6: La fiesta

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La tripulación seguía con la boca abierta viendo a las dos.

-Robin...¿En serio vas a ir así?

-¿Acaso no te gusta Espadachín-san?

-¡Robin-chwannnn estás guapísima! ¡Tu igual Nami-chwaann!-dijo un enamorado Sanji

Las dos se despidieron y rápidamente Luffy y Zoro se fueron a cambiar. Ellos se sentían extraños con aquella ropa, Zoro con un pantalón negro con una camisa de botones a cuadros rojos y negros. Y Luffy un pantalón azul con una camiseta roja. Esa ropa era la que les había aconsejado la dependienta que además decía que les favorecía. Y fueron rápidamente a perseguirlas a escondidas.
Mientras, ellas ya habían llegado a la mansión (que era enorme) pero la fiesta era detrás: en el jardín donde se encontraba la piscina, donde ya había muchísima gente. Los guardias las dejaron pasar echándoles unas miraditas a las dos. Cuando entraron, al rato entraron también ellos, aunque con ganas de matar a la mitad de los chicos que estaban allí mirandolas con ojos de pervertidos. Ellas probaron un poco del sake que les habían ofrecido dos chicos bastante guapos y empezaron a hablar con ellas. La sangre le empezó a hervir en Zoro y Luffy. Ellas no paraban de reir pero ellos no las daban escuchado y eso los ponia más furiosos.

-Zoro, voy a patearles el trasero.
-¡Luffy no!

Luffy trompezó y cayó a la piscina, todos los vieron, incluso ellas. Zoro se iba a tirar a la piscina pero Nami lo hizo antes. Rescató a Luffy pero a cambio de eso, el maquillaje se le fastidió y el precioso vestido se le había mojado, pegándose en su cuerpo.

-LUFFY ¡MIRA QUE HAS CONSEGUIDO! ¡VAMOS AL BARCO YA!

Le dió dos bofetadas a Luffy y lo llevó a rastras en dirección al barco, sin embargo Nami no parecía tan enfadada como quería aparentar... Robin miraba a Zoro pero el chico que estaba hablando con ella la cogió y se la llevó a una silla todo contento. Zoro se acercó, cogió a Robin de la cadera y se la llevó.

-¿Que haces? Estaba hablando con ella.

-Ella es MÍA. Si tengo que pegarte, no dudes en que lo haré.

El chico se apartó intimidado por la mirada de Zoro y aquella cicatriz.

-Espadachín-san yo...

-Estás guapísima mujer, una pena que estes igual de mojada que Nami

-Yo no estoy moj...

Y sin poder acabar la frase, Robin estaba ya en la piscina, debilitándose por momentos hasta que la cogió Zoro, como aquella vez en la playa. Mientras estaban allí en la piscina, acercó sus labios a ella y la besó.

-Robin, no me gusta que estes con otros tíos que no sea yo.

Ella lo cayó con otro beso que él correspondió y le dió un abrazo muy fuerte a la mujer.

Salieron de la piscina, ellos iban agarrados de la mano, él no le soltaría la mano ahora mismo por nada del mundo. Él se acercó a un guardia y le susurró unas palabras, acto seguido estaban dentro de la mansión. Era preciosa, no se como les habían dejado entrar, a saber que había dicho Zoro. La entrada era muy amplia con unas estatuas que deberían ser bastante caras, en realidad todo parecía bastante caro, era un lujo estar allí. Él la cogió de nuevo por la cadera y subió con ella por las escaleras hasta una habitación con una cama en forma de corazón. Le pasó una toalla a Robin para que se secara y él también se secó.

-No hacía falta que me mojaras Espadachín-san

-No haberme puesto celoso.

-Estabas muy guapo, aunque estás mejor sin esto

Le desabrochó los botones de la camisa y se la quitó.

-Me encanta esta cicatriz que tienes en el abdomen

Ella pasó un dedo por aquella cicatriz y le dió un beso en sus labios. Contemplar el cuerpo del Espadachín era realmente un placer: todo músculos que significaba mucho entrenamiento día tras día, aquella cicatriz enorme... él se fijó en que no paraba de mirar su cuerpo. Zoro le sacó aquel vestido que aún seguía algo mojado y vió el cuerpo de Robin que no podía ser más perfecto y se metieron en la cama. La abrazó de nuevo con mucha ternura.

-Te quiero Robin

-¿Me quier...

Le tapó la boca, sin dejar que la pobre acabara la frase y esta vez la besó en la frente.

-Esta noche podemos quedarnos aquí a dormir.

-¿Cómo lo has conseguido?

-Tengo mis secretos. Me ligué a la dueña de la mansión

-¡Tonto!

-Sabes que jamás me ligaría a nadie que no fueras tú arqueóloga.

Nuestro futuro (ZoRobin) (LuNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora