Prefacio.

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Todavía recuerdo el día en que descubrí que quería escribir durante el resto de mi vida. Mamá me regaló un cuaderno con un lindo diseño en sus tapas. Lo tuve un tiempo guardado en mi escritorio porque era tan precioso que me daba lástima usarlo en la escuela. Pero un día me sentía triste y de alguna forma quería desahogarme. Algo me llevó a ese cuaderno y mi corazón fluyó junto a la tinta azul.

Escribía puros pensamientos y sentimientos; como si fuese un blog personal al cual nadie tenía acceso, porque era algo mío e íntimo. En esas hojas era capaz de desaparecer, descargarme, explotar, despertar. Ese cuaderno vio sonrisas, frustraciones y lágrimas. Ese cuaderno fue el principio de todo. Pero el día exacto en el que descubrí que escribir sería mi destino, fue cuando lo terminé; no me fue suficiente, nunca me sería suficiente. Conseguí otro, y otro, y otro... hasta que los años fueron pasando junto a mis cuadernos.

 hasta que los años fueron pasando junto a mis cuadernos

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Los versos de CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora