4

10.7K 920 91
                                    

•4•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•4•

Extraña vez había risas y enormes carcajadas durante el almuerzo en Saint Jude, pero aquel día era la excepción. Las pocas muchachas presentes —muchas salían por las tardes, o visitaban a sus familiares—, contaban anécdotas y hacían chistes al respecto. Las Hermanas estaban almorzando en el cuarto continuo, por lo que cada varios minutos se silenciaban entre ellas para no ser escuchadas.

Melody sin duda tenía grandes historias para contar, pero debía guardar la mayoría de ellas. Era difícil acallar cuando realmente tenía ganas de compartir sus propias memorias. Aún así, permanecía en silencio, escuchando atentamente las palabras de sus compañeras quienes parecían no querer callar, al menos no en un bien tiempo.

Podía ver a Martha al otro lado de la mesa mirándola fijamente cada varios minutos, y cuando la descubría, sonreía ampliamente. Melody no pudo evitar pensar que algo ocurría, ya fuera bueno o malo, la mujer tenía algún secreto.

Al terminar el almuerzo, las muchachas limpiaron el lugar y dejaron todo sumamente ordenado antes de que las Hermanas aparecieran. Pronto volvieron a guardar silencio entre ellas mismas y todo parecía volver a días atrás donde las palabras eran pocas, escasas.

Algunas se juntaron en la puerta dispuestas a salir por la tarde, pero Melody caminó a un lado de ellas y se dirigió a las escaleras dispuesta a ir a su habitación a terminar algunos dibujos que tenía a la mitad. Se sentía un poco nerviosa al pensar que el dibujo que estaba haciendo era de Bucky. Tenía suerte de que había memorizado sus facciones de la mejor manera posible, y había pasado desde el día anterior dibujando sin parar para intentar tener algún recuerdo de él.

Por el pasillo con pisos de madera vieja, Martha sacó la cabeza de su habitación con cierta emoción. Al ver a la pelirroja volvió a ingresar apenas unos segundos para luego aparecer corriendo hasta ella. Tomó su mano con rapidez y le tendió una pequeña carta.

—¿Qué es esto?— miró con rareza el papel en su mano.

—Me lo dio el chico de ojos azules del otro día— sonrió ampliamente —. Dijo que debía darte esto hoy mismo, que espera que esto sea la mejor excusa para hoy.

—¿Excusa?

—Para huir, así me dijo— levantó los hombros —. No sé a qué se refería, pero seguro tú sí.

En efecto, Melody sabía perfectamente a lo que se refería. La última vez que lo había visto, tan sólo un par de días atrás, ella le comentó que no había tenido la excusa perfecta para escabullirse durante la noche de las Hermanas que cuidaban el lugar.

—¿Qué más dijo?

—No mucho— bajó la voz notablemente ya que se oían pasos en la escalera. Desde allí podían ver quienes subían durante los últimos escalones, y al apreciar que eran dos Hermanas, Martha tomó su mano y la empujó dentro de su cuarto —¡No deben verlo!

Iridescent [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora