¿Enamorados?

Aceptando a Kakarotto.

Capítulo Extra 1:

-¡Raditz!  -gritó Bardock desde la sala de estar-

El chico de larga melena se asomó desde su habitación y miró a su padre.

-¿Qué? -preguntó -

-Hoy llega Kakarotto necesito que vayas a buscarle y compruebes las bajas y demás.

-¿Por qué yo? -preguntó sin entender el joven-

-Tu madre trabajará hasta más tarde y yo debo concentrar, mañana tengo misión.

Raditz asintió y se colocó su armadura. Fue a la cocina y tomó una botella de jugo, así emprendió vuelo al aeropuerto donde en quince minutos aterrizaría su hermano menor. Kakarotto llevaba fuera de casa cerca de dos semana.
Impaciente espero hasta que las naves tocaron el suelo sayajin. Su hermano salió de la nave bostezando y con una gran energía, Raditz se hizo notar y Kakarotto corrió a el y chocaron los puños.

-¿Qué tal te fue enano? -preguntó el mayor-

-Bien, aunque mate menos que mis compañeros. -respondió Kakarotto-.

-Bien vamos a ver la tabla de evaluación. -ordenó Raditz-

Ambos hermanos se encaminaron a la tabla de evaluación, para ser el segundo al mando, Kakarotto estaba muy por debajo de lo aceptable. Raditz negó, su padre le daría una buena reprimenda, Kakarotto se empeñaba en golpear a sus oponentes hasta dejarlos inconscientes pero jamás daba un golpe final para matarlos.
Raditz miró a su hermano, el era diferente a los demás sayajins, con solo doce años tenía grandes habilidades y poder pero no purgaba como se debía.

-Tu nota es de... sesenta y tres. -habló el mayor- Al menos es más alta que la nota anterior.

-¿Crees que a papá le alegre? -preguntó sonriente Kakarotto-

Raditz asintió aunque dudaba de que fuera así, Bardock era el mejor sayajin de clase baja, luego estaba Raditz. Bardock esperaba que su hijo fuera el tercero pero hasta ahora Kakarotto no había llegado a eso y aquello ponía de muy mal humor a su padre.

-¿Necesitas ir al tanque de recuperación? -preguntó el mayor y Kakarotto negó- Bien, vamos a casa.

Ambos emprendieron vuelo a su hogar. Al llegar no había nadie, Gine llegaría más tarde y Bardock estaría en la sala de entrenamiento hasta la noche. Kakarotto sintió su estomago rugir exigiendo comida, rápidamente se metió en la cocina y se preparo cuatro emparedados de paleta. 

-Veo que mamá te ha enseñado bien. -dijo Raditz riendo-

-Lo básico pero sí. -admitió el menor-

El tiempo que compartían entre hermanos era poco, Raditz seguía siendo capitán del mismo escuadrón que tenía desde niño y tenía muchas responsabilidades como su padre. Además que Kakarotto cada vez que tenía tiempo libre era mandado por Bardock a entrenar de sobre manera.

Bardock estaba en la arena de entrenamiento cercana a la zona de aterrizaje de las naves pero no había querido ir a recibir a su hijo menor. Aún seguía molesto con el y su bajo rendimiento.

-¿Bardock? -pronunció Tora llamando su atención- Amigo estas en las nubes.

-Ya sólo pensaba. -murmuró el capitán-

-¿Sucede algo? -preguntó preocupado Tora-

-Es Kakarotto y su bajo rendimiento. -respondió-

-Quizá purgar no sea lo suyo, tal vez sea bueno como guardia, dirigiendo misiones o controlando el perímetro del planeta. -le habló esta vez Fasha-

- No puedo permitir que sea algo así, todos en mi familia han sido guerreros.  -contestó Bardock- Y el seguirá con el linaje como tal.

-Lo que tu digas pero entonces ten paciencia. -le aconsejó Tora- Nosotros con Ruth tenemos problemas similares.

-La niña hace lo que quiere en las misiones. -gruño Fasha-

-Seguro es hija suya ¿no? -bromeó Shugesh entrando en la conversación-

-Ya, basta de charla. Continuemos.  -ordenó Bardock-

...

Finalmente Gine terminó con su árduo día de trabajo. Voló a su casa y sonrió al ver a su hijo menor dormido en el sillón. Seguro el pequeño había estado esperando a Bardock. Se acercó a el y beso su frente.

-Hijo despierta, ve a dormir a la cama. -pronunció sutilmente Gine-

-No.. -murmuró- Papá a de.... venir.

Gine negó divertida, buscó a Raditz para que le ayude a llevar a su hermano a la habitación y encontro a su primogénito mirando tv en su habitación.

-Hola hijo. -saludó y Raditz sonrió-

-Hola madre. -respondió- ¿Sucede algo?

-Sí, necesito que me ayudes a llevar a Kakarotto a su habitación. -contestó su madre-

Raditz asintió y se levantó de su cama. Caminó junto a su madre por el pasillo hasta llegar a donde se encontraba su hermano menor. Sonrió de lado viendo cuando parecido era a su padre, ese ceño fruncido, el cabello, su físico, tenían como diferencia solo la cicatriz de Bardock. Tomó a su hermano menor en brazos y lo llevó a su piesa.

-¿Qué tal le fue esta vez? -preguntó Gine arropando a Kakarotto bajo la atenta mirada de Raditz-

-Mejor, la nota anterior era de cuarenta, ahora fue de sesenta y tres. -respondió el con algo de alegría-

-Espero para tu padre sea suficiente, no quiso ir a recibirlo hoy. -confesó Gine con angustia-

-Mi padre aún no termina de aceptar a Kakarotto. -murmuró Raditz-

-Nunca lo aceptó del todo. -susurro con pena su madre- Y duele ver cuanto se esfuerza Kakarotto por lograr que Bardock le de su visto bueno.

-Es solo cuestión de paciencia y tiempo mamá...  -le consoló-

-Hijo, han pasado doce años desde que Kakarotto llegó a nuestras vidas. -contestó Gine-

-Confió en que de a poco ira aceptando a Kakarotto.

...

Bardock llegó a casa pasando la media noche. Se había quedado entrenando un tiempo extra. Apenas entro a casa su scouter le avisó de un nuevo poder, Kakarotto estaba en su habitación durmiendo.
Camino a la cocina y se llevó un susto de muerte al ver una gran figura en la oscuridad sentada. Prendió la luz y vió a Raditz.

-Hola padre.  -saludó Raditz y el asintió-

-¿Cómo le fue a Kakarotto ahora?

-Mejor. Te estuvo esperando papá pero se durmió.

-Hump... Dime el resultado. -exigió-

-Sesenta y tres. -contestó tajante el jóven-

-Podría llegar facilmente a ochenta y no lo hace. -pensó en voz alta Bardock-

Gine irrumpió en la cocina y miró mal a su pareja.

-Terminarás perdiendo a tu hijo Bardock. -habló la hembra-

Continuará...

Por cierto gracias por las más de 1,3k de lecturas y los más de 100 votos, significa mucho para mí, gracias  :')

Araceli