Una vez escuché que la vida es como el vagón de un tren; las personas salen y entran en tu viaje. Hay personas que quisiéramos mantener ahí, pero inevitablemente deben bajarse; tomar otro rumbo y construir un destino distinto. También experimenté este dicho: "Aprender de las palabras que nos hacen dar un salto y en las que nos dejan un sabor amargo", palabras de alguien que lamentablemente desapareció de mi vida.
Pero también aprendí que la verdadera amistad perdura para siempre, al igual que el verdadero amor.
"Palabras al viento", fragmento de Cielo Rojas.
―¡No me grités, pedazo de tonto! ―exclamó Cielo, dirigiéndose a Austin y aventándole una tostada.
Le cayó en el pelo y él la miró extrañado.
―No te grité, solo te he pedido que me alcances las tostadas ―suelta Austin sin entender la reacción de la pelirroja.
―Chicos, deberían...
―¡Cállate, Kéven! ―grita Priscila acariciando sus sienes con los dedos.
―Pero...
―¡No comiences con tus palabras refinadas de francés! ―Vuelve a exclamar―. ¡Necesito silencio, mi cabeza explotará!
―¡Eu, no le hablés así a Kéven! ―lanzó Cielo en mi defensa.
―¿Dónde está la azúcar de porquería? ―Se queja Gisela, golpeando su puño contra la mesa―. ¡Necesito algo de azúcar!
―¡Búscala, Gisela, búscala! A diferencia de Cielo, tus ojos son normales ―expone una ojerosa Agnus, de manera un tanto brusca.
―¡Eh, che enana! ¿Qué te pasa a vos con mis ojos? ¿Querés que te...? ―salta Cielo poniéndose de pie.
―¡Discúlpame por medir dos centímetros menos que tú, cuatrochi! ―Le cortó Agnus.
―¡Basta, chicas! ―Trato de calmarlas―. Concibo que casi ni duerman desde hace algunos días por los exámenes, pero el mal humor que poseen es impertinente.
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Los versos de Cielo
Teen FictionHay veces que Cielo Rojas se pregunta por qué no escribió Orgullo y Prejuicio, pero la respuesta es clara: ella no es Jane Austen, no nació en Inglaterra y no considera que tiene un talento de tal magnitud. Sin embargo no puede evitar rodearse de Li...