Hay veces que Cielo Rojas se pregunta por qué no escribió Orgullo y Prejuicio, pero la respuesta es clara: ella no es Jane Austen, no nació en Inglaterra y no considera que tiene un talento de tal magnitud. Sin embargo no puede evitar rodearse de Li...
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No importaba qué pasara a mi alrededor; las bocinas de los autos, las personas que se movían con un andar apresurado o las sonoras gotas que caían sobre mi paraguas. Nada me distraía, nada me aturdía; simplemente eras el dueño de mi mente.
"Corazones desbordados", fragmento de Cielo Rojas.
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El viaje hacia la librería de Baudin fue de los nervios. Kéven me sacaba temas de conversación y por poco me preguntaba hasta cuántas pecas tengo en la cara, que por cierto muchas veces intenté contarlas, frustrándome en el intento. Este chico se había tomado muy en serio el papel de amigos. Le respondí sobre mi color favorito, que es el blanco. Le conté sobre mis tres hermanos varones y que yo soy la menor de ellos. También me preguntó el porqué de venir a vivir a Francia cuando vivíamos en un país tan diferente como lo es Argentina. Resulta que mi papá es ingeniero informático y le había llegado la oportunidad de desarrollar softwares para una empresa en Francia. Él nunca estuvo de acuerdo con el gobierno de turno en Argentina de ese entonces y las cosas no nos estaban yendo muy bien que digamos, por lo que decidió que nos diéramos una oportunidad en París. También le hablé sobre lo mucho que extraño Córdoba; me terminé acostumbrando a los paisajes, la comida y a las personas de acá, sin embargo, no es lo mismo.
Aunque no toda mi familia se había mudado a Francia. Mi hermano Israel, de 29 años, había quedado en Córdoba con mi sobrinito y su esposa Luciana. Teníamos constantes videos llamados con ellos. A pesar de la distancia, nos disfrutábamos lo más que podemos. Las personas van y vienen siempre, no todas se quedan, pero la familia es la que permanece siempre.
―Son muy unidos ―Kéven habló refiriéndose a nosotros.
―Sí, y están locos ―Sonrío al recordar a cada uno de ellos. Estoy segura que al volver al campus los voy a llamar. Habían pasado solo un par de días sin verlos, pero ya extrañaba mucho; era muy extraño que ninguno de mis hermanos me molestara.
―La locura es esencial para el ser humano ―respondió.