- ¿Crees que les guste este sabor? - Mire a Cameron quien sonreía mientras le enseñaba el helado de vainilla.
- Les encantan todos los helados, pero ese es el favorito de Zack.
- ¿Y el tuyo? - Ella se encogió de hombros.
- Me gusta el chocolate suizo. - Tome la pequeña caja y ella negó pero lo agregue al canasto junto al helado de vainilla. - No tienes que llevar dos.
- No es un problema, ¿Quieres unos dulces? - Dije viendo los que estaban en la caja registradora. - ¿Qué? - Noté como se me quedó mirando.
- No lo sé, esto es algo irreal. - La miré confundida mientras agregaba un M&M a mi compra. - Desde el día en que te vi me gustas.
- Uh. - Murmuré.
- ¿Qué?
- Me gustaría decir lo mismo, pero ya sabes, yo estaba con Emma aunque te confesaré que creí que eras bastante interesante y linda.
- ¿Interesante? - Asentí. - ¿Qué quiere decir eso?
- Nada en particular, solo creí que eras alguien interesante. - Le pagué al cajero quien me sonrió. Ella insistió en tomar una de las bolsas pero me daba igual. - Eras bastante misteriosa en un principio, luego fuiste un libro abierto para mí.
- No suelo serlo. Tú te aprovechaste para entrar en mi vida.
- Yo no hice nada, tú me aparecías por todas partes. - Fruncí el ceño.
- Quizás porque siempre te buscaba. - Ambas reímos mientras llegábamos a mi auto.
- Acosadora.
- No puedes culparme. - Yo sonreí levemente.
Conduje hasta su casa y ella fue la primera en bajar, al notar que no bajaba ella me obligo. No sé de donde sacaba tal fuerza pero de alguna manera me llevo hasta la entrada de su casa. Zack nos abrió la puerta con una sonrisa, besé su mejilla y él corrió hacia la sala.
- ¡Papá, mamá ya hemos llegado!
- Buena entrada. - Bromee.
Vi a una joven pareja asomarse con una sonrisa, cuando decía que eran jóvenes hablaba enserio, no debían tener más de 40 años como máximo. Y la verdad es que ahora sabia porque Zack y Cameron eran tan lindos físicamente y claramente psicológicamente, considerando lo cálido que se podían sentir sus miradas.
- Tú debes ser Violet, ¿No? - Su padre se acercó mientras yo asentía. - Cameron siempre habla de ti.
- ¡Papá! - Vi como Cameron se sonrojaba y yo reí.
- Soy Finn. - Yo acepté su mano.
- Me gusta tu cabello. - No me había dado cuenta de que su madre tocaba mi cabello, que segura. - Soy Camden, pero siempre me llaman Cam. - Sonrió.
- Un gusto señores Morrison. - Ellos sonrieron.
- Llámanos por nuestros nombres, no nos gustan las formalidades.
- Te dije que eran hippies. - Me murmuró Cameron.
- Somos padres buenas ondas. - Dijo su padre cruzándose de brazos al estilo gánster.
- Si, decirse a sí mismo buena onda y decir buena onda, no es nada cool. - Cameron los molestó.
- Tú no eres cool, Cam. - Le molesté.- Tus padres son muy cool.
- Me agradas. - Su padre chocó los cinco conmigo y Cameron rodó los ojos.
- Violet trajo helado.
- Bienvenida a esta familia. - Yo reí por las palabras de su madre al recibir las bolsas con los helados.
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Violet
Storie d'amoreViolet Hayes, una joven estudiante de psicología como una vez fue su madre y una gran artista como lo era su hermano. No era como sus compañeras de clase o incluso su novia, ella era bastante diferente a su entorno, o eso creía. A veces una persona...