•22•El silencio era abrumador e increíblemente doloroso para la pelirroja de formas que ni si quiera podía expresar. Intentaba aferrarse al recuerdo de la despedida de Frederick en el aeropuerto de donde habían despegado en un quinjet, pero no podía si quiera pensar en ello mientras sabía a la perfección que los ojos azules de Steve los estudiaba lentamente. Permanecían juntos, uno al lado del otro, y ella tomaba la mano de Bucky con delicadeza, acariciando sus nudillos para hacerle saber que estaba allí. Quería dejar en claro con ese simple movimiento que no pensaba apartarse de él, no otra vez.
Sam comandaba la nave con tranquilidad, parecía no inmutarse de las expresiones y los sentimientos que flotaban en el aire entre ellos tres. Steve estaba sentado en los asientos frente a ellos, pero en los últimos del lado derecho, lo que ponía más distancia entre ellos. En cambio, Melody sentía que estaba muy cerca de vomitar, incluso sin haber ingerido ningún alimento desde el viaje a la isla de Visby la noche anterior. No tenía hambre, probablemente porque todo aquello era demasiado para ella si quiera para pensar en comer algo. De igual forma, tampoco quería moverse ante la vista de Steve.
—¿Podrías dejar de mirarnos? —preguntó Bucky con la voz ronca, mirando de reojo al rubio quien intentó disimular rápidamente.
—No lo estaba haciendo —mintió estúpidamente antes de llevar sus ojos al frente de la nave, donde Sam reía por lo bajo—, ¿cuánto falta?
—Tenemos bastante tiempo antes de llegar —comentó Falcon tocando unos botones en la consola superior, que encendieron luces verdes—. Quizá sea bueno para recuperar viejas amistades y ponerse al día, ¿no lo crees?
Steve murmuró algo por lo bajo que ella no pudo oír en absoluto y lo vio levantarse del asiento para caminar hasta el frente, manteniendo bien el equilibrio a pesar del vaivén que se generaba cada varios segundos. Comenzó a murmurar algo contra su amigo, quien parecía reírse por lo bajo, intentando que nadie más aparte del rubio pudiera oírlo, pero en una nave cerrada perfectamente y en la que sólo ellos generaban el único ruido presente, era bastante difícil. Melody lograba comprender palabras como "Buck", "Mel" y "me odian".
Giró su rostro para mirar a Bucky a su lado, que permanecía en silencio, perdido en algún punto de la nave, perdido dentro de su propia mente en donde intentaba enlazar los cabos sueltos de una memoria corrompida por el dolor. La pelirroja se movió para acariciar con cuidado su cabello, intentando tranquilizarlo, ya que podía notar su respiración agitada, y el golpeteo acelerado de su corazón en su muñeca. Él reaccionó un poco brusco, moviendo su cabeza en su dirección. Relajó la vista al entender que sólo se trataba de ella, pero su expresión seguía demostrando cierta molestia con la situación.
Sabía que ella se encontraba de forma similar no por su expresión, sino por sus ojos. Cuando Melody se preocupaba, unas pequeñas arrugas casi imperceptibles se formaban alrededor de sus ojos. Eran las mismas arrugas que él había conocido tiempo atrás, intactas en el mapa de su piel. A pesar de no poder recordarlo todo en aquel momento, recordaba aquella mirada triste cuando ella debió despedirlo antes de la Guerra. La imagen era un poco borrosa, pero como el rostro y su expresión eran muy similares, el recuerdo parecía tomar color para él con delicadeza.
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Iridescent [Bucky Barnes]
FanfictionMelody Walker es una historia sin fin, una leyenda. Condenada a amar y perder por el resto de su falsa eternidad. • Esta historia está siendo corregida y subida nuevamente.