Iridescent [Bucky Barnes]

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La casa de seguridad era un poco más pequeña que la que le habían brindado a ella tras la caída de Shield y la aparición de Bucky. Tenía una sola planta y dos habitaciones, pero estaba bastante bien equipada. Parecía evidente que ambos hombres —Sam y Steve— habían pasado los últimos días por allí, ya que habían platos secándose en la cocina, una heladera medio llena, una chaqueta doblada sobre el sillón y una notebook con stickers que decoraban su frente lleno de colores vividos y figuras geométricas.  En sí, no estaba desordenado, y sabía que gran parte de ello se debía a Steve, aunque aún no conocía lo suficiente a Sam Wilson, quien lo acompañaba como un muy buen amigo.

Le cedieron uno de los cuartos a ambos, sabiendo que tampoco querrían separarse mucho luego de sacarlos de Suecia, y aún más, entendiendo que pronto deberían enfrentarse a una misión que los mantendría alejados hasta terminar con ello. Por esa razón, Melody dejó caer su bolso a un lado de la cama y se lanzó contra el colchón, provocando que éste sonara fuertemente ante el repentino peso que recibía. Rió ante esto y se estiró plácidamente ante la vista atenta del soldado, quien dejaba su bolso cerca del de ella.

—Creo que no he dormido bien en aquella casa en Visby —murmuró acomodándose para dejarle un espacio junto a ella—. Quiero descansar, pero hay mucho por hacer, ¿no es así?

—Al menos tendremos unos pocos minutos —Bucky se sentó al borde de la cama, dándole la espalda—. ¿Estás segura de esto? ¿De la misión y lo que estás por hacer?

—¿Tú lo estás? —lo miró de reojo, aunque sólo podía ver su cabeza.

—Estoy seguro si tú lo estás —se giró para observarla finalmente, con una expresión de preocupación en su rostro.

—Yo lo estoy —admitió levantándose para acercarse a su lado y tomar su rostro—. Luego de esto podremos ser libres, podremos olvidarnos de Hydra y de toda la mierda que nos sigue.

—Confío en ti, Mel —asintió lentamente—. Si tú crees que así será, entonces no tengo más preguntas.

La pelirroja sonrió ampliamente antes de besarlo con energía, sintiendo aquellas palabras como un alivio en su corazón. Bucky le correspondió rápidamente, sabiendo en ese momento que no tenía nada por lo que dudar siendo que ella estaba más que de acuerdo con lo que estaba por ocurrir.

La misión ya estaba casi organizada por Steve, quien había trabajado desde el momento que habían llegado allí. Sam había aportado lo suyo, pero sabía bien que la gran mayoría del crédito se la llevaba el rubio. Intentó explicarlo con sumo detalle, adentrándose en lo que ellos conocían del FBI y sus instalaciones más cercanas. Contaban con planos del edificio conseguidos por Wilson y algunas hojas explicativas con detalles del manejo interno y la organización del lugar. Tenían sólo una determinada cantidad de minutos para adentrarse allí y obtener lo que buscaban, además de eliminar del servidor del FBI todo lo que pudieran tener de Melody y Bucky. Eso no aseguraba que la búsqueda de ambos fuera a detenerse, pero sin duda era una gran piedra en el zapato de todos aquellos que le seguían el rastro.