Siempre me imaginé que el día en que Cameron estaría sobre mí fuera en otra situación, tal vez en una cama, pero claro con esta chica siempre todo era diferente. En fin, mejor debería de preocuparme de la saliva que iba a caer en mí, aunque ella era bastante tierna cuando era infantil, esta vez era la excepción.
- ¡Quítate, asquerosa! – Chillé, al parecer mi chillido sacó a Zack de su burbuja con sopas de letras para tratar de venir a mi rescate.
- Quítate, tonto. – Ella lo apartó con suavidad pero el chico hizo un puchero, dije que trató no que lo iba a hacer.
- Venga, que tenemos que irnos. – Ella me miró.
- Cierto, ¿En serio debemos ir? – Yo asentí. - ¿Por qué?
- Porque soy la anfitriona de esa fiesta y no quiero estar sola, pero si no quieres ir puedo decirle a...
- Vamos, se nos hace tarde. – Ella se levantó y yo sonreí levemente. – Odio las fiestas de ricachones.
- Nunca has asistido a una.
- Una razón más para odiarlas. – Rodé los ojos. – Zack, cuida a nuestros padres. – Él asintió con una gran sonrisa. – Si ocurre algo, ya sabes cómo llamarme.
- No compres drogas. – Cameron me miró rápidamente, bien no fue una buena broma.
- No lo haré. – Él asintió seriamente. Cameron besó su frente y yo le hice una seña en forma de despedidas, ya que Cameron se apresuró a hacerme salir de casa.
- Hey, tampoco es como si fuéramos tardes.
- No debías decir eso.
- ¿Por qué no?, ¿Quieres que el niño compré drogas? – Ella rodó los ojos. – Háblame, no soy psíquica hasta donde yo sé.
- Solo, no te metas con Zack. – Alcé una ceja.
- ¿Qué quieres decir con eso? – Fruncí el ceño, ¿Cómo que no me metiera con Zack?, tampoco es como si hubiese dicho algo grave.
- No te lo tomes a mal.
- ¿Cómo quieres que me lo tome? – Ambas entramos a mi auto pero no lo encendí. – Sinceramente, me estoy sintiendo bastante atacada.
- Lo lamento, solo quise decir que no sigas metiéndole cosas a Zack.
- ¿Decirle que no compre drogas está mal?
- Decirle acerca de drogas lo está, además sé lo que hicieron tú y Mark la otra vez cuando comíamos helado.
- Venga, a él le gusta.
- Es un niño. – Yo suspiré.
- Ya no sigas, no quiero arruinar mi noche con una discusión. – Ella se cruzó de brazos. – Cameron.
- ¿Qué?
- Lo siento. – Ella me miró y yo hice un leve puchero, lo cual funciono porque en cosa de segundos me estaba besando.
- Yo también lo lamento, no debí ponerme tan pesada con el tema de Zack es solo que es mi hermanito y está creciendo a la vez que aprende cosas nuevas, lamento ser tan idiota. – Yo le abracé.
Prendí el auto para emprender el camino hacia el salón de eventos de la universidad, en la radio sonaban villancicos y sonó mi favorito, "All i want for chrismas is you" al estilo de Fifth Harmony. Empecé a cantar por instinto, venga que nadie puede ser tan amargado como para no cantar al menos un villancico en víspera de navidad.
- No sabía que también cantabas. – Me encogí de hombros.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí. – Sonreí.
- Bien, señorita misterios amante de la navidad. – Rodé mis ojos ante su mala broma.
- No eres buena para esto. – La vi rápidamente en un semáforo y vi su cara de ofendida.
- Solo conduce a la fiesta, Violet.
- Eso estoy haciendo, Cameron. – Escuché su bufido. – Si quieres, podemos irnos luego del discurso que tengo que dar.
- Aun no entiendo porque tienes que dar un discurso.
- Bueno, el hecho de ser una estudiante que ha publicado libros exitosos, tiene talento para la mayor parte de cosas, ser popular entre las personas, tener buenas calificaciones y algunas cosas más debieron influenciar al director. – Me encogí de hombros.
- Nunca te he visto en muchas clases, ¿Cómo puedes tener buenas calificaciones?, ¿Acaso te estas acostando con los maestros? – Reí ante su idea.
- No necesito estar ahí cuando mi madre también es psicóloga y he leído los libros desde que era una niña, además de ser linda soy muy lista. – Bromee un poco haciéndole sonreír, me gustaba hacerle sonreír hablando tonterías.
Cuando habíamos llegado a la fiesta me alegre de ver que todo iba tranquilo, aunque a Cameron le parecía aburrir tanto como a mí, al menos teníamos a Mark hablando idioteces como siempre. El director me había llamado para que pasara a dar mi discurso un tiempo después.
- Feliz víspera de navidad a todos, espero que todos lo estén pasando muy bien y lamento que no puedan estar con sus familias, pero aquí tienen a sus compañeros y amigos que les harán compañía. – Esta fiesta era realizada para muchos chicos que no volvían a casa para las fiestas, los cuales no eran muchos pero al menos los maestros se preocupaban de que todos se sintieran bien, era una buena idea para evitar suicidios navideños. – En realidad, no sé muy bien que decir en algo así, pero improvisaré. – Noté la pesada mirada del director sobre mí, ¿Estaba aquí, qué más quería que hiciera? – Sé que para algunos de ustedes es su último año en la universidad, para otros es su primer año y yo les felicito por llegar a este punto sin rendirse, muchas veces el estrés nos gana al igual que el miedo, pero ustedes han superado la primera etapa del curso y se merecen una gran compañía esta noche, espero que Santa les traiga un gran regalo y esas cosas. Feliz navidad, no se maten esta noche. – El lugar se había quedado en silencio hasta que un chico empezó a aplaudir y los demás lo siguieron.
¿Qué?, todos saben que no soy buena con las palabras, soy mejor escribiendo que hablando.
- Gran discurso, idiota. – Mark me atrapó con su brazo revolviendo mi cabello. – No creo que vuelvan a pedirte algo así.
- Me alegra escuchar eso. – Sonreí.
- Bien hecho. – Cameron alzó su mano y chocamos los cinco.
- Oye, Violet. – Miré a Mark esperando alguna broma por nuestra acción. – Se te ven las raíces. – Abrí mis ojos y saqué mi celular rápidamente para verificarlo, tenía razón.
- ¿Por qué no te lo dejas al natural? – Miré a Cameron.
- Porque ella... - Golpee a Mark. – Auch.
- Ya me he acostumbrado al morado.
- Lo usa así porque te gusta el morado. – Cerré mis ojos y mis mejillas se encendieron, que gran amigo tenia.
- ¿Hablas en serio? – Yo me encogí de hombros desviando la mirada de ella.
- Te gusta mi cabello así, ¿No?
- Si, pero me gustaría de cualquier forma además cuando he ido a la casa de tus madres me pareció adorable ver a esa niña de cabello castaño y ojos azules. – Ella besó mi mejilla.
- Quizás vaya a la peluquería esta semana. – Murmuré.
- Ella lo hará. – Mark rio y yo volví a golpearle.
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Violet
RomanceViolet Hayes, una joven estudiante de psicología como una vez fue su madre y una gran artista como lo era su hermano. No era como sus compañeras de clase o incluso su novia, ella era bastante diferente a su entorno, o eso creía. A veces una persona...