Sólo Tú

¿Celoso yo?

NATHAN.

Desperté, ya era de mañana, miré a mi alrededor y me percaté de que Rachel no estaba a mi lado.

Me duché y bajé a la cocina.

-Buenos días Hijo- Me saludó mi nana.

-Buenos días nana ¿Sabes donde está mi esposa?- Pregunté.

-Salió a la parte trasera-

-Gracias Nana- Le di un beso en la frente.

Mientras caminaba hacia el patio trasero, me encontré con alguien que podría apostar me odiaba.

-Hola- Dije, Me miró de arriba hacia abajo y siguió caminando, tomé su brazo e hice que me encarara. -Dije Hola-

-Hola- Dijo de mala gana.

-¿Qué ocurre Amy?-

-No tengo tiempo para estar hablando, tengo trabajo así que con permiso- se soltó de mi agarre y se alejó rápidamente.

Negué con la cabeza mientras hice una sonrisa ladeada.

Salí al patio trasero y oí risas.

Fruncí el ceño y caminé hacia el árbol de durazno que mi madre sembró el día que se casó con mi padre.

Detrás de él estaba Rachel con ¿Erick?

-Entonces ¿Si?- Le preguntó.

-Erick, no lo sé- Respondió Rachel riendo.

Cuando se percataron de mi presencia, Rachel sonrió y Erick rascó su nuca mientras me miraba sonriendo.

-Hola- Dije.

-Hola, perdón por venir sin avisar-

-No importa- Voltee a ver a Rachel.

-Buenos días- Me dijo.

-Buenos días- Dije y besé su frente.

-¿Cómo dormiste?- Me preguntó.

-Bien, gracias ¿Y tú?-

-Muy bien- Respondió.

-Creo que... los dejaré sólos- Dijo Erick.

-No, está bien, yo me iré- Dijo Rachel. -Nos vemos luego- Se despidió de Erick.

Cuando Rachel se fue, Erick y yo nos sentamos en el pasto.

-Te sacaste la lotería Nathan-

-¿Qué?-

-Con Rachel, te sacaste la lotería con tu esposa-

-¿Por qué lo dices?-

-¿Por qué lo digo? ¿Acaso no la vez? Es toda una belleza-

-Ah... eso, sí, podría decirse que sí, me saqué la lotería- Dije rascando mi nuca.

-Veo que la traes a tus pies, se ve que le gustas-

-Si, eso creo-

-¿Estás bien?-

-Si ¿Por qué no lo estaría?-

-Bueno... veo que te es incómodo hablar de ella-

-No, no es incómodo, sólo creí que venías a verme a mí y no a hablar de ella-