Capítulo 3

409K 31.7K 19.6K
                                    



Se siente como si pudiese gritar en cualquier momento.

La euforia y la adrenalina corren en mi sistema a una velocidad vertiginosa, pero trato de no hacerlo notar.

Mi vista recorre todo el espacio con lentitud, pero no puedo dejar de estar ansiosa hasta la mierda. Trato de localizar la familiar figura de mi mejor amigo entre la multitud de gente que se encuentra en la explanada de la Universidad de San Francisco, pero es imposible.

Hace diez minutos dijo que nos encontraríamos aquí, y no puedo evitar sentirme impaciente por verlo.


Avanzo un par de pasos en dirección a las jardineras que se encuentran casi llegando al edificio principal, y me congelo en el instante en el que lo miro.

Se encuentra sentado en una banca junto a una chica. Toda su atención está fija en ella y la observa como si fuese el ser más curioso del planeta. Ella apenas lo mira, pero no luce como si estuviese rechazándolo, ya que sus labios se mueven en un monólogo que no soy capaz de escuchar.

Jeremiah esboza una media sonrisa dulce y sus labios se mueven un segundo antes de que ella se ruborice por completo.


De pronto, la chica me descubre mirándolos y su ceño se frunce ligeramente. Jeremiah vuelca su atención hacia mí y luce confundido durante unos instantes. Entonces, parece reconocerme, ya que sonríe mostrándome todos sus dientes, y hace un gesto gracioso en mi dirección. La sonrisa en mis labios es grande mientras correspondo su ridículo saludo.

Mi amigo mira en dirección hacia la chica y dice algo que no puedo escuchar mientras se pone de pie. Ella también se levanta y, de pronto, luce incómoda. Él trata de besar su mejilla para despedirse, pero ella se aparta con brusquedad.

La decepción en las facciones de Jeremiah, hace que mi pecho se contraiga; sin embargo, se repone rápidamente y revuelve su cabello antes de encaminarse hacia mí.


Mi amigo me pasa de largo y sé que esa es una clara señal de retirada. No me quiere cerca de ella, y no es bueno para disimularlo.

— ¿Quién es? —Digo, una vez que igualo su caminar apresurado. El tono burlón en mi voz hace que aminore el paso antes de regalarme una mirada irritada y avergonzada.

—Toma varias clases conmigo —masculla, y mi sonrisa se ensancha.

— ¿Te gusta?

—No es el tipo de chica que me gusta —dice, en un murmullo apenas perceptible.

—Eso lo sé —digo, y miro hacia atrás sólo para echarle otra ojeada a la chica que camina hacia las escaleras del edificio principal del campus.

Es gruesa y llena en todos los lugares en los que yo soy plana y escuálida; su cabello largo es un desastre y es casi tan baja como yo.


Jamás había visto a Jeremiah interesado en una chica como ella. Es muy dado a romancear con chicas que son completamente lo opuesto; es por eso que me ha llamado tanto la atención la escena. Él suele salir con chicas de cuerpos bonitos y estilizados, cabellos rubios y arreglados, y ojos claros y vibrantes.

Esta chica es... ancha. Algo completamente diferente de las chicas con las que ha salido a lo largo del tiempo que llevo conociéndolo.


—Entonces... —retomo el tema—. ¿Te gusta?

Él se detiene en seco y se vuelca hacia mí.

—No voy a tener esta conversación contigo —dice, con determinación—. De cualquier modo, ella no me gusta.

MONSTRUO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora