STOP ! Stay with me. #4

12.

Harry: Amor... Sé que son las tres de la mañana, pero me levante para ir al baño y quería aprovechar para decirte que te extraño y te amo mucho. Me haces muy feliz... Vuelvo a la cama, hasta mañana.

Lunes, 8:30 A.M

Louis se levanto cuando los gritos de su pequeña lo alarmaron. Se encontraba dormido en el sofá, con Alex en sus piernas. El bebé se habia despertado seis veces, imposibilitando toda chance de sueño para su padre.

Recosto en su cama al bebé y alzó a su hermana, quien se calmo al instante. Usualmente el perfume de Louis era suficiente para que llanto cesara. Skyler estaba creciendo apresuradamente, de una forma intranquila pero hermosa. Tenía ojos verdes, y su cabello comenzaba a regresar en forma de rizos. En una ocasión, mientras Louis la hacia reír, vio un atisbo de hoyuelos. Incluso cuando no fuera su hija biológica, Louis no podía evitar pensar en Harry al verla. El único problema con eso era lo mucho que lo extrañaba. De cualquier forma, jamás podría evitar amar a alguien que le recordara tanto al amor de su vida.

Alex, por otro lado, era un niño de tez blanca con unos ojos azules impactantes, si fuesen de un tono más oscuro serían idénticos a los de Louis, pero el resto de él no se parecía. Sus facciones eran redondeadas, y sus labios más grandes. Pero para Louis, era el niño más perfecto del planeta.

Louis dio a Skyler su desayuno y luego la sentó en su coche, donde la pequeña salía a pasear pero que también era utilizado para sus siestas. No durmió, pero se quedó quieta mientras él limpiaba.

-¿Dónde estarán tus tíos?-Cuestionó molesto, temía que en cualquier momento se desatara el caos de las 9. Alex despertaba definitivamente con un llanto ensordecedor, y en consecuencia Skyler comenzaría a llorar, ambos con pañales sucios y estómagos insaciables, sumando eso al desorden que no llegaba a limpiar. Necesitaba toda la ayuda posible en ese momento, que se repetía tres veces al día.

Tomó su celular para avisarle a su cuñada que ese fin de semana la necesitaría, y vio el mensaje de su esposo. Sonrió, aún estaba molesto por extrañarlo y necesitarlo de aquella forma tan cruel. Se lo habían arrebatado, pero no pudo evitar responder.

Louis: Hey, bebé, como estás? Te extraño y amo un montón, no veo la hora de que estés en casa...

Quito el modo silencioso y comenzó a pasar un trapo por la cocina, Skyler jugaba con su sonajero, pero intentaba no quitarle el ojo de encima.

La nueva casa era algo agradable, pequeña en general pero con un cuarto para los niños y uno para ellos. Un sólo piso y un sólo baño, nada como lo que una futura celebridad querría. Sin embargo para Louis era perfecto, no había olores o ruidos desagradables, los vecinos estaban a muchos metros de distancia, y su nuevo trabajo como repartidor de comida era agotador pero tranquilo. Había descubierto en la morada rincones especiales, el patio trasero por ejemplo, donde el césped corto y húmedo invitaba a pasar la noche allí, habia viejos columpios que serían restaurados para que sus hijos tuvieran un lugar para jugar. En la sala, pequeña y con dos sofás, había una ventana que daba a un rosal de preciosas flores rosadas manchadas de blanco, que si bien estaban algo marchitas eran preciosas. En su cuarto había también una ventana, pero esta daba al patio trasero. Su lugar favorito hasta ese momento era la cocina, porque redescubría todos los días su amor por ella.

Lo único que lograría hacer más perfecta esa casa era la compañía del hombre con quien llevaba años viviendo. Necesitaba cocinar y que él posara sus manos en sus caderas, que lo callara porque necesitaba estudiar o que lo sentara en sus piernas. Lo necesitaba allí.

El sonido de su móvil lo sacó de su ensoñación, era un mensaje de su esposo.

Harry: Archivo de audio.