hermano de mi ex me miraba seriamente.
- Felicitaciones por el libro. - Yo asentí levemente. - A lo que vengo es para que sepas que nunca estuve de acuerdo con lo de Emma, le pedí que te lo dijera y ella me prometió que lo haría...
- Ese tema ya no me interesa, Chris. - Le interrumpí.
- Convencí a Emma. - No pude evitar mirarle confundida. - Ella firmará los papeles, podrás seguir con tu vida. - Lo abracé sorprendiendole. - De verdad lamento todo, enana. Esto es todo lo que te puedo dar.
- Es más que suficiente, Chris. Buscaré a mi novia, y le diré a los chicos, esto es para celebrarlo. - Él hizo una leve mueca mientras desviaba la mirada. - Lo siento.
- Esta bien. - Me alcé para besar su mejilla y él sonrió. - Bueno, debo irme.
- Muchas gracias, Chris.
- Me debes unas cervezas. - Yo asentí sonriendo y él se fue.
Busqué con la mirada a Cameron pero no la veía en el patio, vi mi reloj y noté que debía ir a dar mis exámenes, luego le diría.
Pude dar los exámenes pendientes en unas cuantas horas, me había perdido el almuerzo y mi estómago parecía un león hambriento. Cuando fui a la cafetería no quedaba mucha comida, pero si quedaban ensaladas. Mientras comía mis vegetales, intenté contactar a Cameron, pero nada, que extraño.
- ¿Violet? - Miré a Sandra.
- Estoy saliendo con Cameron, me golpeaste, deja esto.
- Hey, tranquila. Sólo quería saber si quieres ir a un concierto que daremos, bueno Mark irá pero quería decirte que también estas invitada y Cameron también. - Ella sonrió levemente.
- Oh, esta bien. Veré si ella quiere, pero quizás estemos ahí. - Le sonreí y ella besó mi mejilla antes de irse.
Boté la basura y fui al patio, por fin encontrando a Cameron sentada en una banca mirando el cielo. Me acerqué lentamente y me acerqué a su cara impidiéndole que siga mirando el cielo. Su cara permaneció seria mientras yo sonreía.
- ¿Estás bien? - Me senté a su lado.
- Ha sido un día agotador. - Murmuró. - Al menos los apuntes me han ayudado para pasar los exámenes. - Yo tomé su mano. - ¿Quién era el chico de la mañana? - Alcé una ceja.
- Oh, cierto. Él es Chris, el hermano de Emma.
- ¿Qué quería?
- Traía buenas noticias, ha convencido a Emma de firmar los papeles de divorcio.
- Hey, eso es genial. - Ella sonrió levemente antes de darme un leve beso. - Podríamos ir a mi casa a ver una película.
- Claro. - Fuimos a mi auto y le abrí la puerta.
Cuando subí al asiento del piloto, ella parecía estar dormida, sonreí levemente antes de empezar a conducir a su casa. Cuando llegamos, abrí su puerta y la cogí en mis brazos, ella se aferró a mi cuello y vi como una sonrisa crecía en su cara.
- Vaya princesa azul he encontrado. - Yo reí levemente.
- Así que, estabas despierta.
- Sip, creo que eres algo lenta. - Yo rodé los ojos dejándola que sus pies tocaran el piso, ella abrió la puerta de su casa. - Zack esta en la escuela y creo que iba a pasar la tarde con la vecina.
- Entonces, ¿Qué tal Intensamente?
- ¿En serio? - Ella me miró divertida.
- ¿Por qué no? - Me encogí de hombros. - Es una buena película.
- Esta bien.
Luego de un rato, Cameron parecía estar aburrida de la película y mi atención estaba en sus labios bajando en mi cuello. Suspiré audiblemente cuando sus labios volvieron a conectarse con los míos.
- Cam.
- Lo siento, ¿Quieres que pare? - Yo le miré y sonreí levemente. - ¿Qué?
- Es que, te amo. - Ella sonrió levemente.
- Te amo también. - Volví a conectar nuestros labios pero el sonido de la puerta nos interrumpió, ella se separó rápidamente y nos sentamos en el sofá tomando distancia.
- Oh, chicas. - Vi al padre de Cameron entrando con una sonrisa. - ¿Pueden creer que había una fuga de gas en la oficina?
- Es una pena, papá. - Miré a Cameron con una sonrisa y ella trataba de aguantarse la risa.
- ¿Una pena?, ¡Es asombroso!, no trabajaré hasta que reparen la fuga. - Él se sentó entre nosotras. - Oh, esta película es genial. ¿Quieren unos refrescos? - Asentimos. - Bien, iré por unas palomitas y los refrescos. - Él desapareció por la cocina y empezamos a reír.
- Eso estuvo cerca, idiota. - Le empuje.
- Hey, es tu culpa.
- ¿Mi culpa? - Ella asintió. - ¿Y por qué es mi culpa?
- Por hacerme amarte y desearte. - Ella me dió un rápido beso antes que el sonido del microondas se mezclara con el sonido de la película.
- Idiota.
- Gracias. - Ambas sonreímos.
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Violet
RomanceViolet Hayes, una joven estudiante de psicología como una vez fue su madre y una gran artista como lo era su hermano. No era como sus compañeras de clase o incluso su novia, ella era bastante diferente a su entorno, o eso creía. A veces una persona...