No es normal

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Después de una velada estupenda anoche. Él se fue al cuarto de nuestro niño mientras yo me quedé allí. Esperando que volviera para quedarse a dormir conmigo, pero noté que no vendría.

Al despertar miré la hora y vi que era hora de listarme para ir a trabajar. El único problema es ¿Qué voy hacer con los niños?. Primero porque mi esposo esta viviendo en su juventud y mi hijo dice que es un super-héroe. Necesito ordenar mi agenda antes de irme y dejarle las instrucciones de lo que deben y no hacer.

Me doy una ducha rápido y salgo con una mini toalla. Me dedico a buscar mi ropa interior, cuando de momento siento la puerta abrirse. Era él con nuestro hijo a su lado.

-¿No saben tocar la puerta?.-pregunto un poco enojada ya que estoy en paños menores como dicen.

-Mami, papi y yo hicimos desayuno. ¿Tú queles uño?.-la voz irresistible de mi hijo hace que mi día sea el mejor.

-Mi amor creo que no podré desayunar contigo, me tengo que ir rápido les dejaré lo que necesitan.-dije mientras seguía buscando mi ropa y las cosas que tenía que llevarme.

-¿Te vas?.-me pregunta con una voz un poco...¿ronca?

-Aaahh...Sí...tengo trabajo en el hospital. Por si no te he contado...aunque mi esposo sabría todo como a que hora salgo y entro...y muchas cosas más.-digo sin mirarlo, porque de verdad necesito llegar rápido al trabajo me espera una junta importante de cirujanos.

-Perooo...¿Qué hago con el mocoso?.-¿QUÉ?, ¿CÓMO SE ATREVIÓ A LLAMAR A NUESTRO HIJO?.

-¡NUNCA LO VUELVAS A LLAMAR ASÍ A NUESTRO HIJO...!, ¿TE QUEDÓ CLARO?.-le grité con todas mis fuerzas. No iba a dejar que le dijera como le saliera del culo.

-Lo siento...es que...su nombre es muy raro. En verdad porque no le pusieron un nombre más corto o común. Como por ejemplo Pedro, Juan, Tito...-debe de estar jodiendome ¿verdad?.

-Sólo...no lo llames así por favor. Ahora a lo que te iba a decir, mi madre no podrá venir a cuidarlos y no tengo a más nadie que los vele.-decía mientras salía del cuarto para bajar a la cocina y servirme un poco de café.

-Se van a quedar aquí, pero ahora necesito que pongas atención a todo lo que te voy a decir. En esta libreta azul están todos los números que necesitas e incluso está el mío. En el congelador hay una pizza casera, pero como quiera les dejaré el dinero suficientes si no quieren comer eso.-decía mientras seguía caminando lo veía detrás de mí con nuestro hijo en brazos.

-Aah! Una cosa más me llaman si hay alguna emergencia por favor.-les dije - bueno ya me voy, cuida a papi mi solesito...y tú- le señaló para que entienda- cuida bien de mi solesito, ¿entendido?.

-Shi mami, tlanquila yo lo cuilo.-dice mi niño tan feliz.

-No te preocupes, yo lo cuido y a tú casa.-me dice mientras me mira.

Antes de irme les doy un beso a los dos, pero a Dion se lo doy casi en la comisura de sus labios. Entré al auto mientras tiraba mi cartera y todo lo demás al asiento contiguo.

Mientras voy conduciendo al trabajo recibo como 20 llamas y 42 mensajes de los diferentes cirujanos del hospital. La cual trabajo como contable oficial del hospital, no me quejo es un buen trabajo.

Llegué al hospital y pongo mi auto en el estacionamiento. Al bajarme con todas mis porquerías, me dispongo a entrar al hospital. Me encuentro con el jefe de cirugía que me da una mirada de "llegas tarde". Bah!, no interesa yo soy la que manejo su dinero. Durante toda la junta en mi mente sólo había dos nombres muy importante. Que muy importante son 'BASTANTE IMPORTANTE'.

Al finalizar la junta, camino hacia mi oficina. Tomo mi teléfono celular y me dispongo a llamar a mi casa para saber como están los dos rubios. Comienza a sonar y al tercer timbrado lo contestan.

-¡Hello!-dice él, un poco serio.

-¡Hola!, soy yo...aaahh...¿Cómo están?, ¿Cómo se ha comportado Jeremiah?, ¿Comieron algo?, ¿Qué han hecho?...-escuché cuando el me interrumpió

-Primero que nada son muchas preguntas a la vez, yo creo que si me dejarás contestar una por una creo que tendremos una buena comunicación.-en verdad que aveces suele ser tan estúpido, en verdad que no entiende que me preocupo.

-No importa lo que necesito saber es ¿Cómo están?.-dije mientras me recostaba en la silla.

-Estamos bien chica no tienes porque preocuparte...

Después de haber hablado con él y asegurarme de que todo estaba bien comencé el trabajo duro. Ya era tarde y ya mis muñecas no aguantaban más. Miré el reloj y ya faltaban 15 minutos de terminar mi hora laboral. Gracias a eso me dispongo a recoger otra vez mis porquerías.

Busco mi auto en el estacionamiento para por fin irme a casa. De camino a casa llamó a mi esposo, pero no cogen el teléfono y eso me esta raro. Aceleró un poco porque eso me ha preocupado, cuando por fin llego a casa estacione el auto en la marquesina. Dejo mis cosas adentros del auto porque primero necesito saber si están bien.

Cuando abro la puerta, me lleve una hermosa sorpresa mis dos hombre me esperaban en la cocina con una pizza casera que en el centro era una cara hecha completa de peperroni.

-Te amo mami...

La Guerra del Amor (Book #1) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora