Conmigo estás segura

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Erick

¿Qué si no me siento mal por Nathan? Sí, claro que si, pero no podía dejar que le hiciera daño a Rachel, cosa que ya ha hecho, porque justo ahora nos encontramos en el hospital esperando noticias de ella.

Desde el día en el que encontré a Nathan con Amy, había decidido hacer todo lo posible para que Rachel no saliera lastimada, por lo que decidí contarle a Caleb y no a ella, grave error, el hecho de que su hermano le haya dado esa noticia sin siquiera una pizca de sutileza la había destrozado, estaba más que seguro y eso me tenía echo una bestia, quería golpear a Caleb por ser un idiota.

Sé que se estarán preguntado porque no estoy matando en mis pensamientos a Nathan y claro que les diré...

Desde un principio sabía que ésto pasaría, realmente no me sorprendió para nada, aunque claramente ganas de matarlo no me faltan verdad, pero algo es muy seguro, no dejaré que Nathan se vuelva a acercar a Rachel, jamás, y sé que ésto se pondrá feo pero no me importa, aguantare lo que venga, amo a Rachel y la cuidaré como Nathan nunca lo hizo.

No, ella aún no sabe qué fui yo quién vio a Nathan y le dijo a su hermano y realmente no quiero que lo sepa porque me odiará y no quiero que me odie, sino todo lo contrario, claramente se lo diré algún día pero no uno cercano porque el que saldrá peor de éste rollo, seré yo.

Tallé mi rostro con ambas manos y me senté a un lado de la madre de Rachel a quién se le notaba muy preocupada.

-Estarán bien, no se preocupe- Tomé su mano.

-Gracias- Me sonrió amable.

-¿Le han avisado a Nathan?- Cuestioné.

-No y no pienso hacerlo- Respondió Caleb.

Su madre lo miró mal.

-¿Pero qué estás diciendo?- Habló un tanto enojada. -Nathan es el padre del bebé y esposo de tu hermana, debes de decirle ahora mismo- Le reprendió.

Caleb miró a su madre con el ceño fruncido.

-Yo creo lo mismo- Dije.

Los ojos de Caleb pasaron del rostro de su madre al mío.

-¿Estás seguro?-

Dudé por un momento pero finalmente asentí.

Sí, tal vez crean que es una estupidez que diga que Nathan tenga que venir, pero realmente y aunque me duela, la madre de Rachel tiene razón.

Pero hay algo que me consuela un poco, que ella no querrá verlo.

Caleb sacó el celular de su bolsillo y segundos después lo pegó a su oreja.

-Ven rápido al hospital... Rachel está aquí... Sí... si yo te mando la dirección... no se, se desmayó o algo así... si... apurate- Finalizó la llamada.

~~~~~~~~~

Pasaron aproximadamente 15 minutos para que Nathan llegara.

Pude notar sus ojos dilatados, su cabello estaba despeinado y parecía haber corrido kilómetros para llegar hasta aquí.

-¿Dónde está? ¿Cómo está? ¿Cómo está el bebé?- Cuestionaba desesperado.

Caleb salió del hospital tragandose toda la rabia que tenía.

-No sabemos nada aún- Hablé.

Respiró profundo y colocó las manos en su cadera.

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