Capítulo 36

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La figura de Jeremiah se dibuja delante de mis ojos en el instante en el que la puerta se abre. Una sonrisa radiante se apodera de su rostro cuando me mira.

— ¡Hey, enana! —Dice, con aquel tono despreocupado que usualmente utiliza.

En ese momento el nudo de coraje, frustración y miedo que se había instalado en la boca de mi estómago, se afloja un poco. Sin embargo, no lo deshace del todo.

— ¿Crees que pueda quedarme esta noche en tu apartamento? —Digo, sin más y quiero golpearme por sonar así de directa y necesitada.

La confusión invade sus facciones, pero asiente sin siquiera pensarlo un segundo.

— ¿Qué pasó? —Pregunta, mientras que se aparta de mi camino para dejarme entrar.

La enorme montaña de emociones acumuladas que llevo dentro, se tambalea; pero me las arreglo para encogerme de hombros, y morder la parte interna de mi mejilla para evitar que el torrente de palabras que tengo atoradas en la garganta se libere.


— ¿Maya? —Mi amigo habla a mis espaldas, pero no me atrevo a encararlo—, ¿qué ha pasado?, ¿peleaste con Styles de nuevo?

Mis ojos se cierran con fuerza y tomo una inspiración profunda para ralentizar el ritmo de mi pulso acelerado. Entonces, me giro para encararlo. La expresión perpleja y preocupada de Jeremiah no hace más que acrecentar el peso de la bola de nervios que se ha formado en mi estómago, y quiero gritar. Quiero gritar porque no sé cómo diablos decirle que la policía ha comenzado a investigarlo por culpa de Harry. Porque no sé cómo decirle que estoy aterrorizada hasta la mierda por todo lo que ha pasado últimamente.

Trago duro.

—Necesitamos hablar —digo. Mi voz suena tan temblorosa, que parece que voy a echarme a llorar, cuando en realidad suena de ese modo porque estoy furiosa. Porque estoy ahogándome en la desesperación y la frustración.

La confusión incrementa en sus facciones pero asiente al tiempo que dice—: Seguro. Estás poniéndome de nervios, ¿sabías?

Cierro los ojos y tomo una inspiración profunda para tratar de tranquilizarme. Necesito tranquilizarme...


— ¿Quieres algo de beber? —Jeremiah hace un gesto en dirección hacia la cocina—. ¿Agua?, ¿café?, ¿té?, ¿alguna especie de calmante?, ¿algo?...

Niego con la cabeza. Entonces, él hace un gesto en dirección a los sillones que se encuentran a mis espaldas para indicar que nos sentemos. No quiero hacerlo, sin embargo. No puedo...

—Maya, relájate y dime qué está pasando —Jeremiah empieza a sonar firme y decidido. Su tono me recuerda mucho al que utiliza Harry conmigo cuando estoy al borde del colapso nervioso—. No puede ser tan malo.

—Oh, sí lo es... —asiento y me siento un tanto frenética. Estoy demasiado alterada. Necesito tomar un par de inspiraciones profundas ahora o voy a colapsar.

—Mi definición de 'malo' cambió completamente después de que Harry Styles y tú aparecieron en mi vida, así que...

—Rob está en la cárcel porque venía siguiéndonos a Harry y a mí en un Sedán negro —suelto, así sin más y él enmudece—, Kim intentó asesinarnos a Harry y a mí anoche, y la idiota de la detective que está enamorada de Harry ha mandado investigarte porque sospecha de ti —las palabras me abandonan a toda velocidad y mi ansiedad incrementa con dada una de ellas—. El Gobierno ha tomado a Hayley bajo su custodia y peleé con Harry porque fue él quien sugirió que tienes algo que ver con Tyler y el mundo de mierda en el que está metido.

MONSTRUO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora