Llevé a mi hijo y regresé, esto no se puede quedar así. Yo soy su esposa y merezco un respeto aunque el no recuerde un carajo de mí. Además esa era mi casa, bueno nuestra casa y también merece un respeto, porque nuestro hijo vive allí.
Después de conducir como una demente. Llegué a casa para reventar la puerta y subir rápido por aquellas escaleras. Camino por el pasillo con pasos firmes hasta llegar a la habitación.
Abrí la puerta sin mucho cuidado que digamos. Lo veo tirado en la cama a lo muy "PRÍNCIPE".
-Sí vienes a discutir desde ahora te voy diciendo que no te voy a escuchar.-dice mientras se levanta de la cama.
-Tú no me dices que hacer y no me importa si no me quieres escuchar, pero lo que hiciste es de pendejos. ¿Sabes por qué?.-dije mientras me le acercaba y el solo bajaba la mirada.
-Porque dejan lo que tienen en su casa por simples zorras.-sentí mi rabia que iba subiendo así a lo tipo sayayin.
Él siguió mirándome tan tranquilo, eso sí no le había cambiado tener paciencia conmigo mientras discutíamos.
-No piensas decir nada...-dije en un susurro.
-Claro que sí, no me importa lo que digas y ¿sabes porque?.-mientras me decía lo último no cierta burla en sus palabras.
-Porque no me acuerdo de ti ahora mismo lo que sé es que me ayudas y no me dejas en la calle, me ayudas con mi supuesto problema y otras cosas más. Pero dime una cosa ¿Cómo puedes seguir amandome si yo no siento nada por ti?.-Muy fuerte para mi corazón Dion, muy fuerte.
Se dio media vuelta cuando dijo eso. Debo admitir que es una pregunta válida, pero es como dicen por ahí 'LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE ES LA FE'. Y yo tengo fe que el volverá a recordar nuestro matrimonio.
-Tal vez no sientas nada, ahora mi pregunta es ¿Por qué no te has ido de nuestras vida?, ¿Por qué no huistes cuando tenías la oportunidad?.-cuando dije eso mis lágrimas empezaron aparecer. Se quedó en shock, estaba pálido más de lo que era.
-En estos 4 meses trate de enamorarme de ti, porque nunca había visto a una chica amar tanto a un hombre que tal vez ni la merecía. Contigo aprendí a tener una familia y tú hijo me recuerda a mi cuando era pequeño. Por estás razones no me fui, pero lamentablemente no me enamoré de ti y decidí buscar amor en otra parte. Aunque no niego que eres una mujer maravillosa, pero lo siento.-sus palabras fueron sinceras yo lo sé, lo conozco muy bien.
-Y si te hago cambiar de opinión...-después de decir esas palabras me acerqué a el y lo comencé a besar con cortos besos por si el decidía alejarse.
Pero vi que no fue así, correspondió el beso y vi como miraba mis labios con deseo. Así que no hice esperar y lo volví a besar mientras pasaba mis brazos por su cuello, sentí como sus grandes y toscas manos agarraban mis caderas. Es la mejor sensación, bajó sus labios a mis puntos débiles que son mi cuello y clavícula. No sé en que momento me elevó y enrede mis piernas en su torso. Me llevó a la cama y me depósito suavemente para poder mirarme mientras respiraba en mis labios.
-¿Tú decides?.-dije mientras acariciaba su mandíbula. El asintió y deje que prosiguiera.
Le quite su camisa y el quito la mía para después desabrochar mi brasiel. Yo en cambio toque sus pectorales, seguía bajando hasta su pantalón para desabrochar el botón. Mi corazón bombea sangre, como cuando las olas chocan con la arena. Siento como baja por mis senos dejando un camino de besos los cuales queman mi piel. Se nota que lo extrañaba mucho. Llega a donde mis pantalones y empieza a quitármelo, lo noto desesperado. O sea prácticamente me lo arrancó, pero a mi no me importa.
-Me encantan tus pantys y más lo que hay dentro de ellas.-es un picaron.
-Y porque no empiezas.-cuando le quite el pantalón pude notar su amigo. Comencé a masajear y el me quitó mis pantys.
Quedamos contemplandonos.
-Hazme tuya.-cuando le di el permiso. Se introdujo lentamente, hizo que mi cuerpo se arqueara. Sus movimientos eran lentos, pero constante. Cada beso, cada arruñazo hacía que la temperatura y sus movimientos subieran.
-DION...AHHH...AHHH!!!.NO AGUANTO...-el sudor mezclándose con cada roce de nuestros cuerpos me encantaba.
-YOO...T-TAMPOCO!!.-una vez llegamos al clímax. Me acosté en su costado y mi cabeza en su pecho.
-Te amo Dion.-dije antes de caer rendida en los brazos de Morfeo.
Cuando me levante, busqué con mi brazo en la cama y Dion no estaba. Miré a la almohada y había una carta. Rápido la tome en mis manos y decía lo siguiente:
Jazmín no soy lo que necesitas ni soy lo que quieres. Por medio de esta carta te digo que me fui para no hacerte daño ni al enano. En realidad tengo miedo ha dañarlos sin la intención de hacerlo. No quiero seguir engañando a tú hijo bueno nuestro hijo por eso me voy y por favor no me busques.
Att: Dion
Sus palabras me dolieron, pero lo más que me dolió fue su abandono...
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La Guerra del Amor (Book #1) (Editando)
RomanceAlgunas personas dicen que el destino te coloca obstáculos para ver; ¿cuán fuerte eres?. Otras dicen que es la vida quien los coloca, pero para Dion, y Jazmín es una misión. La pregunta es: ¿Qué harías...? Es fuerte saber que la persona que uno más...