- Entonces... ¿Cómo estás? - Miré a Cameron sacando mi vista de mi libro.
- Estoy bien, ¿Por qué lo preguntas?
- Porque hoy a vuelto Emma. Idiota. - Entrecerré mis ojos mirando a Mark.
- ¿Y eso tendría que afectarme?
- No lo sé, es tu esposa. - Cameron murmuró y yo hice una mueca.
- Casi ex esposa. Y no me afecta, ¿Si? - Más que nada lo dije para que Cameron se relajara un poco, se veía tensa y sabía por qué.
- ¿Ella tiene amigas?
- Claro que las tiene, Mark. ¿Podemos dejar el tema?, ya tengo suficiente con ese tema en mi familia.
- Todos te miran. - Murmuró Mark.
- ¿Y qué?
- Al parecer los problemas te siguen. - Cameron bajó la mirada y cuando le iba a preguntar a que se refería la respuesta vino por si misma. Sandra.
- Hey.
- ¿Me vienes a golpear? - Alcé una ceja.
- No, pero venía a disculparme por eso. No debí hacerlo ni las chicas tampoco, me deje llevar por la ira y...
- Oye, esta bien. Lo entiendo. - Ella sonrió levemente. - Yo también cometí un error y... - Ella besó mi mejilla y se fué. - Cada vez mi vida es más rara.
- Ya lo creo. - Mark rió pero él se detuvo cuando Cameron se levantó y se fué. - ¿Qué le pasa?
- No lo sé, pero lo averiguaré.
Me levanté dejando solo a mi amigo, camine por los pasillos hasta encontrarle pero no estaba sola. Estaba Emma, ¿Es el día de los problemas de Violet?
- Sólo digo que te alejes de Violet. Ella se dará cuenta del error que esta cometiendo. - Me detuve un segundo.
- Si me alejo o no de Violet, es una decisión nuestra. Y la única que cometió un error fuiste tú. Déjala rehacer su vida en paz, por favor.
- Mira, escucha te daré 2000 libras si dejas a Violet. - Apreté mis puños.
- Deberías usar ese dinero para un terapeuta, ni por todo el dinero del mundo le dejaría.
- ¿Qué?, ¿Acaso te enamoraste de ella? - Bien, es hora de interrumpir porque ya conocía a Emma y ese tono de voz sólo indicaba problemas.
- Hey, te buscaba. - Miré a Cameron y ella bajó la mirada. - Vamos, tenemos que hablar - Tomé la mano de Cam y me la llevé rápidamente para evitar problemas.
Nos sentamos en una de las bancas exteriores, sabía que ella tenía un tiempo libre y a mi no me importaba perder una clase.
- ¿Qué pasa por tu cabeza, Cam? - Acaricie su mano y la miré.
- Nada.
- Por favor, hablemos las cosas.
- Es sólo que tienes un pasado algo problemático y me gustaría que la gente sepa que estamos... - Ella calló.
- ¿Juntas? - Ella bajó la mirada. - Hey, si lo estamos, ¿No?
- No lo sé, normalmente alguien sale y tiene citas.
- Entonces quieres tener una cita. - Ella me miró. - Tengamos una cita, ¿Te parece este viernes?
- Bien. - Sonrió levemente.
- Entonces, ¿Ya te puedo besar? - Ella negó y yo hice un puchero.
- Nada de besos hasta la segunda o tercera cita.
- Oh, venga ya. - Cuando intenté besarle ella se alejó riendo. - No seas mala.
- No, ya te lo dije. Es mi regla.
- Venga, que casi me violas en mi sofá.
- Por dios, - Ella tapó su cara ruborizada. - eso es una vil mentira.
- Así que tienes reglas. - Ella asintió.
- Claro, y todos las personas las respetan, todos menos... - Aproveché que esta hablando para besarle. - Tú.
- Soy genial y siempre consigo lo que quiero.
- Que niña mimada. - Yo sonreí levemente
- De todas formas te gusto. - Le saqué la lengua. - Te adelantaré algo de nuestra cita.
- ¿Ah, si? - Asentí y besé sus labios cortamente una vez más. - Te estas aprovechando.
- No parece molestarte. - Ella volvió a sonreír. La abracé y suspiré.
¿Qué me estas haciendo Cameron?, yo no soy de comportarme de esta forma.
- Oye.
- ¿Qué?
- Me estas asfixiando. - Reí levemente y la solté.
- Lo siento. - Ella se separó levemente y besó mi mejilla.
- ¿Qué esta pasando aquí? - Mark se detuvo frente a nosotras.
- Nada que te incumba. - Sonreí.
- ¿Ves?, te lo dije Cameron. Ella es una pésima amiga, nunca me cuenta nada. - Mark hizo un puchero haciendo reír a Cameron.
- Bien, te lo contaré. Me gusta Cameron, yo le gusto a Cameron, fin.
- Me debes algo. - El estiró su mano y suspiré, demonios. Saqué mi billetera y le dí el dinero.
- ¿De qué es eso?
- Nada importante. - Sonreí pero ella me miró hasta que suspiré. - Sólo que Mark dijo que pasaría esto antes de navidad.
- Oh, lamento hacerte perder dinero.
- Da igual, valió la pena.
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Violet
RomanceViolet Hayes, una joven estudiante de psicología como una vez fue su madre y una gran artista como lo era su hermano. No era como sus compañeras de clase o incluso su novia, ella era bastante diferente a su entorno, o eso creía. A veces una persona...